El comercio electrónico representó en 2023 el 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, movilizando unos $45.500 millones según datos de la Cámara de la Economía Digital del Uruguay (CEDU). En el primer trimestre del 2024 presentó un crecimiento del 36% interanual analizando entonces que habrá un cierre de año con un volumen de compras superior al de 2023, en un contexto donde del 2022 al año pasado ya había aumentado un 22%. Diario La R entrevistó al presidente de la Cámara y director de Cardinal, Andrés Marrero, quien nos brindó un panorama más específico de cómo se viene desarrollando el sector en el país, sus desafíos e importancia a nivel competitividad mundial.
La CEDU se creó en 2015 y actualmente nuclea cerca de 200 empresas vinculadas al sector del comercio electrónico y la economía digital, desde la venta y experiencia online, servicios aledaños, medios de pago, entre otros. En este marco Marrero expresó que trabajan basados en tres pilares: desarrollo del ecosistema, difusión de conocimiento y representatividad en políticas gubernamentales.
Para darle una idea a nuestros lectores de uno de los trabajos masivos que realizan, llevan adelante hace 10 años el Ciberlunes, que “le ha dado mucha notoriedad a las acciones de la Cámara y también sirve como un medidor de temperatura de lo importante que es el comercio electrónico”, volviéndose una de las principales fechas comerciales del año con la característica de que es digital. A su vez, cuentan con programas de capacitación dirigidos a la población femenina y emprendedoras, universidades y de asesoramiento a legisladores.
“Es una cámara súper activa, en crecimiento igual que la industria que representa. De hecho nuestra situación hoy es que quizás la visibilidad o el impacto que tienen las acciones a nivel de opinión pública todavía no es acorde a todo lo que se viene haciendo y la importancia que tiene el sector”, en ese sentido agradeció al medio por la difusión.
Competencia cada vez más global y la importancia del desarrollo del sector
Retomando el desarrollo que tiene la economía digital, Marrero destacó que actualmente cuentan con un promedio de transacciones casi seis veces más que las que había en 2019. Hecho que manifiesta se vincula mucho con el efecto de la pandemia, que “aceleró el proceso de crecimiento de la economía digital y después con la maduración en general de todo el ecosistema, cada vez más, tanto los usuarios y las empresas, nos volcamos hacia modalidades de comercio digital”.
Esta etapa de crecimiento requiere implica ciertos desafíos, como la conectividad, acceso a Internet e inclusión financiera, puntos en las que celebra que Uruguay se “excelentemente bien” incluso por encima de la mayoría de los países de Latinoamérica, base sobre la que se ha construido el crecimiento.
Respecto a los pilares de la CEDU especificó que en lo que refiere a gobierno de representación del sector a nivel de políticas gubernamentales, “si bien hay intenciones y hay trabajo a nivel de gobierno todavía el sector no tiene una representación fuerte ni el protagonismo que debiera”.
A nivel de difusión y generación de conocimientos reflexionó que se presenta un “desafío enorme» porque la educación va a un ritmo mucho más lento, con una economía digital que se está instalando a nivel cultural, “hay mucho por hacer para preparar las nuevas generaciones para el mundo del futuro, para actualizar el mercado laboral y a las personas que ya se encuentran económicamente activas ayudarlas en ese desafío de reconversión laboral para que sigan siendo competentes”. En esa línea informó que CEDU realiza un trabajo mantenido de identificación de las necesidades de conocimiento y están vinculados a todas las instituciones de educación terciaria y cursos de especialización, ofreciéndoles asesoramiento y trabajo en equipo para la inclusión en los programas educativos de todos los temas vinculados a competencias digitales, en un marco donde todas las carreras se encuentran atravesadas por la necesidad de competencias digitales. Donde reciben una “acogida positiva” porque es una necesidad, aún así, entiende que hay un debe enorme en las etapas iniciales, donde habría que fomentar las competencias digitales, ciudadanía digital, conocimiento de los derechos, compra consciente y riesgos.
