Continúa la exposición que muestra la continuación de Torres García a través de sus discípulos. La misma se realiza en el Museo Histórico Cabildo. Su directora Lic. Rosana Carrete sostiene que «es ineludible en la presente exposición no referirse a la influencia de Joaquín Torres García, en su calidad de artista, fundador y maestro “de una nueva escuela de arte en Montevideo, a la vez estética y ética, inserta en el trabajo grupal que suscribía la utopía de lo colectivo, contra el individualismo […] Eran jóvenes que recogían fragmentos de la tradición para contestarla o para convertirla en función de un presente en el que resultaba urgente pensarlo todo de nuevo”
Cuando en el N.º 1 de Círculo y Cuadrado, se publica uno de sus dibujos más difundidos, representando el mapa de América del Sur invertido, Torres García escribe: “He dicho Escuela del Sur porque en realidad, nuestro norte es el sur […] Por eso ahora ponemos el mapa al revés y entonces ya tenemos justa idea de nuestra posición, y no como quieren en el resto del mundo”.
Carrete destaca que «el legado del Taller Torres García trasciende la estética y la didáctica; propició “un nuevo imaginario ético e iconográfico de la ciudad”. Tras la muerte de Torres García en 1949, algunos de sus discípulos y docentes del Taller continuaron con su práctica y su filosofía junto con nuevas generaciones de alumnas y alumnos hasta mediados de la década del 60; otros generaron nuevos espacios colectivos, no exentos de una cuota de utopía, como fue el taller que hacia 1957 instaló en el Cerro, José Gurvich.
Las obras expuestas, comprenden el período posterior a 1963 e incluyen a artistas con derivas, trayectorias y visibilidades disímiles, pero cuya producción tiene inconfundibles puntos de encuentro. Manuel Aguiar, Julio Alpuy, Elsa Andrada, Walter Deliotti, Guillermo Fernández, Pedro Gava, Hugo Giovanetti, Héctor Goitiño, Anhelo Hernández, Mario Lorieto, Berta Luisi, Francisco Matto, Marta Morandi, Gastón Olalde, Dumas Oroño, Manuel Pailós, Alceu Ribeiro, Lily Salvo, Nelsa Solano, Edwin Studer y Augusto Torres, integran una selección que oficia de disparador de múltiples lecturas, más allá de la implicancia de sus obras, su poética y su capacidad de movilizar emociones.
La directora del Cabildo indica que «en esta etapa de apertura al trabajo colaborativo con la Fundación Gurvich, queremos reflexionar colectivamente con el público sobre el sentido e impacto social del arte y la representación, trascendiendo cuestiones estéticas. A ello nos habilita este legado».