Educación sin fronteras: el puente académico entre Uruguay y China

Las uruguayas Maia Escobar y Carla Rosso narran sus vivencias académicas en China.

Maia Escobar junto al grupo de graduados de estudiantes internacionales

La “Relación Estratégica Integral” entre la República Popular de China y la República Oriental del Uruguay se ha mantenido en auge durante la última década con la implementación de diferentes acuerdos. Estos, abarcan diversas áreas como la tecnología, inteligencia artificial, movilidad, recursos naturales, salud, calidad de vida, educación, entre otros.

El interés de Diario La R por abordar este tema surgió a raíz de la relevancia que ha tomado la cooperación educativa entre Uruguay y China en los últimos años, pese a no ser un acuerdo reciente. También, identificamos una necesidad de que más personas conozcan este tipo de cooperaciones y puedan hacer uso de ellas. Para profundizar en el impacto real de estas oportunidades académicas, se decidió investigar más a fondo y entrevistar a dos uruguayas que experimentaron de primera mano el intercambio cultural y educativo en el gigante asiático. Maia Lia Escobar Bonora y Carla Carol Rosso Fugardo compartieron sus vivencias en distintas ciudades de China, revelando cómo esta experiencia transformó su visión del mundo y enriqueció su formación académica.

Puente educativo entre Uruguay y China

En 2023, el entonces presidente Luis Lacalle Pou reforzó los lazos en materia educativa durante una reunión con el presidente Xi Jinping, en la cual se acordó aumentar el número de becas otorgadas por el gobierno chino a Uruguay llevándolo a 25 tras la firma de un “Memorando de Entendimiento sobre Cooperación en el Área de Educación” con vigencia a 2028. Por la documentación a la cual accedió Diario La R, el primer Memorando de Entendimiento de Cooperación, fueron suscritos en mayo de 2013, octubre de 2016 y abril de 2019.

Dicho documento reza que “la parte china ofrece cada año a la parte uruguaya hasta 25 becas completas con financiamiento del gobierno con motivo de ayudar a los estudiantes uruguayos a realizar estudios o cursos de perfeccionamiento en China”. En ese entonces, los estudiantes debían de solventar los gastos de viajes internacionales, mientras que el Gobierno de China se encarga de financiar la enseñanza, alojamiento, seguro médico y viáticos. En la actualidad, algunos de los planes acordados con la Universidad de la República (UdelaR), dicha institución, colabora con los gastos de traslado.

Con representantes de los Ministerios de Educación presentes, se reconoció la “profundización de la amistad entre los pueblos y las excelentes relaciones existentes en el área educacional entre los dos países” al igual que el reconocimiento del desarrollo común obtenido en el terreno de educación a través de una amplia cooperación. Por lo cual, las partes se comprometieron a promover y desarrollar la cooperación bajo los conceptos de educación básica, especial, profesional, técnica, capacitación, inclusión a las tecnologías, educación a distancia, educación internacional del idioma chino, matemáticas, educación superior tecnológica y formación relacionadas a economía.

Por otro lado, se estimula el intercambio entre especialistas de la educación y funcionarios gubernamentales de ambos países con el propósito de tener un “mejor conocimiento del sistema y las políticas de la educación”.

Sebastián Bandera, canciller de la Embajada de Uruguay en China, señaló que “estas becas se pueden utilizar en cualquiera de las universidades tanto para carreras de grado, posgrado o maestrías”. A su vez, explicó que independientemente “existen programas donde distintas universidades tienen intercambios”. A su vez, subrayó la importancia de la difusión para que más personas puedan acceder a los beneficios y mencionó que es importante saber que “se requiere cierto nivel de chino o inglés, dependiendo de la carrera que se curse”.

Xiahe, Gannan (Foto compartida por Carla Rosso).

Maia Escobar: “La experiencia en China me enseñó a superar el choque cultural y construir verdaderas amistades”

En exclusiva para Diario La R, Maia Lia Escobar Bonora, bióloga y doctora en Agronomía relata su paso por la Universidad de Agricultura de Jilin y el impacto que tuvo en su visión académica y personal.

Escobar, es egresada del Instituto de Profesores Artigas (IPA) en Biología y de la Facultad de Ciencias de la Udelar, donde obtuvo su Maestría en Biotecnología en 2017. En 2023, completó su Doctorado en Agronomía, una experiencia que tuvo lugar en la Universidad de Agricultura de Jilin, en la ciudad de Changchun, China. Durante cinco años, Escobar vivió y estudió en el gigante asiático, un período que describe como transformador tanto en el ámbito académico como personal.

“Cuando estaba en mi maestría, mis profesores estaban vinculados a proyectos científicos con China. Podía ver de primera mano el interés de Uruguay y China en colaborar, pero también todas las complejidades que eso conlleva”, comenta. Fue a través de un curso de 15 días en ese país cuando, según sus palabras, “me enamoré de China en esa primera experiencia”.

Escobar resalta que el proceso de aplicación para la beca fue “relativamente sencillo”. A través del sitio web de la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI), completó un formulario y presentó la documentación requerida. “Lo más difícil fue conseguir todos los papeles necesarios y las traducciones, pero en general diría que fue un proceso bastante directo”, detalla. Asimismo, destacó el apoyo de la Embajada de China en Uruguay para facilitar el proceso.

