El presidente Alberto Fernández habló por primera vez en público de la renuncia de Roberto Feletti, quien ayer anunció su salida del Gobierno en desacuerdo con la política de control de precios impulsada por el ministro de Economía, Martín Guzmán.
Feletti presentó el lunes su renuncia que no fue dirigida al ministro de Economía sino al Presidente de la Nación, Alberto Fernández. En su lugar designaron como su reemplazante el ex director del Banco Central, Guillermo Hang.
Escoltado justamente por el titular del Palacio de Hacienda, el jefe de Estado volvió a analizar cómo la invasión rusa a Ucrania afecta el precio de los alimentos en todo el mundo y reveló: «Hoy a la mañana lo hablaba con Feletti, a quien aprovecho para despedirlo y darle las gracias por todo el trabajo realizado».
«Él me contaba cómo se disparó el precio de los alimentos justamente cuando la guerra se desató, cómo se disparó en le Argentina, y la verdad lo escuché con mucha atención alguien que ha trabajado codo a codo con nosotros y ha puesto su empeño, pero le tocó enfrentar este momento tan singular», completó.
Fernández y Guzmán encabezaron junto al ministro de Producción, Matías Kulfas, y a importantes empresarios un acto en Casa de Gobierno en donde se anunció un régimen cambiario especial para las empresas petroleras que aumenten sus inversiones en el país.
Modificación de organigrama
La semana pasada, el gobierno había anunciado una modificación en el organigrama del gabinete. La secretaría de Comercio Interior pasó a depender del ministerio de Economía y dejó de estar bajo la competencia del ministerio de Desarrollo Productivo. Esa decisión fue expresamente mencionada en la renuncia.
Los cambios en el Gobierno provocaron múltiples lecturas en medio de la interna que enfrenta a Alberto Fernández con su vice, Cristina Kirchner.
La oposición cree que la renuncia confirma que el fracaso de los controles de precios que impulsaba el ex secretario de Comercio, ligado a CFK. Y en el Poder Ejecutivo aseguran que las modificaciones empoderan a Guzmán para que aplique sus recetas sin distorsiones para luchar contra la inflación. Lo que también implica un fuerte riesgo frente a un posible fracaso en un contexto internacional muy delicado.