Defendemos un sistema que fue reconocido a nivel mundial

El presidente de la Federación de Cooperativas de Vivienda por Ahorro Previo (Fecovi), Alberto Raffo, dialogó con Diario La R acerca de la actualidad de dicha organización, como así también sus reclamos, su relación con el MVOT y los próximos pasos a dar en el futuro.

Presidente de Fecovi

¿Cómo funciona el sistema de Fecovi?

El sistema nuestro funciona con un ahorro previo del 15 por ciento, el otorgamiento del préstamo y la construcción. Tenemos convenio con la Intendencia de Montevideo (IM) y algunas otras del interior donde nos proporcionan terreno a un bajo costo, con un subsidio.

Se construyen viviendas para un sector medio de la población, sobre todo matrimonios jóvenes, que ven imposibilitado el acceso a la vivienda a través de los costos que hay en este momento. Un apartamento de dos dormitorios anda entre los 130.000 y 140.000 dólares, y la gente no dispone de ese dinero.

El lema del Día Internacional de las Cooperativas es: «Las cooperativas construyen un mundo mejor». ¿Una reflexión acerca de esto?

Las cooperativas no solo construyen democracia, porque la participación en ella significa ir a asambleas y formarse como ciudadanos, sino que también apoyan el urbanismo y el desarrollo de zonas que antes estaban abandonadas.

Tenemos algunos ejemplos grandes como puede ser el barrio Palermo, donde estaba el Corralón Municipal, que Fecovi tiene tres cooperativas y Fucvam otras dos. Eso hizo que se transformara la zona. Incluso han venido inversores privados a construir viviendas porque el barrio estaba abandonado y ahora (no ya que hay cooperativas allí).

Tenemos polos cooperativos como el Complejo Bulevar, que es emblemático y está ubicado al lado de Canal 5 sobre Bulevar Artigas y UCOVI sobre la calle Pan de Azúcar. Estos son grupos de 200 o 300 viviendas.

Entendemos que el cooperativismo no es la única solución para la vivienda, pero es una solución que ha demostrado capacidad en todos los sentidos. No es solo hacer viviendas, sino cómo funciona socialmente la gente que va ocupar las mismas.

¿Cómo es la actualidad de la Federación?

El tema del momento cooperativo es que atraviesa una crisis muy grande, porque la política del Gobierno actual es de reducir los costos en la administración pública. Eso provocó un recorte en los presupuestos que afectaron al Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MVOT) en un 90 por ciento de su presupuesto que estaba destinado a construir viviendas. Así se suspendieran sorteos de cooperativas y la asignación para las cooperativas esté muy por debajo de las necesidades de las personas. Acá no hago partidismo sino que son hechos subjetivos.

Más incluso cuando hay recorte presupuestal dentro de la misma administración hay lentitud en el desarrollo de la cooperativa. Por ejemplo, nosotros tenemos casos de cooperativas que tuvieron que esperar más de 10 o 12 años para poder empezar a construir.

En este momento la Federación tiene 115 cooperativas afiliadas y 17 de esas están en diferentes etapas: Algunas solo con terrenos, otras sin éstos y algunas en construcción. Acá hay otro problema que es el problema de la Tierra, que es muy grave, porque evidentemente hay que poblar el centro de la ciudad, pero los terrenos allí cada vez cuestan más y están fuera del alcance de las cooperativas.

Dicho modelo cooperativo ha demostrado sus bondades durante más de 50 años. Tenemos proyectos de urbanización en el interior. Por ejemplo, en Paysandú el barrio Paylana se ha transformado con la creación de varias cooperativas de distintos sistemas.

¿Qué reclamos tiene Fecovi?

Tenemos varios reclamos. El primero, es que consideramos absurdo que las viviendas de interés social de los privados no paguen Impuesto al Valor Agregado (IVA) en los materiales y nosotros sí. Es una discriminación brutal que ya viene del anterior Gobierno, sin hacer partidismo, es la realidad.

El segundo es el reclamo del dos por ciento de interés para todo el movimiento cooperativo, que además pagamos en Unidades Indexadas (UI). Es un préstamo social donde se paga un reajuste y dicho interés que es usurero de cinco, cuatro y medio y en algunos casos hasta del siete por ciento. Esto hace que se llegue a que cada vez más se use el subsidio, porque en definitiva no alcanza para todo, los salarios se deterioran y la gente tiene que recurrir a éste.

¿Cómo es la relación de Fecovi con el MVOT?

Nosotros tenemos un buen relacionamiento en el sentido que nos han recibido y hemos hablado pero no nos han dado respuestas de ningún tipo, incluso a problemas burocráticos y sencillos que son de fácil solución. Ya no son económicos ni nada y no tenemos respuesta. Ya a esta altura consideramos que no hay un apoyo al movimiento cooperativo, y es más se los trata de entorpecer en su desarrollo.

¿Están de acuerdo con las nuevas tecnologías que utiliza el MVOT para construir viviendas?

También estamos en contra de las nuevas prioridades del MVOT ya que nos parece que no son adecuadas. Esas nuevas tecnologías constructivas utilizan cosas importadas. Nosotros tenemos la ventaja de que en este país tenemos ladrillo y cemento. Eso da la posibilidad de hacer viviendas dignas, muy buenas y duraderas con los materiales autóctonos.

Hablabas con gente del interior que me decía que viven de la producción del ladrillo. Eso no lo podemos sustituir por el chapado y viviendas de mala calidad con muchos insumos importados. Entonces, nosotros construimos a un costo no muy lejano de las tasaciones que dio el MVOT. En definitiva, defendemos un sistema que ha mostrado bondades y fue reconocido a nivel mundial.

El movimiento cooperativo lleva 50 años de vigencia a pesar de los problemas

El movimiento cooperativo se mantiene y crece. Tenemos 17 cooperativas que están en proceso porque la gente no tiene soluciones de vivienda. Los que viven en Uruguay tienen salarios promedios de entre 20.000 y 40.000 y aunque trabajen los dos, no tienen capacidad de hacer grandes ahorros para comprar una vivienda.

Por más que se habla de viviendas de interés social, esas son arriba de los 130.000 dólares. Todas las cooperativas que armamos terminaron con la construcción de su vivienda, algunas demoraron 17 años pero terminaron.

¿Piensan movilizarse en el futuro?

Nosotros somos muy cautos. La gente se enoja y empieza a reclamar. Los sectores de las cooperativas viejas prácticamente todas terminaron su préstamo, entonces no tienen ninguna problemática. Pero las cooperativas nuevas están cada vez más indignadas. En definitiva ven que no se avanza y reclaman que nos movilicemos.

Primero va haber una movida por el Día Internacional de las Cooperativas, en el barrio Palermo, que va ser bastante grande con varios reclamos, entre el 7 y 9 de julio. 

Hemos evitado ir a un conflicto o choque, porque no es la política de la Federación. Nosotros hablamos y conversamos pero cuando vemos que del otro lado a pesar de recibirnos correctamente por la ministra Irene Moreira, no encontramos ninguna solución, ni las de carácter administrativo mínimo. Ahí la gente levanta presión.

Los pasos a realizar se van a decidir en Asamblea. Hemos puesto algunas murallas a determinados planteos, que ya algunas cooperativas nuestras querían hacer una manifestación en el frente del MVOT y les dijimos que no correspondía. Estamos a la expectativa de ver qué pasa.

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