¿El Entierro del Carnaval como Patrimonio Cultural Inmaterial del Uruguay?

El viernes pasado en el Salón de Actos de la Alcaldía del Municipio de Guichón de Paysandú, se expuso una muestra de una serie de 33 fotos y máscaras del Entierro del Carnaval y los Mascaritos de Guichón y al tiempo se hizo  la presentación de mi libro «Los otros rostros de América Latina» que refiere a las máscaras del continente incluyendo algunas del Uruguay de los Mascaritos. La Comisión de Carnaval de Guichón y el Museo del Carnaval  de Guichón apoyaron e impulsaron esta exposición de fotos. La muestra en unos días se trasladara luego a la sede de la UTU en Guichón donde estará expuesta unas semanas. 

La actividad tuvo una amplia participación y conto con la presencia y palabras del Alcalde de Guichón, Marín Alvararez  y del Director de Cultura de la Intendencia de Paysandú, Eugenio Pozzolo, y muchos buscaron y encontraron amigos o conocidos que participaron en estos Entierros o como Mascaritos. En la ocasión réferi como el libro de las  máscaras del continente y constata la diversidad de expresiones, también nos revela la ausencia de este  tipo de manifestación cultural del Entierro del Carnaval como la encontramos en el Uruguay. La fiesta del Entierro del Carnaval está constituida por múltiples carrozas fúnebres con personajes o hechos que son trasladados a la sepultura  en símiles de féretros  y acompañados por deudos, personas festejando o llorando y atrás múltiples mascaritos representando al pueblo feliz y liberado de ataduras o personas, es único en la región. El Entierro refiere irónicamente a situaciones, desgracias o preocupaciones colectivas que se busca superar y enterrar definitivamente. No se pretende que al año próximo regresen para continuar la fiesta.  En aquel año de 2022 que dio origen a las fotos, el Entierro destaco el coronavirus o los altos precios, junto a personajes públicos o ciudadanos comunes que eran objeto de burla o de rechazo. Algunas fiestas populares como las Máscaras de los Años Viejos de Ecuador o las Sanjuanadas de Costa Rica, también expresan el deseo de pasar la página a los personajes o circunstancias negativas en el año anterior, pero apenas se caracterizan por el uso de las máscaras y no se integran a la tradición del fin del Carnaval. 

El  Entierro del Carnaval es una manifestación  única del país, y que actualmente se produce en muy pocos lugares como Guichón y Cardona y en menor proporción Fray Bentos, Vergara y otros. Muy seguramente estuvo presente en otras zonas y languideció con los años que ameritaría una investigación histórica.

El Entierro tiene una raíz histórica europea que se  trasladó al continente con formas muy particulares de hibridación y transculturización que lo han hecho muy diferente en diversas regiones. El tipo de Entierro del Carnaval de Uruguay  no lo encontramos en el resto del continente. En el Carnaval de Barranquilla en Colombia podemos encontrar el Entierro de Joselito que regresa al año próximo para renovar la fiesta o en el Carnaval de Ponce en Puerto Rico que se caracteriza por referir al Entierro de la Sardina, luego de estar prohibido comer carne. También en Jujuy en Argentina, se aprecia El entierro y el  desentierro del Diablo, pero que se asocia a la madre tierra y las tradiciones indígenas precoloniales. También en otros lugares hay algunas manifestaciones que refieren al Entierro del Carnaval como fin de la fiesta carnavalesca con sus propias particularidades. Sin embargo, el Entierro del Carnaval de Guichón, y también Cardona aun cuando tienen diferencias, se caracterizan por ser fiestas burlescas con creación de escenas y narraciones, y donde se crean carros alegóricos a ellas y que son acompañados por deudos y diversos acompañantes y así como Mascaritos. Son festejos altamente participativos, libres y desenfrenados. No son “espectáculos” programados, y se disfrazan con vestimentas personales simples transformadas en mascaras o de objetos alterados para esconderse en el anonimato. Esta es una tradición desde hace muchos años con una localización en zonas muy particulares incluso de migración, que lo conforman como una expresión patrimonial identitaria local y nacional, que merece ser conocida, estudiada, reconocida y protegida. Este es “El otro Carnaval” del Uruguay. No sólo por ser del interior, ni por su carácter popular, libre y por su alta participación colectiva. Ni tampoco por ser  muy diferente del Carnaval de raíz montevideana  que es más un «espectáculo» profesional, sino también por su carácter único. El Patrimonio Cultural Inmaterial de Uruguay, refiere a un “patrimonio vivo”, y remite a las prácticas, expresiones, saberes o técnicas transmitidos por las comunidades de generación en generación. Es esta una cultura tradicional y popular con un valor excepcional, con alta pervivencia en el tiempo a través de una recreación colectiva, en un tiempo y un espacio preciso. El Entierro del Carnaval lo cumple ampliamente, y debería ser puesto en la mesa para ser considerado como un posible Patrimonio Cultural Intangible, del Departamento, del Uruguay y de la UNESCO.

Eco. Claudio Rama

Dr. ED; Dr. DER; Post. Dr

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