La nueva derecha global: Autoritarismo y doble moral frente al delito

La nueva derecha no es simplemente conservadora; es disruptiva, insurreccional y autoritaria.

En diferentes regiones del globo, los líderes de la nueva derecha han consolidado un patrón inquietante: la violación sistemática de los límites institucionales, la deslegitimación de la voluntad popular y la concentración del poder. Lo que en un inicio podía percibirse como una anomalía aislada se ha metamorfoseado en un manual de acción compartido, articulado por think tanks ultraliberales, redes mediáticas afines y estrategias de desinformación que a menudo se replican con precisión quirúrgica. Argentina, en la actualidad, no escapa a esta preocupante dinámica.

El patrón internacional: de la insurrección al estado de excepción

Trump y el indulto a la insurrección
El 6 de enero de 2021, una turba alentada por Donald Trump irrumpió en el Capitolio para impedir la certificación de la victoria de Joe Biden. En 2025, ya como presidente nuevamente, Trump indultó a más de 1.500 implicados, incluyendo líderes de grupos extremistas como los Proud Boys. El mensaje fue cristalino: la insurrección no solo se tolera, sino que se recompensa.

Bukele y el estado de excepción perpetuo

Nayib Bukele ha desmantelado los frenos institucionales bajo el disfraz de la lucha contra el crimen. Controla sin restricciones los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, militarizando el discurso político y normalizando un estado de excepción que erosiona las garantías democráticas. Su modelo, celebrado por medios afines y replicado por influencers de la nueva derecha, se presenta como eficaz, pero desactiva los mecanismos republicanos.

Bolsonaro y el guion trumpista
Tras perder con Lula, Jair Bolsonaro instigó la invasión de edificios públicos en Brasilia. Fue condenado por el Tribunal Superior Electoral por abuso de poder y desinformación. Su retórica de fraude, victimización y «patriotismo» replica el guion trumpista, amplificado por redes digitales que operan como plataformas de agitación y blindaje político.

Milei y el soporte externo ante el riesgo de la debilidad
La administración de Javier Milei se inscribe en este patrón. Ha ignorado vetos legislativos destinados a proteger a sectores vulnerables y reprime la protesta social bajo el pretexto de la «lucha contra la delincuencia». Pero un pilar fundamental de su consistencia reside en el respaldo explícito del gobierno de Trump, que le ofrece soporte político y simbólico para evitar el colapso de su modelo.

Atendiendo la propensión tan explícita de Trump a ajustar la realidad a sus necesidades, surge una preocupación legítima: ¿cuál será el comportamiento de un gobierno extremadamente débil ante el rechazo que emane de la voluntad popular? Esta inquietud se agrava cuando se observa el entreguismo de la administración Milei ante las urgencias geopolíticas de Estados Unidos, lo cual le confiere a la Argentina el carácter de instrumento americano para frenar la creciente presencia de China en la región. El gobierno local canjea soberanía por oxígeno político.

La doble moral: mano dura para el pueblo, impunidad para los aliados
Mientras se clama por la «mano dura» contra jubilados, docentes y discapacitados y sus familiares, los vínculos de figuras clave del espacio libertario con redes de narcotráfico parecen pasar desapercibidos, sin consecuencias institucionales a la vista.

  • José Luis Espert:Recibió 200 mil dólares de Fred Machado, empresario acusado de narcotráfico y lavado de dinero. Esta transferencia, corroborada por registros del Bank of America, lo llevó a renunciar a su candidatura.
  • Lorena Villaverde:La diputada, con antecedentes de tráfico de cocaína en EE. UU., mantiene lazos con Claudio Cicarelli, socio de Machado, cuyo historial incluye estafas y lavado de dinero.
  • Patricia Bullrich:La ministra de Seguridad enfrenta tres denuncias judiciales por presunto financiamiento irregular de su campaña presidencial en 2023. Los aportes provendrían de Lácteos Vidal, empresa ligada a Machado, dueño de un avión incautado con 350 kilos de cocaína. Bullrich niega las acusaciones, pero los registros de la Cámara Nacional Electoral confirman aportes de 400 mil pesos de Alejandra Bada Vázquez, socia de Machado.

La democracia asediada
La nueva derecha no es simplemente conservadora; es disruptiva, insurreccional y autoritaria. Su avance en Argentina debe entenderse no como una anomalía local, sino como parte de una Internacional del despojo, donde el poder se ejerce sin límites y el delito se tolera siempre que beneficie al proyecto político. Un proyecto que, en el caso argentino, se sustenta en un peligroso vasallaje geopolítico que hipoteca el futuro del país.

La democracia no se defiende por sí sola. Requiere coraje, claridad y memoria. Y, sobre todo, demanda una ciudadanía capaz de distinguir entre la represión del indefenso y la protección del poderoso, y de reconocer que la «mano dura» para el pobre y la impunidad para el poderoso son la moneda de cambio de un gobierno que, fracasado, hipoteca la soberanía nacional para mantenerse en el poder.

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