La tecnología y la ciencia generan esperanzas en la lucha contra el cáncer de mama

Aunque las tasas de supervivencia han mejorado, el de mama sigue siendo el cáncer más común en el planeta

En 2022, en todo el mundo se diagnosticaron 2,3 millones de casos de cáncer de mama en mujeres, y se registraron 670.000 defunciones por esa enfermedad. El cáncer de mama afecta a mujeres de cualquier edad a partir de la pubertad, en todos los países del mundo, pero las tasas son mayores entre las mujeres adultas.

La lucha por parte de las pacientes (que en el 99,5% de los casos son mujeres) y de la comunidad científica no cesa. Por ejemplo, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), ha anunciado que las probabilidades de sobrevivencia en la última década aumentaron de 64% a 82,8%. Esto se debe a que los recientes avances científicos han dado esperanza a los millones de pacientes en todo el mundo que padecen este tipo de cáncer.

La mejora de este porcentaje ha sido posible gracias al descubrimiento de nuevos biomarcadores para detectarlo de manera temprana, a la innovación tecnológica en el diagnóstico y al descubrimiento de técnicas menos invasivas.

La tasa de supervivencia del cáncer de mama está completamente determinada por la etapa de desarrollo en la que se realiza el diagnóstico. La posibilidad de curación de esta enfermedad es prácticamente del 100% si se encuentra en su fase inicial.

Aunque la investigación sobre posibles tratamientos para la enfermedad es crucial, uno de los desafíos más importantes para la ciencia es lograr un diagnóstico precoz. Por lo tanto, a finales del 2023, el Massachusetts Institute of Technology (MIT) diseñó un dispositivo que usa la Inteligencia Artificial para detectar tumores mamarios en sus etapas más tempranas.

Dado que se trata de un aparato flexible y portátil, de tamaño relativamente reducido y hecho mediante impresión 3D, que se fija a un sujetador, una de sus características destacables es precisamente la capacidad de autoexploración que ofrece.

Aunque el proyecto es solo un prototipo, los resultados son optimistas porque permitirían a la usuaria llevar un control rutinario propio en cualquier momento y lugar, lo que podría aumentar la frecuencia de los cribados de cáncer de mama, una práctica que podría salvar la vida de muchas pacientes.

Pero los descubrimientos no terminan aquí, un grupo de investigadores del Hospital Vall d’Hebron en Barcelona, descubrió que un tipo de ADN que se encuentra en la leche materna de las mujeres durante el embarazo o postparto, lo que podría ayudar a identificar el tumor de manera temprana en el futuro.

En los últimos años, la biopsia líquida se ha realizado por proximidad a la ubicación del tumor: por ejemplo, el análisis de orina ha sido útil para detectar el cáncer de vejiga, y el análisis de saliva para detectar el cáncer de cabeza y cuello. Por lo tanto, se tomó una muestra de leche materna congelada de una paciente, más de un año antes de su diagnóstico, y se encontró que su ADN tenía la misma mutación que el tumor.

La biopsia líquida a través de la leche materna podría ser una técnica para el diagnóstico mucho más efectiva y menos invasiva que las utilizadas actualmente, según los resultados del ensayo más amplio. Se descubrió que 13 de las 15 muestras tenían las mismas mutaciones que en el tumor.

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