Gustavo Petro ha partido como principal favorito en estas elecciones desde el principio de la campaña. El candidato de la izquierda por el Pacto Histórico se presenta con una plataforma que se centra en un cambio radical del modelo económico de Colombia, alejándose del petróleo y el carbón.
Es la tercera vez que Petro, de 62 años, se presenta a unas elecciones presidenciales en Colombia, pero en esta ocasión es el favorito, un cartel que está poniendo en cuestión el sorprendente ascenso del ultraderechista Rodolfo Hernández, quien ha llegado a colocarlo segundo en algunas encuestas, un escenario hasta ahora desconocido para el que fue alcalde de Bogotá. El proyecto de Petro recoge en gran medida las demandas de las importantes protestas sociales que sacudieron las calles de las principales calles de Colombia entre 2019 y 2020 y que provocaron un revolcón político similar al vivido en países como Chile, Ecuador o Perú.
El descontento se ha plasmado en un programa denominado ‘Colombia potencia mundial de vida’ que recoge puntos clave como la reforma agraria o de las fuerzas de seguridad, así como el cumplimiento de los acuerdos de paz que se firmaron con la desaparecida guerrilla de las FARC en 2016 y que desde entonces han sido despreciados por el Gobierno del todavía presidente, Iván Duque. Su programa plantea un cambio radical del modelo económico, basado en un impulso de la producción agropecuaria previa reforma agraria con la que poder atacar la desigualdad. En Colombia más de la mitad de las tierras están en manos de una minoría privilegiada que no alcanza el 2 por ciento de la población.
La candidatura de Petro recoge medidas contra el ‘fracking’, la defensa de los recursos naturales, la reforma de los fondos de pensiones privados y públicos, un ingreso mínimo básico, el impulso de las energías renovables, una reforma tributaria que espera que sirva para que los 4.000 colombianos más ricos paguen cerca de 12.000 millones de pesos al año (unos 2,84 millones de euros). Especial atención tiene en el texto la promoción de las políticas paritarias, entre las que está la propuesta de que las mujeres ocupen el 50 por ciento de todos los cargos públicos a todos los niveles de poder y que exista un Ministerio de Igualdad encargado de articular este tipo de medidas.
El Pacto Histórico también ha prometido avanzar hacia la «desmilitarización de la vida social» y el desmantelamiento del polémico Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), objetivo de las críticas tanto fuera como dentro del país por su papel en la represión de las protestas de 2019 y 2020. Aplicar íntegramente los acuerdos de paz, proteger a los líderes sociales y campesinos de la violencia de los grupos armados, eliminar los fueros militares y fiscalizar los procesos de investigación que afectan a los crímenes cometidos por el Ejército y la posibilidad de iniciar un diálogo con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) son otras de las propuestas presentadas por Petro.