Ello ha implicado la construcción de millones de kilómetros y miles de carreteras de cables bajo el agua, donde viajan el 95 % de los datos de internet y tráfico de voz y que está en crecimiento continuo.
Este tendido de cables submarinos comenzó en la década de 1840, cuando Samuel Morse, sumergió en 1842 un cable en Nueva York a través del cual telegrafió, y cuyas redes se expandieron a medida que se incrementó su uso. En el siglo XX las redes submarinas crecieron apoyando la telefonía y este sistema se redimensionó desde 1988, cuando se instaló el primer cable submarino de fibra óptica, permitiendo las iniciales transmisiones de señales digitales de voz, datos e internet a muy superiores velocidades.
Actualmente el 75% de la información que se transporta son datos y solo el 4% del tráfico lo acaparan las llamadas de voz, que se atraviesa una infraestructura de 436 cables submarinos que recorren 1,3 millones de km alrededor del mundo.
La tecnología de fibra óptica está en aumento permanente y alcanza a una velocidad de 250 terabits por segundo. No sólo aparecen nuevas empresas y mercados, sino que hay una renovación y mejoramiento continuo de las rede existentes.
Estos cables tienen una vida útil de 25 años, pero mucho menor en términos económicos, que impulsa nuevas redes con superiores niveles de ancho de banda, menor consumo de electricidad, mayor resistencia a los golpes, mejor seguridad y vigilancia y menores técnicas de protección al agua y al frio bajo el océano.
Esta red de cables submarinos primero de hilos de cobre, luego coaxial y ahora de fibra óptica con capas aislantes y mejor conexión, es la base de la red mundial de telecomunicaciones, tanto pública como especialmente y crecientemente privada, que une países, regiones y continentes por debajo del agua.
Ella conecta el 99% del mundo, en tanto que únicamente 1% restante se realiza mediante satélites. Sin embargo, también se ha sostenido que la capacidad de Internet satelital aumenta al tiempo que sus costos bajan, en tanto que en los sistemas terrestres y submarinos de cable los costos no se han reducido tan significativamente. Los cables además tienen varios amplificadores ópticos cada 100 Km que son como repetidores que amplifican la señal a lo largo del cable, y usan una tecnología de multiplexación que permite maximizar la capacidad de transporte de información y con ello menos costo, mayor latencia, mayor ancho de banda y mayor velocidad.
Por ello si, hace 15 años, la relación de tráfico de internet entre los cables submarinos y los satélites eran igual, ahora la tecnología del cable físico ha desplazado a la transmisión vía satélite.
Ellas son dos tecnologías en competencia, y en el espacio actualmente Starlink proyecta colocar 30.000 satélites en una órbita baja a 550 kilómetros de altura para ofrecer Internet a escala global en un negocio único e integrado, ya con 3000 satélites funcionando y ofreciendo internet de alta velocidad, con velocidad de comunicación entre el satélite y los dispositivos terrestres de 20 milisegundos.
También compite con la constelación de Satélites de comunicaciones Iridium que orbitan a una altura aproximada de 780 km de la tierra, y pronto lo será con Amazon. El tiempo dirá, como será el grado de competencia.
En tierra firme por su parte, hay una fuerte articulación entre los cables y la señal de aire, y así, en cada extremo de tierra de desembarque de los cables submarinos, desde las estaciones de aterrizaje se enrutan los datos muchas veces tanto a través de redes de fibra óptica terrenas como de comunicaciones inalámbricas.
Los cables submarinos son un mercado altamente competitivo con fuertes inversiones y con una reducción continua de la vida útil técnica y económica de los cables como resultado de su innovación continua y de las inclemencias.
La expansión de redes submarinas de fibra óptica fue impulsada por las grandes empresas de telefonía como Verizon y AT&T y digitales tales como Google, Facebook, Amazon y Microsoft que son dueños o arrendaron más de la mitad del ancho de banda submarino en 2018. Facebook y Google incluso construyeron conjuntamente algunos cables cerca de sus centros de datos y de consumo.
Los cables submarinos son ellos mismos un gran negocio que alcanzará a 30.800 millones en 2026, con una tasa de crecimiento anual del 14,3%, y no sólo es donde se apoya la base del capitalismo de plataformas sino que será determinante para la expansión futura de la Inteligencia Artificial que necesita grandes redes de fibra óptica para funcionar.