Durante su estadía en Changchun, Escobar estudió en inglés, aunque reconoce que vivir en una ciudad pequeña del norte de China implicó un esfuerzo adicional para aprender el idioma local. “Changchun es una ciudad pequeña, la mayoría de la gente no habla inglés, así que hice un esfuerzo por estudiar el idioma para poder comunicarme de manera fluida con los locales”, afirma. La investigadora destaca el valor que sus profesores y compañeros le dieron a su esfuerzo por integrarse al entorno, “es muy apreciado por los chinos que un extranjero se esfuerce en aprender el idioma, aunque sea a un nivel básico”.

En cuanto al aprendizaje obtenido, explica que, para ella, “uno no es la misma persona profesionalmente luego de estudiar fuera del país. Me abrió muchísimas oportunidades” y asegura que los conocimientos adquiridos, los protocolos y los contactos creados le resultaron de gran utilidad para su vida profesional. A su vez, subraya la importancia del intercambio cultural y el contacto con estudiantes de diversos países, “ese contacto te enseña que el mundo es mucho más complejo de lo que solemos ver en los medios de comunicación”.

Por otro lado, destaca la labor del equipo diplomático de Uruguay en China, al cual considera fundamental para su adaptación, “el embajador Fernando Lugris y su equipo fueron actores clave para mi bienestar académico, físico y mental. El entonces cónsul en Beijing, Sergio Della Valle, siempre estuvo al tanto de mi situación en Changchun”.

En el caso de Escobar, cuando ella decidió viajar, no existían apoyos de tipo económico por parte de la Udelar. “Hubiese sido muy valioso para mí como para las relaciones entre las universidades, haber recibido algún tipo de apoyo desde Uruguay, especialmente en el ámbito académico”, afirmó. Además, subrayó la importancia de que la Udelar considere a los estudiantes internacionales como agentes de conexión y brinde mayor apoyo para facilitar su estadía en China.

Finalmente, al ser consultada sobre qué recomendaciones les daría a futuros estudiantes que planean estudiar en China, no duda que “lo más importante es ser flexible y paciente. Hay que recordar que estás del otro lado del mundo, y las cosas son diferentes. Lo fundamental es mantener la mente abierta, ser adaptable y estar dispuesto a aprender y probar cosas nuevas”.

Carla Rosso: El puente entre oriente y occidente

La filósofa uruguaya Carla Carol Rosso Fugardo, doctora en Filosofía China por la Universidad de Fudan en Shanghái, ha encontrado en el gigante asiático no solo un lugar de estudio, sino un segundo hogar. Con una maestría y un doctorado en Filosofía China, Rosso lleva más de tres años y medio inmersa en un país que, según sus palabras, “me enseñó humildad para con quienes, y con lo que nos rodea, y por ello estaré siempre agradecida”.

Su primer contacto con la cultura oriental se dio a través del karate, una práctica que la acercó a Japón y, posteriormente, a China. Este primer acercamiento despertó en ella un profundo interés por el arte y la filosofía del Lejano Oriente. En 2017, un viaje a Asia junto a amigos la llevó a recorrer la China rural, donde quedó fascinada por la belleza de las terrazas de arroz en Yunnan y por la amabilidad de su gente. “Así me enamoré de China y pensé que quería volver a ese lugar y saber más de él”, afirmó.

Poco después, obtuvo una beca por parte del gobierno chino para estudiar Filosofía China en la Universidad de Fudan. “No lo dudé ni un momento. Soy docente de filosofía y egresada de la Facultad de Humanidades, pero nunca había estudiado Filosofía China. Era mi gran ausencia y esa era la oportunidad perfecta”, recuerda.

A su llegada a China, el idioma se presentó como un obstáculo que decidió enfrentar y aprenderlo con mucha perseverancia. Tras terminar su maestría, estuvo un año más en la ciudad de Lanzhou, en el interior de China, para dedicarse exclusivamente al estudio del idioma y la cultura tradicional.

En cuanto al apoyo académico, destaca la colaboración de docentes en Uruguay, quienes la respaldaron con cartas de recomendación fundamentales para su aplicación a la beca. Desde China, el soporte fue aún mayor, “me proporcionaron una beca total que cubre no solo mis estudios, sino que me proporcionaron un lugar para vivir y un estipendio mensual. Sin todas estas facilidades, nunca podría haber estudiado en el exterior”, reconoce.

Para Rosso, la experiencia en China enriqueció su formación académica y transformó su visión del mundo. Durante sus estudios, descubrió conceptos filosóficos que ampliaron su perspectiva sobre el Estado nación chino y su relación con Occidente. “Ahora estoy investigando sobre la construcción del Estado nación chino moderno y la idea de todo bajo el cielo, una concepción imperial que definía una organización política espaciotemporal muy diferente a la occidental”, explica.

Asimismo, su experiencia en Shanghái le permitió observar de cerca el vínculo de China con el resto del mundo, considerando que “no es un país intervencionista como los que históricamente conocemos en América Latina. Tiene una perspectiva del futuro mucho más amplia y considerada con respecto a la otredad”. Rosso considera que China es “un lugar que te atrapa”.

Para aquellos que deseen aventurarse en un intercambio académico con China, Rosso valora que, “es importante poder acercarse un poco a la cultura del país antes de venir y tener una mente abierta, estar dispuesto a sorprenderse”. Para ella, estudiar en China ha sido una experiencia transformadora que no solo redefinió su carrera, sino también su manera de entender el mundo.

Hipervínculo: Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI)

https://www.gub.uy/agencia-uruguaya-cooperacion-internacional/

Comparte esta nota:

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Últimos artículos de Mas allá de La Muralla