El problema de los asentamientos irregulares, la dificultad de acceso para la clase media y la necesidad de incorporar criterios de sustentabilidad marcan la agenda de los últimos gobiernos. En ese marco, la exministra de Vivienda Irene Moreira realizó un balance de su gestión al frente de la cartera entre 2020 y 2023, durante el gobierno de coalición republicana encabezado por Luis Lacalle Pou.
Moreira repasó las principales iniciativas que impulsó, las dificultades que enfrentó —incluida la pandemia— y su visión sobre la continuidad de programas que hoy el actual Ministerio de Vivienda mantiene en ejecución.
El nacimiento de dos “megaproyectos”: Plan Avanzar y Sueños en Obra.
Al recordar su llegada al ministerio, Moreira destacó que apenas trece días después de asumir se declaró la emergencia sanitaria por el Covid-19, lo que obligó a reorganizar prioridades. A pesar de ese contexto adverso, la exministra señaló que logró dejar como legado dos grandes planes.
El Plan Avanzar fue concebido como una respuesta integral al problema de los asentamientos. Según Moreira, cuando asumió existían entre 650 y 700 en todo el país. “No había ningún departamento que pudiera decir que era ajeno a esa realidad. Entonces, había que realmente enfocar donde estaban justamente las personas más vulnerables de la sociedad”.
Lo novedoso de la iniciativa, remarcó, fue la coordinación entre todos los brazos del sistema público de vivienda: “No era solamente la Dirección Nacional de Vivienda de Uruguay (Dinavi) que trabajaba, sino que iba a estar Dinavi, iba a estar el Juntos (Plan de Integración Socio-Habitacional), iba a estar el Programa de Mejoramiento de Barrio, iba a estar Mevir. O sea, eran todos los brazos (…) y lo que tenía el proyecto era que iba a trabajar a nivel país, en forma coordinada con las intendencias, que son las que están en primera línea”.
Un programa «para un segmento diferente de la población»
El otro programa, Sueños en Obra, apuntaba a un segmento diferente, la clase media trabajadora y los jóvenes. “El plan de Sueños en Obra era justamente pensado en ese público objetivo, en la cual pueden pagar un alquiler, pero obviamente le queríamos potenciar el alquiler con opción a compra. Es decir que empieces a pagar ese alquiler, pero sabiendo que va a ser tuyo dentro de 15, 20 años, cuando cumplas todas las cuotas, ese bien va a pertenecer a tu patrimonio”.
El actual gobierno mantiene ambos planes en ejecución. Para Moreira, esto es una muestra de que las políticas fueron acertadas: “Yo siempre dije que cuando entramos al Ministerio (…) no vinimos a refundar el Ministerio, el Ministerio tenía más de 30 años, sino que lo que estaba bien se iba a dejar, lo que se podía mejorar, lo íbamos a mejorar. Y nuestra impronta fue justamente el Avanzar. Entonces, ver que hoy es una realidad, ver que hoy están continuando con las políticas de este megaproyecto del Avanzar, a mí obviamente me hace feliz” indicó.
La ex jerarca también se mostró orgullosa de que Sueños en Obra siga en marcha y genere soluciones de vivienda en distintos puntos del país, especialmente con participación de pequeñas y medianas empresas del interior: “Le dábamos una facultad bien importante para aquellas empresas familiares que presentaban un proyecto hasta ocho viviendas, que se le daba un financiamiento muy importante para que pudiera cumplirla”.

Presupuesto y prioridades
El nuevo Plan Quinquenal de Vivienda y Hábitat 2025-2029 proyecta una inversión de 3.000 millones de dólares para el próximo período, duplicando la cifra ejecutada en el quinquenio pasado.
El plan se propone reducir los asentamientos irregulares a la mitad, mejorar la gestión de suelo urbano, impulsar la rehabilitación de viviendas vacías y reforzar el acceso de los sectores medios y vulnerables a soluciones habitacionales.
Para ello, se plantea trabajar en cuatro grandes líneas, la erradicación y regularización de asentamientos, el acceso a vivienda nueva y usada con distintos mecanismos de financiamiento, los programas de mejora barrial y sustentabilidad ambiental, así como mayor coordinación entre ministerios, intendencias y actores privados.
Moreira defendió la gestión de los recursos utilizados durante su gestión: “Yo creo que nosotros trabajamos muchísimo para conseguir una inyección en dinero. Fíjate que el presupuesto era 240 millones de dólares, nosotros lo duplicamos, lo llevamos a 480 millones de dólares, reitero, en un año muy complicado (…) y eso se volcó netamente a la construcción, a darle respuesta a los asentamientos”.
