Arroz, un tesoro cotidiano

El arroz es el alimento básico de más de la mitad de la población mundial.

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Originario de Asia, desde hace más de 8000 años comenzaron los primeros sembríos a los pies del río Yangtze, el río más largo de China. Rápidamente comenzó a expandirse por todo Asia llegando así a países como India, Japón, Filipinas y Corea. Gracias a diversos factores como su adaptabilidad climática al momento de sembrar, su larga duración al conservarlo y su gran adaptabilidad al cocinarlo, este cereal logró convertirse en un símbolo de prosperidad y abundancia a lo largo de todo el continente.

A medida que se iban formando rutas comerciales y los antiguos imperios se expandían, se iba expandiendo también consigo el cultivo de arroz. A mediados del siglo VIII llega a Europa a través de España y no es hasta el siglo XVII, durante el período colonial, que desembarca en América.

Es innegable que a todos lados que el arroz llegó, logró convertirse en un símbolo de identidad adaptándose con facilidad a la gastronomía de muchos países, a tal punto que hay diferentes recetas icónicas de lugares muy diversos pero todas tienen al arroz como agente principal. El risotto de Italia, el sushi de Japón, la paella y el arroz con leche de España son algunos de los ejemplos.

Existen distintos tipos de arroz con diferentes características que hacen que se adapten más a una u otra preparación. Los que comúnmente encontramos en los supermercados se pueden diferenciar fácilmente por la forma. Los hay de grano largo, mediano y corto.

El grano corto es el que se utiliza en la producción de sushi y risotto ya que se adhieren entre sí fácilmente. El grano medio se utiliza mayormente para paella (y yo recomiendo usarlo para el arroz con leche, hace una gran diferencia) porque tienen gran capacidad de absorber líquido sin romperse y no pasarse con facilidad. Y el grano largo es el que conocemos acá como arroz blanco, el arroz “común”, luego de la cocción el grano queda más firme y no se adhieren entre ellos.

Se reconocen varios beneficios ligados directamente al consumo de arroz. Es una excelente fuente de energía, es bajo en sodio, no contiene gluten, mantiene saludable el corazón y también beneficia el tracto intestinal.

Al no contener gluten es una opción segura para aquellos que no pueden consumirlo, incluso utilizándolo en forma de harina de arroz para diferentes preparaciones.

El arroz constituye la quinta parte de las calorías consumidas en el mundo, se cosechan 510 mil millones de toneladas por año lo que representa un consumo mundial anual de 65 kilos de arroz per cápita.

El consumo de arroz varía considerablemente de país en país siendo mayormente consumido en países asiáticos. Del ranking de las 10 naciones que más arroz consumen por año, 9 son Asiáticas y 1 Africana. Siendo China la líder en consumo de arroz con 154 millones de toneladas anuales, equivalente a 80 kilos por persona.

En nuestro país el consumo anual es de apenas 12 kilos por año. De las casi 1400 toneladas que se cosechan se exporta cerca del 95%, convirtiendo a Uruguay en el principal exportador de América Latina y a ocupar el sexto lugar entre los exportadores mundiales.

Gracias a su versatilidad y disponibilidad se fueron encontrando otros usos para el arroz por fuera de lo gastronómico. Se utiliza en grandes industrias como la cosmética y la farmacéutica. Tiene también su parte en la industria de los destilados, siendo esencial para la producción de Sake. Y usos no tan alejados a la vida cotidiana como para absorber la humedad, por ejemplo, es común cuando se moja un celular dejarlo en arroz durante toda la noche, o también, agregar unos granos de arroz a la sal para que la misma no se humedezca.

Desde su origen en China hasta la actualidad, logró hacerse un lugar en todas las cocinas del mundo, el arroz se ha convertido en uno de los alimentos más importantes para la humanidad. Su versatilidad junto a su gran cantidad de variedades y su facilidad al momento de sembrar no hacen más que afianzarlo como parte esencial de la gastronomía mundial.

La receta que no falla: dejar remojar el arroz al menos media hora, enjuagar. 2 medidas de agua por cada 1 medida de arroz. A fuego fuerte y cuando rompe hervor bajamos el fuego al mínimo y dejamos semi tapado hasta que se consuma el agua. Cuando se termina de consumir el agua dejamos tapado con la hornalla apagada por 5 minutos. ¡A disfrutar!

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