Condenan a los 8 “Rugbiers” por el homicidio de Fernando Baez Sosa

Ciro y Luciano Pertossi, Thomsen, Benelli y Comelli fueron condenados a prisión perpetua; Viollaz, Lucas Pertossi y Cinalli a 15 años de prisión.

Transcurría un verano típico del balneario de Buenos Aires, Villa Gesell, cuando cerca de las 4.45hs de la madrugada del 18 de enero del 2020 se convirtió en el escenario de un crimen que conmocionó a la opinión pública, al periodismo y a los actores judiciales. 

A la salida del boliche Le Brique, ocho jóvenes integrantes de un equipo de rugby le propinaron golpes hasta darle muerte a Fernando Báez Sosa de tan solo 18 años de edad. 

A tres años de la tragedia, los rugbiers, identificados como Máximo Thomsen, Matías Benicelli, Enzo Comelli, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi finalmente fueron condenados.

Este caso, de golpes, de ataque, de cizaña, de discriminación racial, sin remordimiento alguno por las partes acusadas y sin algún antecedente de un hecho similar, sacudió a toda la ciudadanía de Argentina y países vecinos, lo que desencadenó en una ola de miedo y pedido de justicia.

Una simple salida de fin de semana se convirtió en un calvario para las familias de los ocho jóvenes imputados por la causa, pero sobre todo y más aún, de Silvino y Graciela, matrimonio paraguayo que perdieron a su único hijo, pero que con la premisa de “Justicia por Fernando” mantuvieron la fuerza y la entereza necesaria para enfrentarse a cada instancia del extenso juicio. 

¿Cómo ocurrió?

Esa noche, el boliche estaba colmado de personas, dado que se presentaba el trapero Neo Pistea y en medio de saltos y fogosidad Fernando y su amigo “pecharon” a uno de los rugbiers, lo que desató una discusión e inició una pelea. Fernando fue sacado por guardias de seguridad por la puerta de emergencia de la discoteca, quien resignado ya, cruzó la calle hacia un kiosco a comprar un helado. 

Minutos después, los guardias de seguridad sacaron a la calle a los rugbiers entre forcejeos e insultos. Estos se dirigen a la Av. Tres, la calle principal de Villa Gesell. El ataque no ocurrió de inmediato; todo acaeció tras un planeamiento, un pienso previo. Una vez que estos jóvenes visualizaron que la policía se encontraba entretenida con un hecho de disturbios a unas cuadras, hicieron foco en que Fernando se encontraba solo en la vereda, mientras comía su helado.

Lo acorralaron y comenzaron a atacarlo. El sacrilegio dura aproximadamente 60 segundos y quedó registrado por las cámaras de seguridad del Municipio dispuestas en diferentes puntos de la zona.

Lo mataron a golpes y patadas. Las primeras en el hígado por Ciro Pertossi, según testimonios; el resto se suman y finalmente Thomsen patea mortalmente la cabeza de Fernando.

Fernando fue al boliche acompañado por su novia y un grupo de amigos, quienes fueron impedidos a ayudar al chico de 18 años por dos de los rugbiers, Lucas Pertossi y Ayrton Viollaz, que según pericias técnicas y testigos funcionaban de valla. Según la declaración pública de una testigo, ésta le practicó a Fernando reanimación cardiopulmonar (RCP), pero fue en vano, Fernando yacía sin signos vitales.

Estos chicos, luego de haber cometido el crimen caminaron por la vereda donde a unos 40 metros se abrazan entre ellos para celebrar y festejar lo ocurrido. Posteriormente se marchan rumbo a su domicilio de alquiler cuando también por una cámara de seguridad se lo puede ver a Lucas Pertossi como se chupa la sangre de los dedos de Fernando. El último registro visual de las cámaras deja ver a los rugbiers mientras ingerían hamburguesas en un local de comida rápida.

Psicópatas

Es importante entender este tipo de acciones por parte de los imputados, ¿por qué cometieron este delito? ¿Qué los motivó? Según testimonios, ya había antecedentes de otras peleas.

Soledad de Franco, abogada uruguaya especializada en psicopatía en la Escuela Argentina de Psicopatía, fue consultada por Diario La R por este caso, quien manifestó que los comportamientos evidénciales de los jóvenes “corresponden a rasgos descriptores de la psicopatía”. Según señala, la figura que más resalta por sobre el resto es Máximo Thomsen, ya que la participación en el hecho condice con la conducta de un psicópata.