En su balance, destacó que se alcanzaron más de 60.000 soluciones habitacionales. Y deseó que la administración actual logre aún más: “Ojalá este gobierno con esa inyección que va a tener de dinero, de aporte, pueda superar ampliamente, porque como pienso, si le va bien a este ministerio, está yéndole bien a la gente, a los más necesitados, entonces voy a celebrar”.
Políticas sociales
Durante su gestión, Moreira también buscó atender situaciones puntuales de alta vulnerabilidad. Uno de los ejemplos que mencionó fueron los convenios para niños en tratamientos oncológicos: “Se les daba un subsidio de alquiler mientras durara el tratamiento, porque quieras o no, va de la mano. Para que el tratamiento tenga el resultado esperado, debe tener un mínimo de condiciones habitacionales”.
Para la exministra, estas acciones reflejan que la política habitacional no es solo construcción, sino también dignidad: “Poder darle la felicidad a un niño, a una familia, cuando le ponés las llaves en las manos de esa familia, no te lo paga nada”.
Innovación y construcción sustentable
Otro aspecto que Moreira destacó fue la incorporación de la construcción en madera como alternativa sustentable. Señaló que siempre le preocupó el cuidado del medioambiente, entendiendo que las decisiones en materia de vivienda también comprometen el futuro: “tenemos que cuidar nuestro ambiente porque es el que van a vivir nuestros hijos y nuestros nietos”. Por eso, explicó, se buscó crear nuevos sistemas constructivos amigables con la naturaleza.
La madera, subrayó, fue un material clave en esa apuesta: “Es noble, es cálida, tiene una cantidad de virtudes que la conozco, que la viví”. Si bien reconoce que enfrentó prejuicios, consideró fundamental haber impulsado proyectos piloto, como el del departamento de Rivera, que permitieron demostrar la calidad de estas viviendas y abrir camino hacia nuevas formas de construcción.
Este tipo de iniciativas no son ajenas a América Latina. En distintos países de la región la construcción en madera y el uso de materiales sustentables comenzaron a ganar espacio como alternativas más flexibles, económicas y respetuosas con el ambiente frente a los sistemas tradicionales. El impulso de proyectos de este tipo refleja una tendencia regional hacia modelos de desarrollo habitacional más sostenibles, un camino que Uruguay también puede profundizar a partir de las experiencias piloto implementadas en los últimos años.
Un cierre con la frente en alto
Un capítulo que acompañó la gestión de Irene Moreira al frente del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial fue el de las adjudicaciones de viviendas, que dio lugar a una investigación administrativa. El informe elaborado entonces concluyó que no siempre se siguieron los procedimientos previstos y que, en algunos casos, las entregas se realizaron fuera de las situaciones de emergencia habitacional que la normativa contemplaba.
Según el análisis técnico, las familias beneficiadas contaban con ingresos por encima de la línea de pobreza y no atravesaban situaciones de vulnerabilidad extrema, lo que abrió el debate sobre la pertinencia de esas decisiones. El tema generó cuestionamientos sobre los criterios aplicados y sobre el alcance de las facultades ministeriales para disponer de cupos especiales.
La ex jerarca asegura no tener deudas con la ciudadanía: “El Estado no perdió un peso, Irene Moreira tiene las manos libres, la frente en alto, no se quedó con ningún peso. Y lo que se otorgó fue la posibilidad de esa persona de adquirir un bien, porque no se le regaló nada”.
Hoy, al mirar hacia atrás, la exministra mencionó que volvería a vivir esa etapa. Y aunque reconoce que siempre quedan deudas pendientes, reivindica haber impulsado políticas que el país mantiene activas: “Estoy contenta en el sentido que veo que lo que nosotros entendíamos que era bueno para el país, bueno para la gente, bueno para los más frágiles, esta administración lo mantiene. Eso demuestra que es un producto bueno, que se puede mejorar. Y ojalá lo mejoren”.


Qué falta de respeto, qué atropello a la razón, decía Discépolo…
Yo m e cansado de preguntar x todos lados x viviendas soy jubilada y como m pasó un pokito no m pertenecen las de jubilados ,soy jubilada x imposibilidad ficica y cobro una pensión de mi pareja fallecida pero hay gente que enagenan todo o arriendan los campos y le dan casa o le subsidian el alkiler y luego viven en otros lados y van como casa veraneo eso quien supervisa que si ganas una mínima con que bancas un auto nuevo ,yo pregunto en santa lucía canelones quien supervisa quien realmente investiga si la necesita o hay otro más necesitado yo pago alkiler y no puedo comprar medicación