Nació en Montevideo y murió joven en Morón, provincia de Buenos Aires. Su obra, que incluye «Cielitos» y «Diálogos Patrióticos», refleja la vida y el sentimiento de la época colonial y la revolución emancipadora.
El primer poeta criollo: Bartolomé Hidalgo nació en Montevideo el 24 de agosto de 1788 y, a pesar de haber quedado huérfano joven, supo desarrollar su talento poético. Su infancia en la pobreza marcó su visión de la sociedad colonial y su profunda identificación con el pueblo.
El poeta de la revolución: Hidalgo participó activamente en la revolución emancipadora, incluso recibiendo a José Artigas en Paysandú y destacando en la recepción a José Artigas en Paysandú y estuvo cerca del jefe de los orientales durante su gobierno en Purificación.
Compuso la «Marcha Nacional Oriental» para conmemorar el armisticio entre la Junta de Buenos Aires y el virrey en Montevideo.
La poesía gauchesca: Sus poemas, especialmente los «Cielitos», fueron los primeros en reflejar la vida y el lenguaje de los gauchos del Río de la Plata, estableciendo así el origen de la poesía gauchesca. Sus «Diálogos Patrióticos» también abordaron temas sociales y políticos, contribuyendo a la difusión de la idea de independencia.
Muchas de las obras de Hidalgo tienen un carácter gauchesco. El nombre de “gauchesco”, introducido por Ricardo Rojas en las primeras décadas de nuestro siglo como tecnicismo, hace referencia a los autores que, culturalmente ciudadanos, eligieron voluntariamente el habla rústica del campo rioplatense para su obra literaria. En este sentido, Hidalgo es, según Bartolomé Mitre “el Homero de la poesía gauchesca”. (4) De forma complementaria, Domingo Faustino Sarmiento, lo definió como: “el primero de los poetas gauchi – políticos del Río de la Plata”.
En palabras de Jorge Luis Borges:
“La poesía gauchesca, desde Bartolomé Hidalgo hasta José Hernández, se funda en una convención que casi no lo es a fuerza de ser espontánea. Presupone un cantor gaucho, un cantor que, a diferencia de los payadores genuinos, maneja deliberadamente el lenguaje oral de los gauchos y aprovecha los rasgos diferenciales de este lenguaje, opuestos al urbano.”
Olga Fernández Latour de Botas, reflexionando acerca de la figura del gaucho en la obra del mencionado escritor, afirma:
“Bartolomé Hidalgo fue el primero en colocar al gaucho en el sitial de héroe patriótico, elevarlo del plano del costumbrismo escénico al de vocero de la independencia americana (…) La extraordinaria importancia de la obra de Bartolomé Hidalgo estriba, pues, sobre todo, en haber elevado al gaucho rioplatense al plano de los símbolos.”
Nuestro primer poeta gauchesco también es considerado por muchos como el “poeta de las dos orillas” ya que nació en Montevideo y murió en Morón (provincia de Buenos Aires) en el año 1822, a dos años de haberse casado con Juana Cortina, estando en gran pobreza y estado muy avanzado de tuberculosis.
La bibliografía que estudia su vida y obra incluye a diversos autores, entre los que se encuentran: Lauro Ayestarán, Mario Falcao Espalter, E. Pivel Devoto, Walter Rela, Fernando O Assunção, Jorge Luis Borges, y Augusto Raúl Cortázar. Pero, a pesar de ello, hay aspectos de la biografía de Hidalgo que han adquirido matices de leyenda. Como sugiere Olga Fernández Latour de Botas “…el misterio envuelve íntegramente la figura de Hidalgo como un poncho tejido con las fibras del tiempo” (8). Existen incertidumbres sobre múltiples aspectos de su vida, como: su apariencia, su trabajo como peluquero, y la autoría de algunas composiciones poéticas que se le atribuyen (publicadas sin firma).
Más allá de la distancia temporal que nos separa de este poeta de la época artiguista, subrayamos el carácter inspirador, ideológico y constructor de la identidad nacional de su obra literaria. Al decir de Milton Schinca, Bartolomé Hidalgo fue “… sobrevivió por su poesía popular, esa que el pueblo canta sin saber siquiera quién la escribió, y que es por lo mismo la más dichosa de todas las poesías”.
Murió en Morón, provincia de Buenos Aires, el 28 de noviembre de 1822, en la pobreza y en plena juventud. Su legado perdura como el primer poeta criollo y el padre de la poesía gauchesca, reconocedora de la importancia de la vida y el lenguaje popular en la construcción de la identidad nacional.
Pues yo oí decir que, al final, traicionó la causa de Artigas pasándose al bando de Sarratea allá por el 1812. Que Joaquín Lenzina (Ansina) compuso un poema reprochándole esa actitud. Dicho esto sin menoscabo de los valores artísticos de su obra.