El presidente de Argentina, Alberto Fernández, destacó este jueves que no hay divisiones en el país al rechazar el golpe de Estado. El mismo tuvo lugar un 24 de marzo de 1976 y dio inicio a la última dictadura cívico militar (1976-1983).
«Cada 24 de marzo Argentina se une para repudiar lo que ocurrió aquel día, y allí no hay diferencias, no tenemos distancias», señaló el mandatario en el Día Nacional por la Memoria, Verdad y Justicia desde el Auditorio del Centro Cultural de la Ciencia, en la capital argentina.
Durante el acto, se entregaron los legajos reparados de ocho miembros de la comunidad científica que fueron detenidos-desaparecidos por el terrorismo de Estado. Fernández definió la dictadura como «la peor tragedia que vivió Argentina». El jefe de Estado reconoció que no llegó a imaginar la brutalidad con la que operó la junta militar durante aquellos años.
«Nunca habíamos visto la impudicia con la que actuó esta dictadura, pues no solo confrontó con políticos, sino que a muchos los apresó, a otros los secuestró y los hizo desaparecer, y a otros los condenaba al exilio y a otros los asesinaban en la calle», expresó. En su intervención, el presidente se incluyó como parte de una juventud que se nutrió de movimientos sociales y políticos «signados por la solidaridad y la libertad».
«Eran años donde lo inusual era no militar, la excepción era el que no estaba comprometido políticamente en algún lado», refirió flanqueado por la presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Ángela «Lita» Paolín de Boitano, y la integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Taty Almeida.
El comienzo de la militancia de Alberto Fernández
El mandatario comentó que él comenzó a militar desde los 14 años, antes de que comenzara una «dictadura impiadosa que se llevó la vida de todo lo que se ponía por delante, fueran estudiantes, trabajadores, abogados defensores de derechos humanos o científicos».
«Si hay algo que tuvieron en común todas las dictaduras es que a nada le temieron más que al pensamiento», enfatizó el jefe de Estado. El presidente también expresó su «asco» por los negacionistas que ponen en cuestión los números o el daño de la dictadura. Además y aseguró que debían sentir «vergüenza». El contrapartida, Fernández valoró a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Son «capaces de enfrentar lo que la Argentina engendró, que fueron esos dictadores asesinos». «Con el tiempos nos enseñaron que la búsqueda de verdad y justicia es un imperativo para la sociedad en la que vivimos, añadió. Por eso «el 24 de marzo es el día en que más unidos estamos, porque tenemos una sola consigna: verdad y justicia», sostuvo al recordar que Argentina es uno de los poco países que ha juzgado a sus genocidas.
Organizaciones de derechos humanos estiman que durante la dictadura argentina unas 30.000 personas fueron detenidas-desaparecidas. Unos 500 hijos de mujeres secuestradas nacieron en cautiverio y les fue arrebatada su identidad. (Sputnik).