Criptomonedas: Un esquema ponzi que se basa en la confianza de las personas

Muchas figuras públicas utilizan su imagen para incrementar el valor de las criptos.

Desde el punto de vista financiero, la volatilidad alude a la velocidad a la que el valor de un activo se incrementa o disminuye para un grupo de rendimientos. En términos básicos, se refiere a la evaluación de la velocidad y el impacto de las variaciones de precio en cualquier mercado, ya sea para un grupo específico de acciones, el mercado global de valores o las criptomonedas.

En el caso de las criptomonedas, como Bitcoin, Ethereum y muchas otras, a menudo se citan como algunos de los activos más volátiles. Debido al equilibrio entre la oferta y la demanda, su utilidad, el sentimiento, las prácticas especulativas y las llamadas ‘ballenas’ (billeteras digitales) son algunos de los factores que condicionan su fluctuación.

De hecho, las criptomonedas tienen una apreciación infame por sus oscilaciones de precios, que pueden ser enormes y rápidas. No es raro ver el valor de una criptomoneda subir o bajar un 10-20% o más en un solo día, un tipo de movimiento de precios raramente visto con monedas tradicionales u otros activos.

Eso se debe a varios factores; una razón clave es que el mercado de criptomonedas todavía es relativamente joven y no está tan bien establecido como otros mercados financieros que tienen un gran número de participantes, y eso los hace más estables.

En contraste, el mercado de criptomonedas es más pequeño e involucra a menos personas, lo que lleva a mayores oscilaciones de precios. Lo que quiere decir que su valor se basa en la confianza y en la inversión constante de las personas para que no se pierda su valor y, por consecuencia, el dinero inyectado por los participantes.

Por otra parte, muchos especialistas aseguran que las criptomonedas se tratan de un esquema Ponzi (estafa piramidal por la que los primeros inversores anteriores ganan dinero con los fondos de los inversores más recientes). Existen casos que perjudican en gran medida a las personas que confiaron; cuando su valor crece considerablemente, el primer inversor retira sus fondos y deja damnificados al resto.

Confianza

Para llevar adelante una vida estable en el mercado, las criptomonedas dependen de un factor diferencial muy importante y se trata de la confianza. Aunque parezca algo sencillo, es un aspecto complejo. Las criptomonedas surgieron con el objetivo de descentralizar la gestión de los fondos de los particulares, por lo que caen fuera del control de las instituciones financieras.

Esta independencia implica que su valor no está respaldado por los gobiernos. Por lo tanto, los mercados no confían en las criptomonedas como en las monedas fiduciarias, cuya oferta e inflación están controladas por los bancos centrales. Por lo que las personas que pierden sus fondos, por lo general, no los vuelven a recuperar por la falta de regulación o persona a cargo.

Uso de figuras públicas

Al crear una criptomoneda, conocida como una moneda meme o memecoins, cuyo único valor explícito es nada, excepto lo que alguien en el mundo esté dispuesto a pagar por ella, por lo que son increíblemente manipuladas. En este punto es donde muchas figuras públicas intervienen y, en muchas ocasiones, se vuelven cómplices de las consecuencias.

El caso más reciente fue el presidente de Argentina, Javier Milei, quien dio su apoyo a la criptomoneda “Libra”. Debido al anuncio público del mandatario, el precio escaló de manera exponencial. Pero en cuestión de horas se derrumbó con una caída estrepitosa cuando retiraron US$80 millones y dejaron la moneda sin fondos, haciendo perder mucho dinero a las personas que siguieron la recomendación de Milei.

Lo que llevó a que el libertario recibiera 112 denuncias penales en la Justicia Federal por ese hecho; el propio Milei dijo en una entrevista que su recomendación fue “de buena fe”. Otro caso famoso, ocurrido en el 2022, involucró al empresario fundador de Tesla Inc., Elon Musk.

Dogecoin, una criptomoneda creada originalmente como una broma, cuyo valor aumentó y cayó al ser promovido por Musk. llevó a que el magnate recibiera una demanda de US$ 258.000 millones contra él y sus empresas Tesla y SpaceX. El demandante dijo que se trató de una estafa piramidal.

Por otra parte, el presidente de EE.UU. Donald Trump lanzó en enero su propia criptomoneda llamada $Trump, la cual en pocas semanas ha registrado una caída de más de dos tercios de su valor inicial. Aunque todavía no se han recibido noticias lamentables sobre estafas, $Trump no deja de ser un memecoin sin ningún valor trascendental que lo respalde, más allá de la imagen del presidente.

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