Se realizó ayer la despedida de la actriz y conductora de televisión Cristina Morán que falleció el pasado viernes a los 93 años. Diversas personalidades de la cultura y la política nacional se hicieron presentes en su velatorio. La vicepresidente de la República, Beatriz Argimón anunció que estará convocando a todas als muejres de los diferentes partidos políticos para realizar un homenaje a Cristina Morán.
Dijo que Morán era la “señora televisión ya que es imposible concebir los primeros tiempos de la televisión uruguaya sin Cristina». Recordó “muchas de nosotras a la salida de la dictadura veíamos a un grupo de mujeres, donde estaba Cristina, peleando por los derechos de las mujeres y al lado de nosotras estuvo siempre».
La intendenta de Montevideo, Carolina Cosse señaló que «en los últimos tiempos cuando me veía me decía no aflojes» y acotó que «hay que recordarla con una sonrisa, con el corazón». Por otra parte el expresidente Julio María Sanguinetti dijo que «es una vida cumplida, un ejemplo a seguir y una referencia en la historia de nuestro periodismo y como una referencia de nuestra democracia».
La directora de InMujeres, Mónica Botero dijo que Cristina Morán «como activista de género siempre estuvo presente» siendo una persona que concitaba unanimidades en nuestro páis «y eso no es poca cosa».
La hija de Cristina, Carmen, dijo a la prensa que «uno piensa en la Cristina Morán que empezó su carrera hace 75 años, pero no era aquella, fue la mujer de hoy, del presente». A la vez solicitó que se la recuerde como «una amante de la vida”.
Carmen le dijo a la prensa presente en el velatorio “quiero hablar de vida, no quiero hablar de despedidas. Quiero hablar de vida, de legado, de huellas, de un camino que mamá nos dejó a todos, y que hoy esa siembra está acá, por el amor de la gente que conozco y no conozco. Ella era una amante de la vida, así que hoy estoy celebrando la vida».
También destacó la vitalidad de su madre hasta los últimos días. “Hasta fines de junio estábamos en el escenario. Era una mujer con una vitalidad irrepetible. Uno quisiera hoy tener esa vitalidad y ella nos infundía ganas a las dos generaciones, a mí y a mis hijos». Agregó «cuando nos quedábamos un poco y bajábamos la guardia, nos decía que no, que para atrás ni para tomar impulso, siempre para adelante. Y siempre enseñándonos. Era una mujer muy sabia, que nos dejó mucho amor, porque era presente en los afectos, en la familia y en su gente. Ella fue una repartidora de amor”. Carmen sostuvo que su madre «fue una mujer icónica, un emblema y, sobre todo, fue mi mamá. Lo más importante para mí es que fue una gran madre, que estuvo en los momentos más importantes y también en los más pelotudos. Yo soy producto de ella. Fue una madre luchona, como le dicen ahora. Todo lo que soy me lo dio ella”.
