Con este resultado, el Índice de Precios al Consumidor de Buenos Aires (IPCBA) acumula un incremento del 28,3% en los primeros once meses de 2025 y alcanza una variación interanual del 32,6%. Aunque elevada, esta última cifra representa una leve desaceleración de un punto porcentual respecto de octubre, lo que sugiere cierta estabilidad dentro de un escenario todavía marcado por fuertes tensiones inflacionarias.
El comportamiento de los precios durante noviembre estuvo impulsado fundamentalmente por cinco divisiones que, en conjunto, explicaron más del 70% del alza total: Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles; Alimentos y bebidas no alcohólicas; Transporte; Restaurantes y hoteles; y Recreación y cultura. Estas categorías continúan siendo las más sensibles para los consumidores porteños, dado que concentran servicios esenciales y rubros de consumo cotidiano.
El informe del organismo porteño ofrece además un anticipo del panorama nacional, ya que los datos de CABA suelen anticipar tendencias que luego se reflejan en el Índice de Precios al Consumidor que el INDEC difundirá este jueves 11 de diciembre. Las consultoras privadas, por su parte, coinciden en que la inflación nacional volverá a ubicarse por encima del 2% por tercer mes consecutivo, consolidando un piso elevado para el cierre del año.
Los rubros que más impulsaron la inflación
La división Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles registró un incremento del 2,5%, con una incidencia de 0.49 puntos porcentuales. La suba se explicó principalmente por aumentos en los gastos comunes de los edificios y en los alquileres, a lo que se sumaron ajustes en las tarifas residenciales de electricidad y gas natural. Este rubro es especialmente sensible, ya que refleja tanto la actualización de tarifas como la dinámica del mercado de alquileres, dos factores que golpean directamente al presupuesto familiar.
Alimentos y bebidas no alcohólicas aumentó 2,2% y aportó 0,39 puntos porcentuales al índice general. Dentro de este grupo, las carnes continuaron siendo el principal motor de aumentos, con un alza de 4,5%. También subieron Pan y cereales (2,0%) y Frutas (6,8%). En contraste, la categoría Verduras, tubérculos y legumbres experimentó una baja de 5,1%, amortiguando parcialmente la presión alimentaria.
El Transporte mostró una suba de 2,9%, con una incidencia de 0,31 puntos porcentuales. El incremento estuvo impulsado por actualizaciones en combustibles y lubricantes, junto con ajustes menores en automóviles. La caída en los pasajes aéreos contribuyó a moderar la variación dentro de esta división.
En Restaurantes y hoteles, la suba fue de 2,7%, explicada por nuevos incrementos en los precios de comidas elaboradas en bares, restaurantes y casas de comida. Recreación y cultura tuvo una variación del 4,0% mensual, impulsada por el aumento en paquetes turísticos y por subas en servicios culturales y deportivos.
Bienes y servicios: una brecha que se amplía
En noviembre, los Bienes aumentaron 2,3%, mientras que los Servicios subieron 2,5%, profundizando la brecha que se observa a lo largo del año. Los Servicios acumulan un alza del 32,4% en los primeros once meses, frente al 22,0% de los Bienes. Esta diferencia también se percibe en la variación interanual: los Bienes crecieron 24,3%, mientras que los Servicios se ubican en un 38,0%, aunque con una leve desaceleración respecto del mes anterior.
Inflación núcleo y regulados
El subíndice Resto IPCBA, considerado una aproximación a la inflación núcleo por excluir precios estacionales y regulados, aumentó 2,5% en noviembre. En términos interanuales se ubicó en 34,7%, mostrando un leve retroceso respecto de octubre.
Por su parte, los precios regulados aumentaron 2,7%, con fuerte incidencia de los incrementos en combustibles, cuotas de medicina prepaga, aranceles educativos y tarifas de electricidad y gas. Aun así, este agregado mostró una desaceleración interanual y se ubicó en 30,2%.
Con estos datos, la Ciudad de Buenos Aires se prepara para un cierre de año que, aunque más estable que en momentos anteriores, todavía refleja la persistencia de tensiones inflacionarias que impactan de lleno en los ingresos y en la capacidad de planificación de los hogares.

