Las inundaciones que han afectado a Pakistán este verano, responsables ya de unos 1.200 fallecidos en todo el país, han supuesto también un empeoramiento de la situación sanitaria, hasta el punto de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado la voz de alarma por la posible aparición de brotes de enfermedades.
La OMS prevé un empeoramiento de los brotes que ya tiene activos Pakistán, entre los que se cuentan la diarrea acuosa aguda, el dengue, la malaria, la polio y la COVID-19.
El agua que sigue anegando numerosas zonas puede convertirse en un factor clave para la transmisión si no se toman medidas. No en vano, el temporal que azota Pakistán desde mediados de julio y ha afectado a unos 33 millones de personas, con 66 distritos especialmente damnificados. Según la OMS, casi 890 centros médicos han sufrido algún tipo de daño y, de ellos, 180 están totalmente inutilizables.
La agencia de desastres de Pakistán calcula que al menos 1.191 personas han fallecido víctimas de las inundaciones, según un informe publicado este miércoles y que sitúa Sindh, con 422 muertes, como la región más afectada. Además, al menos 3.641 personas han sufrido heridas.
El temporal ha provocado también que más de 1,1 millones de viviendas han sufrido algín tipo de daño, entre ellas más de 370.
000 que han quedado completamente destruidas. Además, se han perdido más de 730.
000 cabezas de ganado.