La inteligencia artificial ayuda al tratamiento de enfermedades neurodegenerativas

La IA están propiciando avances en el campo del diagnóstico por imagen en enfermedades como Parkinson, Alzheimer y epilepsia

Las enfermedades neurodegenerativas afectan varias actividades que el cuerpo realiza, como el equilibrio, movimiento, hablar, respirar y funciones del corazón. Muchas de estas enfermedades son genéticas. Las causas pueden ser alcoholismo, un tumor o un ataque cerebrovascular (ACV). Otras causas incluyen toxinas, químicos y virus. Otras veces, las causas se desconocen.

Algunas enfermedades neurodegenerativas son: enfermedad de Alzheimer, esclerosis lateral amiotrófica, Ataxia de Friedreich, enfermedad de Huntington, demencia con cuerpos de Lewy, enfermedad de Parkinson, atrofia muscular espinal, entre otras.

En el ámbito de la Neurología, la investigación y el uso de la tecnología nos acercan cada día a la consecución de mejores tratamientos. Pero es una tarea compleja que ha de enfrentarse a diferentes retos y desafíos.

Algunos de estos retos están relacionados con el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades en sus fases tempranas y con la identificación de los eventos que desencadenan su aparición. Hablamos de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson, pero también de otras patologías como la epilepsia.

El futuro pasa por las mejoras en el diagnóstico, pero también por la implantación de nuevos tratamientos, como las terapias biológicas y las terapias génicas. En los últimos años la investigación sobre el Alzheimer ha hecho grandes progresos, entre ellos, la inmunoterapia anti amiloide (Lecanemab), validada en Estados Unidos y que logra ralentizar el proceso de deterioro cognitivo.

Las nuevas tecnologías disruptivas, como la inteligencia artificial (IA) y el Big Data, está ofreciendo a día de hoy resultados más prácticos, como permitir el análisis de grandes cantidades de información, evitando sesgos. El “machine learning” y el “deep learning”, ambas ramas de la IA, están propiciando avances en el campo del diagnóstico por imagen, mediante herramientas capaces de aprender progresivamente y mejorar su rendimiento sobre la marcha.

Asimismo, se han consolidado un gran número de novedades en la última década en el campo de la epilepsia, tanto nuevos fármacos como el acceso a terapia quirúrgica en pacientes que previamente eran intratables. Ahora se dispone de nuevas técnicas como el uso de cirugía robótica en la terapia de ablación láser, la monitorización prolongada durante meses de las crisis o la estimulación cerebral profunda, entre otros procedimientos.

Para los próximos años, se esperan grandes avances en el diagnóstico por neuroimagen de las displasias corticales y otras patologías causantes de epilepsia, gracias a la técnica de resonancia de 7 Teslas. La implementación de electrodos de forma crónica y el desarrollo de sistemas de “closed loop” en la monitorización, unidos al análisis empleando el Big Data, permitirán identificar las crisis en su inicio. Además, se esperan avances significativos en el campo de regeneración de la función y de la neuroplasticidad.

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