En medio de su viaje de instrucción número 35, el Capitán Miranda, velero escuela de la Armada Nacional de Uruguay, arribó este jueves al puerto de Las Palmas, en la isla española de Gran Canaria, ondeando su emblemática bandera azul y blanca.
La embarcación, que en esta travesía recorrerá cerca de 12.000 millas náuticas (más de 22.000 km) a lo largo del Atlántico y el Mediterráneo, cumplirá funciones tanto formativas como diplomáticas, con escalas en una veintena de puertos internacionales.
El comandante del buque, capitán de navío Andrés Martín Debali, destacó la emoción de regresar a Las Palmas, puerto que visitó por primera vez en 1999 como guardiamarina. “Es una isla con la que compartimos raíces culturales profundas”, expresó.
Un símbolo flotante de historia y diplomacia
Construido en 1930 en los astilleros de Cádiz, el Capitán Miranda ha servido como plataforma diplomática, cultural y educativa. Fue escenario de encuentros históricos, como el protagonizado en 1948 entre los presidentes de Uruguay y Argentina en un momento de tensión bilateral. También ha recibido a figuras como el rey emérito Juan Carlos I y la reina Sofía de España.
El velero lleva el nombre de Francisco Prudencio Miranda, marino e intelectual uruguayo de ascendencia española, y se convirtió en el primer barco de bandera uruguaya en dar la vuelta al mundo.
Durante su estadía en Gran Canaria, el buque será el centro de una jornada especial: el Día del Uruguayo, una celebración a bordo dirigida a la comunidad uruguaya residente en las islas, estimada en alrededor de 15.000 personas.
«Un puente entre dos orillas»
La cónsul general de Uruguay en Canarias, María Gabriela Chifflet, fue una de las autoridades presentes en el recibimiento del velero. En su intervención, subrayó el fuerte vínculo histórico que une a ambos pueblos:
“Montevideo fue fundada por 50 familias canarias que llegaron en dos etapas diferentes”, recordó, destacando además que el departamento de Canelones, donde se concentran muchos descendientes, “se denomina a sí mismo como la canaria”.
El arribo del Capitán Miranda refuerza esos lazos y ofrece a la diáspora uruguaya un espacio para reconectar con sus raíces, mientras continúa su travesía de formación y representación por los mares del mundo.