La neo Maldición de Malinche

Cuando Amparo Ochoa y Gabino Palomares, allá por 1984 le dieron letra a la “Maldición de Malinche” seguramente, nunca imaginaron la vigencia del contenido de la canción. 

Cuando ya creíamos haber visto todo y consolidado a través de un plebiscito en el año 2004, la soberanía sobre uno de los recursos naturales más importante que tenemos es el AGUA, justo 20 años después del lanzamiento de la canción, hoy 18 años después del plebiscito, nuevamente el fantasma de la privatización asola sobre el territorio de los Acuíferos Raigón y Guaraní. Así es, que el antinacionalismo se prepara para la entrega del manejo de este recurso natural, el Proyecto Neptuno es una amenaza que viola la Constitución, el sentido común y el pronunciamiento científico. Bajo la consigna de salvemos el abastecimiento de agua para Montevideo y Área Metropolitana sobre el año 2040, en el que se estima el colapso del sistema, si no se imprimen cambios. La propuesta pareciera ser sacada de un libro de ciencia ficción, ya que no contempla los eventos de impacto ambiental que se dan en la zona, la mayoría son por causas antropogénicas, tampoco contempla el análisis serio de la Academia. 

Seguramente los “Dioses Romanos”, nunca imaginaron que el nombre de uno de ellos sería utilizado para tan foráneo emprendimiento, y es que este proyecto pretende tomar agua del Río de la Plata a la altura de Arazatí, bombearla hasta una planta y ahí potabilizarla, aplicando un sistema de desalinización, poco efectivo tratándose de agua tan salina en algunas oportunidades. Se calcula que entre 90 y 120 días este proceso no podría hacerse, y es que ahí dependemos de eventos del cambio climático (“El Niño” y “La Niña”), eventos agravados notoriamente por causas antropogénicas también. Cuando abunde el agua oceánica, estaríamos ante esta situación, pero cuando las lluvias del norte comiencen su agresividad, no tendremos la abundancia del agua oceánica y es ahí, que en arroyos y ríos arrastrarán las cianobacterias de numerosos embalses que aumentaron notoriamente luego de la Ley de Riego, o “Ley de Riesgo”, como yo la califiqué en su momento. A esto, sumémosle que estaríamos absorbiendo parte de los desechos que serán vertidos por el flamante colector que, desde Buenos Aires, se interna 15km en el Río de la Plata. 

También se habló de la construcción de un enorme reservorio de agua, para abastecer los momentos adversos mencionados. El Polder, así se le llama a ese enorme estanque que terminaría siendo otro caldo de cultivos de cianobacterias. El Ministro de Ambiente aseguró defender “con uñas y dientes” este Proyecto, a pesar de un informe contundente de 12 destacadísimos expertos entre ellos Grado 5 y Máster en Medio Ambiente, de reconocimiento internacional. Así es, investigadores del IECA, Facultad de Ciencias y del CURE, UdelaR, informaron sobre la vulnerabilidad del abastecimiento de agua potable, haciendo énfasis en la soberanía nacional y el uso y acceso al agua de calidad. Para esto se esgrimieron tres grandes ejes: 1) Mejorar el estado del ambiente de las Cuencas usadas como fuente de agua potable, en particular la Cuenca del Río Santa Lucía. En este ítem, el informe hace referencia al cuidado de la misma y a una viable recuperación, de un Río como el Santa Lucía, que aún extremadamente agredido se auto depura constantemente. 2) Consolidar mejoras en el sistema de distribución de agua potable en el Área Metropolitana de Montevideo. 

Es primordial aquí, invertir para recuperar por lo menos el 50 % que hoy se utiliza, recuperar también sistemas que fueron abandonados como el de Pando. 3) Priorizar el análisis de las limitantes ambientales involucradas en el Proyecto Neptuno. En este ultimo ítem, vuelvo al inicio de mi observación, pues, es necesario hacer un estudio profundo del impacto ambiental que tome con rigor científico las Fortalezas y Debilidades de este proyecto, como así también los Riesgos y Oportunidades. Tampoco se tiene claro cuál será el trazado que llevará el agua, no olvidemos que tenemos los Humedales del Santa Lucía con su gran biodiversidad que puede ser notoriamente afectada. Me sigue repicando, la letra de la “Maldición de Malinche”: “Hoy le seguimos cambiando oro por cuentas de vidrio, y damos nuestra riqueza por sus espejos con brillo”. 

En otro párrafo la canción dice: “Sólo el valor de unos cuantos les opuso resistencia, y al mirar correr la sangre se llenaron de vergüenza”. Si bien aquí, aún no corre sangre, se está judicializando a la Ciencia, es decir, cuando algún científico eleva un informe adverso a intereses espurios, es denunciado y llevado a la justicia por difamación. La situación se sigue agravando, cuando se habilitan agrotóxicos que estaban prohibidos, como recientemente ocurrió, con alrededor de una docena de ellos. Pero no todo está perdido; citando el último párrafo de la “Maldición de Malinche”: “O, maldición de malinche, enfermedad del presente, ¿cuándo dejarás mi tierra?, ¿cuándo harás libre a mi gente? Tengo la respuesta., será el día que sepamos elegir bien a nuestros gobernantes. 

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