Alfonsina Storni: La gran poeta argentina del modernismo

Fue una de las voces femeninas más potentes de América Latina.

Su “verdadero final” —el de su vida— fue trágico y profundamente simbólico, y está rodeado de una belleza dolorosa que la convirtió en mito.

El verdadero final de Alfonsina Storni

En 1938, Alfonsina vivía en la ciudad de Mar del Plata. Había atravesado años de enfermedad (cáncer de mama), soledad y una fuerte depresión. En octubre de ese año, dejó Buenos Aires y se instaló en una pensión cerca del mar.

El 22 de octubre escribió su último poema: “Voy a dormir”, una despedida serena y lúcida que envió al diario La Nación, donde fue publicado al día siguiente.

Poco después, en la madrugada del 25 de octubre de 1938, Alfonsina caminó hacia la playa La Perla y se internó en el mar.

No se sabe con exactitud si se arrojó desde una escollera o si entró caminando lentamente al agua. Su cuerpo fue hallado horas más tarde por unos obreros. Tenía 46 años.

Su última carta

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas de rosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas: bájala un poquito.

Este poema se considera su carta de despedida. En él se percibe una aceptación tranquila de la muerte y un deseo de descanso, después de una vida marcada por la lucha contra el machismo, la enfermedad y la incomprensión.

El mito

Décadas después, la canción “Alfonsina y el mar” (de Ariel Ramírez y Félix Luna, 1969) inmortalizó su final poético. Esa imagen —la poeta caminando lentamente hacia el mar para fundirse con él— es símbolo de libertad y eternidad, una de las escenas más potentes de la literatura y la cultura argentina.

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