El próximo del 8 de julio llegará a San José la muestra de ilustraciones del artista argentino Florencio Molina Campos, la cula se encuentra actualmente en el Museo Zorrilla de Montevideo. Se trata de una exposición de 30 ilustraciones costumbristas de la vida gauchesca en una línea de caricatura, encargadas para los calendarios de la empresa Alpargatas entre 1930 y 1940. La muestra fue impulsada desde el Ministerio de Educación y Cultura uruguayo, fruto de un acuerdo con el museo Las Lilas de San Antonio de Areco (Argentina) y que contó también con la colaboración y el auspicio de la Embajada de Argentina en Uruguay.
En el marco de la política de descentralización del MEC, esta muestra se inició en el Museo de Artes Visuales de Florida el 22 de abril. Esta es no la primera exhibición de la obra de Molina Campos en Uruguay. En 1930, el mismo año en el que firmó contrato con la empresa Alpargatas, el pintor participó en una exposición colectiva con motivo del Centenario de Montevideo.
Esos almanaques constituyeron un hito en la historia publicitaria de la Argentina y fueron calificados como la primera pinacoteca de los pobres. Se podían ver colgados en las estaciones, cafés, almacenes, talleres mecánicos, escuelas o bibliotecas, fijándose en la memoria popular y contribuyendo a la construcción colectiva de la representación del campo rioplatense. Molina Campos trató todos los temas posibles de la vida del hombre rural, sus trabajos, sus hábitos, su vestimenta, sus luchas, sus diversiones, sus sufrimientos, sus esperanzas. Por sus imágenes transcurre un largo siglo de historia argentina: el indio, las guerras civiles, la pampa libre y el alambrado, la inmigración, el progreso, el incipiente urbanismo, el guampudo y la lechera, el juego del pato y el polo, la marginalidad del matrero y el esfuerzo de la maestra, la vida y la muerte.
Por otra parte en el Museo Gurvich se encuentra la exposición “Alberto Delmonte. Tras la huella constructiva”, consistente en 29 obras, entre pinturas, esculturas y grabados correspondientes al período maduro de este artista argentino, la cual contó también con la colaboración y el auspicio de la Embajada Argentina.
Las obras cuentan en la muestra con un recorte hecho por la curadora argentina María Cristina Rossi que, desde diferentes soportes y técnicas, muestran una imagen de raigambre americana que descansa en la simbología, los grafismos, la paleta e, incluso, los títulos referidos a las culturas o regiones indoamericanas. También está en estudio la posibilidad de que al finalizar su estadía en Montevideo, el 7 de septiembre, la muestra se desplace (íntegramente o fragmentada) al interior de Uruguay. Desde el principio, Delmonte demostró interés por el pensamiento y la obra del gran artista uruguayo Joaquín Torres García, creador del universalismo constructivo.
Así, la corriente afectiva y de admiración que Torres García había generado en Delmonte quedó reflejada en las palabras que le dedicó en 1997, tras su fallecimiento: “Porque era artista-poeta pudo enviar sus mensajes al mundo, tal como aquellas botellas que se arrojan al mar y que algunas veces alcanzan su destino. Una de ellas primero, y luego otras más, llegaron hasta mi orilla y pude desentrañar lo que encerraban. […] Acaso por eso me cuesta creer en un Uruguay sin la poesía encerrada en sus cerámicas.”
