CASMU atiende la salud reproductiva de los pacientes oncológicos

Disponible para sus socios y no socios, la mutualista creó una Unidad de Oncofertilidad.

Cada año se registran en Uruguay 17.000 casos nuevos de cáncer, que son atendidos con técnicas cada vez más efectivas, lo que eleva la tasa de curación y lleva a que los pacientes se hagan planteos respecto a la continuidad de la vida tras el tratamiento. 

En este marco, el futuro de la salud reproductiva tiene un rol fundamental. Para brindarles respuestas y asesoramiento, CASMU habilitó una Unidad de Oncofertilidad, que atiende a socios y no socios de la institución.

Gracias a la modificación del artículo 2 de la Ley 19.167 de Regulación de las Técnicas de Reproducción Humana Asistida, los pacientes oncológicos en edad reproductiva podrán contar con el financiamiento del Fondo Nacional de Recursos (FNR). 

El doctor Roberto Suárez, especialista en Reproducción Humana y encargado de la Unidad de Oncofertilidad de CASMU, manifestó que, aunque resta esperar su reglamentación, este cambio significa un gran avance para que esta población pueda acceder a las técnicas de criopreservación de sus gametos.

Rápida atención

Los procedimientos destinados a la curación del cáncer, como la quimioterapia, radioterapia y los medicamentos, pueden tener consecuencias negativas en la fertilidad de los pacientes. Además, es probable que algunos tipos de cáncer que afectan a los órganos reproductivos, como el de útero, testículos o de mamas, causen una disminución de la fertilidad o incluso provoquen la infertilidad. A su vez, existen casos de mayor gravedad en los que es necesario recurrir a la extirpación del órgano.

Antes de empezar con cualquiera de estas técnicas es necesario presentarle las consecuencias al paciente y plantearle la posibilidad de preservar su fertilidad.

En esta instancia, la Unidad de Oncofertilidad de CASMU tiene un papel fundamental porque permite captar a los pacientes de forma rápida. Su equipo está conformado por todas las especialidades que intervienen en la atención del paciente con cáncer, desde oncólogos, internistas, cirujanos, urólogos, enfermeros y hasta psicólogos. 

El rol de estos últimos profesionales es clave para acompañar durante todo el proceso al paciente, que está sometido a una alta carga emocional, no solo por la enfermedad que atraviesa, sino por esta nueva opción de evaluar su futuro reproductivo.

Cuando el médico detecta una patología oncológica en un paciente debe derivarlo inmediatamente a la Unidad de Oncofertilidad. “La derivación tiene que ser urgente, no deben pasar más de 72 horas, porque el ideal es criopreservar la fertilidad antes de empezar con los tratamientos oncológicos. No puede haber una pérdida de tiempo una vez que se diagnostica una patología este tipo”, advirtió Suárez.

Luego de la derivación, el primer paso es realizar los estudios que determinen la reserva ovárica o testicular del paciente para identificar el tratamiento más adecuado.

Métodos disponibles

Para la preservación de la fertilidad femenina una de las técnicas de mayor éxito es la vitrificación, que consiste en un congelamiento rápido de los gametos femeninos. Esta técnica comenzó a aplicarse en el mundo hace quince años y a Uruguay llegó cinco años después de la mano del equipo encabezado por el doctor Suárez, que fue el que efectuó la primera vitrificación de ovocitos del país.

El tratamiento comienza con una estimulación ovárica que dura aproximadamente diez días y que busca conseguir el desarrollo de varios folículos para obtener un mayor número de óvulos y aumentar las probabilidades de éxito.

Para conseguirlo, la paciente debe administrarse diariamente la medicación pautada de manera subcutánea. A través de controles ecográficos, los médicos evalúan el tamaño de los folículos hasta que es posible desencadenar la ovulación de manera farmacológica. Luego de 36 horas, se realiza una punción folicular bajo sedación para extraer los óvulos maduros. Este procedimiento es mínimamente invasivo y dura alrededor de diez minutos.

Después se procede a la vitrificación de los ovocitos, que consiste en la solidificación y congelación de los mismos mediante sustancias crioprotectoras para su posterior almacenamiento en tanques adecuados que contienen nitrógeno líquido y los mantienen a una temperatura de -196ºC.

Los ovocitos pueden permanecer congelados por más de quince años sin perder su calidad. Además, conservan la tasa de embarazo de la edad en que se criopreservaron. “Por ejemplo, si los ovocitos se vitrificaron cuando la paciente tenía 30 años, aunque se utilicen cuando ella tenga 40 años, las tasas de fecundación y de embarazo serán de la edad de 30. Por lo tanto, podríamos decir que la vitrificación de ovocitos es prácticamente lo mismo que utilizar ovocitos frescos”, explicó el profesional.

Por otra parte, a las pacientes que tienen una pareja constituida o que deciden utilizar una muestra espermática de donantes se les plantea la opción de congelar embriones. En estos casos, se obtienen los ovocitos, se fertilizan y luego se vitrifican los embriones.

Ambos procedimientos tienen una tasa de éxito del 90% en pacientes que se encuentran en edad reproductiva, esto es desde la pubertad hasta los 40 años. “Desde el punto de vista clínico, son técnicas probadas y eficaces”, aseguró Suárez.

Las técnicas destinadas a preservar la fertilidad masculina son más sencillas. En estos casos, el hombre debe obtener una muestra espermática por masturbación, la cual es congelada. Cuando no es posible su obtención, se hace una biopsia testicular, que consiste en una cirugía sencilla y ambulatoria, realizada con anestesia local o general, a partir de la cual se recuperan espermatozoides que luego son congelados.

A diferencia de las técnicas aplicadas en la edad adulta, las destinadas a la preservación de la fertilidad de niños y adolescentes todavía están bajo estudio y, por consiguiente, los procesos son experimentales. Los procedimientos consisten en la criopreservación del tejido testicular u ovárico.

Pacientes optimistas

Suárez definió al paciente oncológico como un paciente “optimista. Cada vez es más frecuente encontrar un paciente oncológico que en la primera consulta entiende su patología y sabe que puede tener una importante tasa de curación y de sobrevida, que se plantea qué va a ser de su vida una vez que esté curado y dentro de esos planteos se pregunta qué pasará con su fertilidad. Por lo tanto, el médico tiene la obligación moral de atender su salud reproductiva”, concluyó el especialista.

La Unidad de Oncofertilidad de CASMU atiende en el Sanatorio 3 “Dr. Pablo Carlevaro”, ubicado en avenida General Garibaldi 2644, esquina Juan Ramón Gómez, y en la Clínica Suizo Americana, donde funciona la Unidad de Reproducción Asistida de CASMU (URAC).

Tanto socios como no socios de la institución que deseen obtener más información sobre este servicio pueden comunicarse a los teléfonos fijos 2487 3710/ 2707 3011 o por celular y WhatsApp al 092 135 254 / 094 672 648. También es posible enviar un mail a caventadeservicios@casmu.com o acceder a la web de la institución www.casmu.com.uy

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