El presidente de Chile, Gabriel Boric, ha afirmado que no le consta que nadie de su Gobierno haya mantenido más contactos con el líder mapuche Héctor Llaitul, un día después de que la ministra de Desarrollo Social, Jeannette Vega, se viese obligada a dimitir tras salir a la luz un acercamiento que tuvo lugar en mayo.
«Puedo asegurar con certeza que yo no le he encargado a ningún ministro, ministra, ni a ningún funcionario de Gobierno el contactarse con Héctor Llaitul, en ninguna circunstancia», ha recalcado Boric, que de esta forma se ha desvinculado de la primera gran crisis política de su mandato.
Vega dimitió tras la publicación de una conversación de una de sus asesoras con Llaitul, poco después de que éste llamase a una movilización contra el Gobierno en el sur de Chile. El dirigente mapuche fue detenido el miércoles y permanece en prisión provisional por varios delitos, entre ellos atentado contra el Estado.
El presidente chileno ve margen para hablar con quienes están «por el camino de la paz», pero considera que Llaitul «decidió tomar otro camino», informa el diario ‘El Mercurio’.
La portavoz del Gobierno, Camila Vallejo, también ha defendido en rueda de prensa que el Ejecutivo nunca tuvo constancia de los contactos de Vega y que ésta, por tanto, actuó por cuenta propia.
Tanto Boric como Vallejo han apuntado que la ya exministra ha asumido la «responsabilidad política» por lo ocurrido al abandonar el gabinete.