Mientras muchos países están intentando aplicar un impuesto global para impedir los movimientos fiscales de grandes empresas y/o fortunas cada vez más jóvenes se anticipan y arman estrategias para invertir, pagar menos impuestos y no perder todo en una crisis. Fernando Belhot, asesor en fiscalidad internacional, cuenta cómo se hace y por qué ya no es un tema solo para ricos.
¿Qué es exactamente el wealth management y por qué está ganando terreno también entre jóvenes profesionales?
El wealth management, o gestión de patrimonio, es mucho más que asesoramiento financiero. Es una planificación integral que apunta a proteger y hacer crecer los recursos de una persona a lo largo del tiempo. Aunque históricamente se asoció a grandes fortunas, hoy también lo buscan quienes están iniciando su carrera profesional o su emprendimiento y quieren proyectar su futuro con orden y visión.
¿Qué aspectos incluye esta planificación integral?
Desde la estrategia de inversiones hasta la planificación fiscal, la previsión del retiro o la transmisión de herencia. No se trata de elegir un instrumento financiero aislado, sino de entender a la persona en su conjunto, sus objetivos, sus valores y su tolerancia al riesgo. Todo eso se traduce en decisiones que buscan eficiencia, protección y crecimiento.
Uno de los conceptos que más se repite en gestión patrimonial es la diversificación. ¿Por qué es tan relevante?
Porque es una herramienta clave para reducir riesgos. Cuando distribuís tu capital en distintos activos o sectores, evitas que el bajo rendimiento de uno solo comprometa todo tu portafolio. Por ejemplo, si invertís sólo en acciones y suben las tasas de interés o la inflación, tu cartera puede verse muy afectada. En cambio, si tenés también bonos u otros instrumentos, equilibrás el impacto.
¿Diversificar también ayuda a mejorar el rendimiento?
Exactamente. No todos los activos reaccionan igual ante los cambios del mercado. Hay sectores que caen mientras otros crecen. Una cartera bien diversificada permite capturar oportunidades sin exponerse totalmente a los vaivenes. Además, suaviza la volatilidad: si todo está concentrado en un solo tipo de activo, cualquier evento externo puede generar un cimbronazo importante.
¿Diversificación significa solamente mezclar instrumentos financieros?
No. Es más amplio. Diversificar también es pensar en distintas geografías, industrias o etapas del ciclo económico. Así ampliás las oportunidades de crecimiento y reducís la dependencia de un único contexto.
Otro componente central que mencionás es la planificación fiscal. ¿Cuál es su valor dentro del esquema patrimonial?
Fundamental. Una estructura fiscal eficiente permite conservar más valor dentro del patrimonio familiar. No se trata de evadir, sino de planificar. Un uso estratégico de deducciones o exenciones, o simplemente de ingresos menos gravados, puede marcar la diferencia entre tener que vender un activo clave para pagar impuestos… o conservarlo para las próximas generaciones.
¿Y qué lugar ocupa la planificación del retiro en esta lógica?
Un lugar importante. El retiro no siempre llega a los 65 años y por decisión propia. A veces ocurre antes, por elección o por necesidad. Hay herramientas que permiten organizar una salida gradual o definitiva del mundo laboral sin sobresaltos, e incluso brindar protección a quienes siguen adelante con un proyecto familiar o empresarial.
¿Cuál es el mayor error que se suele cometer cuando se habla de patrimonio?
Pensar que se trata solo de números. Gestionar el patrimonio es, en el fondo, una forma de cuidar lo construido. Es proyectar tranquilidad para el futuro y asegurar que lo que hoy se valora pueda seguir generando valor también mañana.