La especialista manifiesta que un psicópata es una persona que no siente remordimiento por el dolor del otro, por el sentir ajeno. La psicopatía “no es una enfermedad”, expresó. No es un trastorno de la personalidad como algunos afirman, ya que la psicopatía es en sí misma una personalidad estable que mantiene sus características a lo largo del tiempo, sin alteraciones.

Juicio

El 2 de enero del 2023 comenzó el juicio por el caso Fernando Báez Sosa en el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores a cargo de la Jueza María Claudia Castro. Por parte del Ministerio Público tomaron injerencia los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García pertenecientes a la Fiscalía de Juicio 8 de Dolores.

Fernando Burlando es el abogado defensor de la familia de Báez Sosa, mientras que la defensa de los ocho rugbiers –Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), Luciano Pertossi (21), Ciro Pertossi (22) y Lucas Pertossi (23)– estuvo a cargo de Hugo Tomei.

Desde el momento en que la Fiscalía tomó conocimiento del caso, cumplen condena provisoria en la Alcaldía Departamental Nº 3 de Melchor Romero en la Plata por el delito de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas” y por “lesiones leves”.

Durante el transcurso del juicio los imputados gozan del beneficio derivado del principio de presunción de inocencia. 

El 25 de enero el juicio entró en su etapa de alegatos (duró dos días). En el caso, la Fiscalía y el abogado de la parte damnificada solicitaron condena perpetua. “Todos asesinaron a Fernando Báez Sosa”. “Fue objeto de una cacería humana”. “Fernando Báez Sosa de rodillas, sus manos en el piso y sin siquiera mirar, porque tal vez entendió que esa mirada podría significar una falta de respeto, levanta su mano y pide contemplación. Repito, clemencia. La respuesta fue, excelentísimo jurado, una patada en la cabeza”. Estos fueron solo algunos de los argumentos que planteó el letrado.

Tomei alegó que la Fiscalía no había podido probar la intención de matar ni la premeditación y que por lo tanto los acusados debían ser absueltos, reveló De Franco.

Al finalizar los argumentos, se dio paso a un cuarto intermedio. A su regreso, la jueza le permitió a los imputados que cada uno dijera lo que quisiera. En el orden en el que estaban sentados habló cada uno. Todos pidieron disculpas. Cuando le tocó el turno a Máximo Thomsen, éste lloró. La abogada De Franco sostiene que “el llanto de Thomsen era lo más previsible. ¿Por qué? Porque el psicópata es un ‘artista de la mentira’ que miente no solo con su palabra, sino que es capaz de actuar (por ejemplo, llorar) cuando eso se espera de él en su beneficio”.

El día de ayer finalmente concluyó el proceso judicial. El Tribunal sentenció a cinco de ellos (Ciro y Luciano Pertossi, Thomsen, Benelli y Comelli) a Cadena Perpetua por el delito de coautores penalmente responsables de homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por alevosía y a los otros tres (Cinalli, Viollaz y Lucas Pertossi) recibieron una condena de 15 años al ser acusados como partícipes secundarios de homicidio doblemente agravado por concurso premeditado de dos o más personas y por alevosía.

Así mismo, el Tribunal ordenó que se investigue a Juan Pedro Guarino y a Tomás Colazo por los delitos de falso testimonio, tal como había sido solicitado por la fiscalía.

Durante la jornada Máximo Thomsen se desmayó, lo que obligó a suspender de manera temporal la lectura del fallo judicial. Su madre, Rosalía Zárate, ex funcionaria pública, increpó a los presentes y dijo: “Esto es todo una mentira, saquen a todos los periodistas, la puta que los pario. Tres años torturándolos. No me importa más nada”.

Finalmente, ya la Defensa declaró que van a apelar por las condenas de los tres imputados acusados como partícipes secundarios para que también reciban cadena perpetua. “Fue una justicia débil y una justicia débil no es justicia” sentenció Burlando

2 Comentarios

  1. Si yo fuera el padre del muerto no dudaría en apelar el fallo para cadena perpetua para todos estos anormales jugadores de rugby con antecedentes.

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