El ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, habló respecto al conflicto en la educación que lleva una semana, durante la cual hubieron movilizaciones, paros y ocupaciones de los gremios de la enseñanza y expresó que estas circunstancias «son parte» de los procesos de cambio.
Consultado en el programa Desayunos Informales expresó que: «Es muy excepcional que haya un intento de introducir cambios en la educación sin que ocurran esta clase de cosas», y agregó: «Quisiera enfatizar en algo: hay oposición de los sindicatos, y en particular de algunas dirigencias sindicales. Ahora, uno anda mucho por ahí, uno recorre el interior y los barrios, y hay una cantidad enorme de docentes que dice ‘sigan adelante, hay que cambiar cosas, no estamos bien’. De modo que a veces se ve la parte más ruidosa del asunto, y no se ve tanto un apoyo muy extendido que hay dentro del propio sistema educativo, más el apoyo ciudadano, que es muy grande».
«Se olvidan que estuvieron ahí»
Uno de los reclamos de los colectivos docentes y de alumnos es que el gobierno no genera instancias de diálogo para discutir la transformación educativa que se espera comience a ser aplicada en 2023. En ese sentido, el ministro da Silveira puso como ejemplo que «hace pocos días se hizo una reunión de varios días en las que participaron todas las ATDM» y «curiosamente, algunos de los que dicen que falta diálogo, se olvidan que estuvieron ahí».
«La idea de que no se está dialogando es un relato que se establece, pero que no coincide con la realidad. En el Codicen hay dos representantes de los docentes, en cinco. En el Consejo de Formación en Educación hay un representante de los docentes y otro de los estudiantes. Esa idea de que no se está dialogando o no hay espacios de participación no coincide con la realidad», remarcó el ministro.
Además, da Silveira señaló que hubo instancias para dialogar el tema que fueron desaprovechadas. «Antes de ser gobierno pusimos sobre la mesa el tema de la transformación educativa con total detalle. Acá nadie puede decir que está sorprendido, que no sabía lo que se venía. Lo venimos diciendo desde 2019. En ese momento, la actual oposición y los gremios en lugar de discutir esto, se dedicaron a decir cosas horribles, como que si nosotros ganábamos era el fin del mundo, que hasta se iba a terminar el Carnaval. Eligieron no discutir esto. Después de que intentaron todas las trabas posibles, ahora, como perdieron las elecciones, como la LUC fue aprobada en un Parlamento democrático, como pusieron el recurso del referéndum y lo perdieron, ahora dicen de sentarse a discutir. Pero no, ahora es la hora de actuar. Les dimos muchas oportunidades para conversar», afirmó.
Recordó que ceibal tampoco tuvo el apoyo de los sindicatos
En tanto, da Silveira consideró que «los que se están oponiendo tajantemente» a la reforma son los sindicatos. Y en ese sentido, señaló que «hay un par de ideas que se han instalado que no son ciertas», y ejemplificó que «no es verdad que los cambios educativos que no cuentan con el apoyo de los docentes, fracasan». «Por ejemplo el Ceibal, que nació con la oposición radical de los sindicatos. Y Ceibal se desarrolló y se convirtió en un caso de éxito», dijo.
«Nadie en este país dice que la enseñanza ande bien. Tenemos una enseñanza con problemas inmensos», afirmó el ministro, y remarcó que «el apoyo ciudadano es muy grande». «Hay una parte muy significativa de los docentes que quiere cambios. No pensemos que lo que hace más ruido es lo que determina el curso de los acontecimientos. Excluimos toda posibilidad de que los sindicatos tengan poder de veto en este asunto. Es como si para la reforma de la seguridad social hay que tener el apoyo de funcionarios del BPS. No funcionan así las repúblicas», dijo.
«Nosotros tenemos un mandato ciudadano, una deuda con la ciudadanía, porque le pedimos el voto a la gente para hacer esto. Y ese rumbo no lo vamos a cambiar, porque somos republicanos, y en una república mandan los ciudadanos, no mandan los gremios, ni las cámaras empresariales ni ningún otro grupo organizado. No vamos a modificar un rumbo que tiene una inmensa legitimidad democrática», concluyó el ministro.
