En el Día Mundial contra la Polio que se celebra hoy 24 de octubre, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) celebra más de tres décadas sin casos de poliovirus salvaje en las Américas, y advierte sobre la importancia de fortalecer la vacunación para evitar un posible resurgimiento de esta enfermedad prevenible.
“Hace algunas décadas, padres y madres vivían con temor por la salud de sus hijos: fiebre repentina, dolor, debilidad muscular e incluso parálisis permanente. Así se presentaba la poliomielitis, una enfermedad sin cura que podía dejar secuelas de por vida e incluso causar la muerte”, recordó el doctor Jarbas Barbosa, Director de la OPS. “Gracias a las vacunas y a un gran esfuerzo colectivo, hace ya 31 años que el poliovirus salvaje no circula en nuestra región. Este es un logro extraordinario de la salud pública”, añadió.
La poliomielitis afectó a miles de niños en la región hasta principios de los años 90. En 1975 se reportaron cerca de 6.000 casos, y el último caso de poliovirus salvaje se registró en Perú en 1991. Este avance llevó a que, en 1994, las Américas fueran la primera región del mundo en ser certificada como libre de polio.
Sin embargo, la OPS destaca que mantener este estatus requiere renovar el compromiso y sostener la acción. En 2024, solo el 83% de los niños en las Américas recibió la tercera dosis de la vacuna antipoliomielítica, muy por debajo del 95% recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para lograr inmunidad colectiva.
La poliomielitis es una enfermedad viral que ataca el sistema nervioso y puede causar parálisis permanente, principalmente en niños menores de 5 años. En la mayoría de los casos no hay síntomas, pero uno de cada 200 infectados desarrolla parálisis, y entre el 5% y el 10% de ellos puede morir por parálisis respiratoria.
A nivel global, los casos de polio han disminuido en más del 99% desde 1988, cuando se estimaban 350.000 casos anuales en más de 125 países. Hoy, solo dos países mantienen circulación endémica del poliovirus salvaje. Sin embargo, los riesgos no han desaparecido.
En zonas con bajas coberturas de vacunación, los poliovirus derivados de la vacuna pueden mutar y propagarse en comunidades no vacunadas, causando brotes similares a los del virus salvaje. La OPS destaca la importancia de una vigilancia epidemiológica robusta y del uso estratégico de diferentes vacunas para mitigar este riesgo, sin perder de vista la meta de erradicación global. “Proteger, fortalecer y seguir las recomendaciones de los programas de inmunización es un acto de amor, solidaridad y una responsabilidad compartida de los gobiernos, los trabajadores de la salud, las comunidades y de cada uno de nosotros”, subrayó el Director de la OPS.

