Como es sabido, la sal presenta sodio entre sus componentes. El cuerpo humano necesita ingerirlo ya que le sirve para cumplir con varias funciones como puede ser el correcto funcionamiento de las células, además de regular el equilibrio de fluidos y la presión arterial, según consigna la página BBC.com.
Con esa explicación vemos que el sodio siempre tiene que estar en el cuerpo ya que es imprescindible para que éste funcione, pero ¿qué pasa con la sal de mesa? Ésta le aporta aproximadamente el 90 por ciento de sodio a la dieta de cada persona.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendo que se coman menos de cinco gramos de sal al día, lo que equivale a una cucharadita, en personas sanas. Pero, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, los españoles consumen9,8 gramos de sal diariamente en promedio.
Dicen que todo en exceso hace mal y con la sal no es la excepción. Si se consume en demasía puede que aumente la tensión arterial, sin importar que edad tenga la persona. Por otro lado, implica que se esté más propenso a enfermedades cardiovasculares, cáncer gástrico y accidentes cardiovasculares. Obviamente que si reducimos su ingesta el riesgo de todas esas enfermedades disminuye notoriamente.
Si se quiere consumir sal pero alguna que tenga menos sodio en el mercado existen diferentes tipos que cumplen con esta función, según su zona geográfica, textura, color y composición. La más utilizada en estos casos, es la sal común o refinada.
Dicha sal tiene cloruro de sodio entre un 97 y 99 por ciento, pero como está refinada no tiene impurezas y tiene pocos nutrientes.
Otra sal, es la marina que se saca de la evaporación del agua de mar. Ésta no se encuentra refinada y tiene más oligoelementos y minerales. También debemos decir que es rica en yodo, lo que la hace ser positiva para el cuerpo. Por último, presenta 10 por ciento menos de sodio que la anterior.
Asimismo podemos encontrar la sal del Himalaya que tiene una menor cantidad de sodio, pero entre sus componentes están dos minerales como el magnesio y el potasio. La sal céltica o gris también tiene bajo contenido de sodio y la sal light que tiene 50 por ciento menos de sodio.
Por último pero no menos importante, la sal de potasio no tiene o la tiene en muy poca cantidad. Ésta parece ser la solución al exceso de sal, pero desde BBC dicen que solo debe consumirse cuando tienen ciertas enfermedades, ya que está latente la posibilidad de que se genere un exceso de potasio en la dieta.
Igual así se advierte que no es elegir el tipo, sino limitar su consumo lo que va contribuir para que cada día la persona se sienta mejor.
Algunos alimentos ya vienen con sal añadida en su preparación como por ejemplo los quesos, embutidos y otros productos que si se consumen en exceso pueden perjudicar la salud, aunque se haya reducido la cantidad de sal que se le pone al plato de comida.
MÁS DATOS:
Según la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, más del 70 por ciento del sodio de nuestra dieta proviene del consumo de alimentos envasados y preparados.
