Las terapias inmunitarias CAR-T podrían ser eficaces contra tumores sólidos si se identifican las dianas adecuadas, según sugiere un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign (EEUU). Los investigadores aplicaron con éxito CAR-T en un modelo de ratón de cáncer de ovario, un tipo de tumor sólido agresivo que hasta ahora había eludido este tipo de terapias.
«Incluso con un modelo de tumor en estadio avanzado y con una sola dosis, observamos efectos antitumorales potentes», ha afirmado la primera autora del estudio publicado en la revista ‘Journal of ImmunoTherapy for Cancer’, Diana Rose Ranoa.
«Aún quedan muchas preguntas por responder, pero este estudio demuestra que CAR-T puede matar este tipo de cáncer una vez que reconoce la diana adecuada», ha añadido Ranoa, investigadora postdoctoral en el Instituto Carl R.
Woese de Biología Genómica de Illinois. Las células T son los glóbulos blancos del sistema inmunitario que reconocen y atacan a determinados invasores extraños al organismo. Las terapias CAR-T utilizan receptores moleculares especiales, llamados receptores de antígenos quiméricos, que se unen a biomarcadores del cáncer. Estos CAR ayudan a las células T del propio paciente a atacar el cáncer como si fuera un invasor externo.
Aunque estas terapias son eficaces contra cánceres sanguíneos como la leucemia y el linfoma, los cánceres que producen tumores sólidos siguen siendo difíciles de tratar con inmunoterapias CAR-T, ha explicado David Kranz, director del estudio y profesor emérito de Bioquímica en Illinois. «No hay el mismo tipo de dianas para estos receptores en los tumores sólidos que en los cánceres de la sangre, y es muy difícil encontrar una diana que no se encuentre también en los tejidos sanos.
El otro factor es que las células tumorales sólidas tienen su propia forma de suprimir la respuesta inmunitaria para eludir el reconocimiento de las células T y otras células inmunitarias. Se está trabajando mucho para intentar superar esas dos barreras: encontrar buenas dianas y encontrar el tipo adecuado de CAR que puedan reconocer esas dianas», ha subrayado Kranz.
En el nuevo estudio, los investigadores se centraron en un carbohidrato que se encuentra en la superficie de las células tumorales sólidas, pero no de las células sanas. Desarrollaron moléculas CAR con distinta afinidad por la molécula y las probaron primero en cultivos de células de cáncer de ovario y luego en ratones vivos con tumores de cáncer de ovario.