La evolución se ve reflejada en los ómnibus y las líneas

Como en toda empresa de transporte, con el paso de los años se debe mejorar la herramienta de trabajo, en el caso de Cutcsa el ómnibus, para estar siempre con lo último en tecnología. Así fue que pasaron de los Leyland a los actuales. Además, las líneas evolucionaron junto con la ciudad.

Con el paso de los años, la Compañía Uruguaya de Transportes Colectivos Sociedad Anónima (Cutcsa) se tuvo que aggiornar a los tiempos que corrían en las diferentes épocas. Esos cambios se vieron en los ómnibus desde los que eran abiertos en la parte de atrás hasta los actuales, donde se incluyen las 20 unidades eléctricas.

La base fundamental de Cutcsa se dio en esa dependencia fundamental de Inglaterra con el Leyland, (del que fuimos representantes) durante muchos años. Al día de hoy, el ómnibus más que un vehículo con motor es algo con mucha tecnología arriba. Tienen aire acondicionado, puertos USB para cargar celulares, máquinas expendedoras de boletos, seis cámaras que algunas son para darle seguridad al conductor y otras son para ayudarlo a maniobrar marcha atrás, por decir un ejemplo.

Otra cosa que tienen incorporado, son los destinos electrónicos en el frente y en el costado, que a veces uno venía a la parada y no sabía cuál era (si no lo veía de frente). Además, son accesibles para personas en silla de rueda por medio de rampas y tienen piso bajo. Estas dos características ya están presentes en el 48 por ciento de las unidades de Cutcsa. Se ha evolucionado mucho”, manifestó a Diario La R, el presidente de Cutcsa, Juan Antonio Salgado.

En los últimos dos años, con la llegada de las primeras 20 unidades eléctricas en junio de 2020, dieron un paso a lo que creen que es el principio de un cambio en la matriz energética. Lo que demanda un bus de este estilo para su reparación y logística es muchísimo en cuanto a la mecánica y la electrónica. Ya no existe más el mecánico que trabajaba abajo del mismo en una fosa con un martillo, sino que ahora los arreglos se hacen en la parte aérea con otra seguridad.

CONVENIO CON UTU

“Ahora trabajamos en conjunto con la Universidad Tecnológica del Uruguay (UTU) donde todos los años tratamos de hacer determinadas pasantías con estudiantes. Luego de la misma, algunos se quedan para trabajar como empleados de Cutcsa, donde ya tenemos experiencia de varios que han hecho eso.

A nosotros nos interesa que los muchachos tengan interés de aprender sobre todo lo eléctrico y que ya tengan la visión de que pueden tener trabajo. Tenemos que seguir en esto, porque si la flota eléctrica aumenta, como esperamos que pase, (tenemos que tener más gente para atender los ómnibus)”, expresó.

Consultado acerca de cómo han avanzado las líneas de ómnibus tanto en el Área Metropolitana como en Montevideo, Salgado fue claro al decir que por el año 1977 empezó el movimiento de Cutcsa para expandirse hacia el primer lugar mencionado. Eso se hacía con las unidades que estaban fuera de servicio, que se arreglaban para tal fin y luego se renovaban.

Hoy mantenemos una buena presencia en el Área Metropolitana. Avanzó en la medida que cambiaron los hábitos de la gente y el país. La Costa de Oro no era lo que es hoy, antes era un lugar para veranear hasta que en determinado momento se transformó en un gran dormitorio de la ciudad, por lo que requirió muchos más servicios.

Lo que Cutcsa trataba de hacer con las autoridades departamentales era ir dando respuesta a esas necesidades de servicio. Las Piedras, La Paz, Progreso, todos esos lugares en Ruta 1 fueron las primeras ciudades dormitorio, pero después creció muchísimo toda esa zona de la Costa de Oro. Ahí crecimos a medida que se necesitaba”, señaló.

En el caso particular de Montevideo también creció porque hubo movidas muy importantes de personas que se fueron a vivir a otros lugares. Algunos barrios en los últimos 50 años cambiaron notablemente y otros bajaron su actividad como los barrios Reus, Goes, Aguada, Reducto y Tres Cruces. En determinado momento eso se había vaciado y empezaron a aparecer familias que se ubicaban de Piedras Blancas hacia afuera en Colón, Melilla o los Bulevares. “Eso se hacía de forma desordenada, que es lo peor, porque teníamos que ir a dar servicio y respuesta inmediatamente como también el Estado le tiene que dar luz, agua, y saneamiento en el Montevideo Rural.

Si se eligiera desde el punto de vista económico y de eficiencia nunca se elegiría hacer esos trayectos largos. En definitiva, con las mismas unidades tenés que hacer muchos más kilómetros para traer a la misma gente que antes vos la transportabas dentro de un círculo.

Si será importante toda esa gente que vivía en el círculo cercano al centro que en algún momento llegó a ver boletos de tres horas, con boletos diferenciados. No eran las zonas en las que después pusimos, a lo largo de los años, el boleto local que era en la zona rural hasta algunos centros como eran: Instrucciones, Manga y toda esa zona para venir a Piedras Blancas ya que ahí se encontraban los centros comerciales, las ferias y los lugares de cobranza”, puntualizó.

Para todos esos cambios, Cutcsa tuvo que adaptarse. Entonces, cuando se dice que hay un cambio cultural después de la pandemia del Coronavirus / Covid-19, que hay un nuevo 100 por ciento en la venta de boletos y un 20 por ciento que no va ser fácil recuperarlo, no los asusta porque ya se adaptaron al gran cambio cultural de los lugares de concentración de construcción de viviendas de gente.

La gente creaba un barrio, llámese asentamiento o no, donde los que vivían eran el 99 por ciento clientes del sistema de transporte, ya que no tenían auto, pero en algunos casos no teníamos forma de llegar porque no había calles. Había que buscar la manera de rodear el barrio y así poder llegarles. Después se hicieron calles a lo largo de los años. Nosotros dimos respuesta rápido porque era donde estaban los clientes”, sostuvo.

Por último, mencionó que el cambio de imagen en Cutcsa fue fundamental, donde se le hizo entender a los montevideanos que eran nuestros clientes y así se los valora en la interna de la empresa. No son usuarios, sino clientes. “Mi vieja que toda la vida estuvo en el transporte me decía ´no le digan usuarios, no le pueden decir así, nosotros somos clientes del sistema´ y hay que tratarlos como tal, no como usuarios que tienen la obligación de su uso como medio de transporte, porque había pocos autos y no todos tenían. Teníamos que hacerle ver a los montevideanos que estábamos para darle respuesta”, finalizó.

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