Editorial artesanal Cuenta, Imagina y Crea presenta la obra de María Costa

Es integrante de varios grupos literarios en su país y en el extranjero.

María Costa, nació en Montevideo. Escritora y promotora cultural. Su padre era español, por lo que en 1971 obtuvo la ciudadanía española. Vivió en Italia durante 26 años, en Nápoles y Taranto. Actualmente reside en la ciudad de La Paz -Canelones- Uruguay. Es integrante de varios grupos literarios en su país y en el extranjero. Ha obtenido innumerables premios por su obra literaria, en Uruguay y en el exterior. Ha participado con sus publicaciones de varias revistas en su país y en antologías nacionales e internacionales.

Tiene publicados 8 libros, siendo el primero de ellos editado en 2001 en italiano en Nápoles. María participa desde hace varios años en Cuenta imagina y crea aportando material para la Revista “Con cada pisada”, recibió el Reconocimiento “Manos abiertas” a la Vocación humanitaria y cultural, Declarado de Interés Cultural. Participa fomentando la lectura y escritura.

La máscara blanca

Siempre me gustó deambular por las calles de la ciudad vieja en las noches

tenebrosas.

No sé por qué. Era un desafío al peligro y al misterio que me apasionaban.

En una de esas noches, caminaba ensimismada en mis pensamientos, cuando

siento a mi espalda  unos pasos sordos que llamaron mi  atención.

Giro y me enfrento a un ser cubierto por una máscara blanca, de la cual solo resaltan unos ojos oscuros con una expresión de dolor.

 

Esa mirada me impresionó y le ordené:

-¡Quítese la máscara, no me inspira miedo si eso es lo que se propone!

 

Me obedeció y se sacó la máscara y hablando con autoridad afirmó:

-Yo extirpó los corazones sin sentir la más mínima emoción.

-Es estúpido hacer algo sin experimentar ninguna emoción, respondí- lo que a usted le falta es vivir una vida con adrenalina.  No va a sentir nada extirpando el mío.

 

Pienso que sería una buena idea que yo extirpara el suyo. Le puedo asegurar

que sentirá una profunda emoción, miedo, dolor y finalmente la muerte que vendrá a su encuentro.

 

Se mostró muy dispuesto y yo muy segura. Tomé entre mis manos el cuchillo

que él tenía y se lo clavé en el corazón, excavé en círculos para poder extirparlo de raíz y sin ensuciar mucho. No lo logré a pesar de mi esfuerzo.

Me pregunté, el porqué de todo aquello. Entonces sentí una mano sobre mi hombro. Giré y era Dios.

 

Me miró y dijo:

-No lo lograste porque yo no quise.

El hombre de la máscara blanca se colocó la misma y siguió su camino. Me saludó con un:

-Gracias por el intento.

 

Por mí parte todavía tenía la mano de Dios sobre mi hombro, me miró fijo y dijo:

 

-Solo yo puedo extirpar corazones y especialmente, los de las máscaras blancas.

– Haga lo que quiera, seguiré mi camino entre las callejuelas tenebrosas en busca de emociones. ¡Hasta nunca!

-Sonrió y respondió:

Hasta pronto, Marión.

 

ESTUPOR

Estupor de rojos amaneceres

donde el caudal de soles,

irrumpen sin cortesía

sobre mi lecho desarreglado.

 

Estupor de grises y tibios anocheceres

donde tu cuerpo se funde en mí,

echando a los abismos

los oscuros presentimientos

de mi alma en pena.

 

Estupor de blancos hechizos

de luminosas e intrigantes

lunas llenas.

 

© Derechos reservados Editorial artesanal: Cuenta Imagina y Crea

 

 

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