Por último, habló del desarrollo del ecosistema de negocios, donde el desafío se presenta en que las empresas tienen que ir acompañando el ritmo de los cambios, siendo en muchas ocasiones, sobre todo en medianas y pequeñas empresas. “La competencia es cada vez más global, en un mundo que avanza a un ritmo acelerado y es importante fomentar y acompañar a las empresas uruguayas para que se pongan a tiro”, concluyó.
El impacto de la economía digital en Uruguay, que representa el 1,5% del PBI, es sensiblemente menor a países de la región pero “deberíamos por lo menos alcanzar cifras más potentes y tenemos un objetivo de crecimiento”. En ese sentido explicó por la negativa que “no fortalecer y preparar el país para ser competente y competitivo en este sector es quedar afuera del partido de cómo funciona el mundo, donde la economía se digitaliza cada vez más”, agregando que la interrogante es a qué ritmo va a suceder, porque “si es a un ritmo más lento del que deberíamos puede ser bastante riesgoso para nuestro país”.
Marrera resaltó que “la buena noticia es que el comercio electrónico sinergiza con el comercio tradicional”. Explicando que hoy día los medios digitales están presentes en todos los procesos de compra, transformándose un “equipo”, donde lo que varía son los roles no la implicación de un desplazamiento del comercio tradicional.
Propuesta de cooperación entre el gobierno y privados
Marrero destacó que, en esta época electoral, la mayoría de los partidos incluyeron en sus programas iniciativas que tienen que ver con la promoción del desarrollo del ecosistema digital. Si bien no hay un panorama claro de cómo se va a plasmar en acciones concretas, hay una conciencia de la importancia de este sector. Que además, “democratiza el acceso a los productos por parte de los consumidores” en toda la región de Uruguay “democratiza la posibilidad a los emprendedores de vender a nivel país”, siendo una opción que va teniendo cada vez más crecimiento, en parte gracias a la digitalización.
Recordamos el documento presentado a los candidatos: “Oportunidades y desafíos para el desarrollo del sector digital”, creado con el objetivo de generar un espacio de diálogo y cooperación futura entre el gobierno y el sector privado. Provocando así, un impulso de políticas públicas que “beneficien a toda la ciudadanía”.
En el primer punto, proponen la “representación y el diálogo colaborativo”, mediante un modelo de gobernanza basado en la creación de un Consejo Nacional de Economía Digital, con representantes del sector privado, académico y gubernamental. Con la implementación de un marco regulatorio flexible que se adapte a estos tiempos y garantice la seguridad y los derechos de los ciudadanos, donde “la legislación y el gobierno acompañe”. Donde se plasmen por ejemplo: “regulaciones acordes; programas y acciones de incentivo al desarrollo digital y de impulso y apoyo a las Mipymes y emprendedores; todo lo que tiene que ver con dar un marco de apoyo y de atención a un sector que requiere ritmos acelerados”, entre otros.
Dentro de la segunda área, hablan de la “generación y difusión del conocimiento”, mediante el desarrollo de un programa nacional de alfabetización digital desde la educación primaria, con enfoque en habilidades digitales, ciberseguridad, pensamiento computacional y “cosas que tienen que ver con estar preparados para actuar correctamente”. Implicando, a su vez, el reentrenamiento laboral para personas mayores de 45 años, donde aún hay 20 años más de expectativa para seguir trabajando y suelen ser personas que no tuvieron una capacitación formal ni se criaron en un mundo digitalizado.
Como tercera propuesta abordan el desarrollo del ecosistema de negocios, planteando la necesidad de establecer acuerdos de intercambio de información fiscal con países relevantes para los negocios digitales. “El foco lo ponemos principalmente en ofrecer herramientas o mecanismos concretos que ayuden a las medianas y pequeñas a volverse competitivas y que no queden fuera”, expresó haciendo hincapié en que además, deben tener continuidad. Ejemplificando con el programa Modo Digital de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que finaliza este año, pero pretenden continuar.
Finalizando, explicó que una vez pasado el balotaje, se sentarán a conversar sobre estos temas con quienes estarán gobernando el próximo quinquenio, para lograr “bajar estas ideas” y “un diálogo contínuo”.