La teoría Argentina de Adolf Hitler ayudado por Perón

Que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y se refugió en Argentina ha sido objeto de especulación durante décadas.

A pesar de que la versión oficial de la historia sostiene que Hitler se suicidó en su búnker en Berlín en abril de 1945, diversas teorías de conspiración sugieren que logró escapar y se trasladó a Sudamérica, donde viviría el resto de sus días. Este ensayo examina las evidencias y los mitos que rodean esta controversia, así como el contexto histórico que podría haber facilitado su supuesta huida.

El autor del libro “La auténtica ODESSA – La fuga nazi a la Argentina de Perón”, sobre un tema hasta hoy tabú en la Argentina.

El traslado organizado de criminales nazis de Europa a la Argentina después de la II Guerra Mundial es uno de los capítulos más oscuros y tabuizados de la historia argentina.

Perón tenía varias razones para hacerlo. La primera fue una simpatía natural que él sentía por el nazismo, el fascismo y los oficiales del Ejército alemán. Perón dijo que consideraba que los juicios de Núremberg eran una infamia y que él había decidido rescatar a todos los oficiales alemanes que pudiera. Perón también quería llevar a la Argentina a científicos y técnicos alemanes, por ejemplo diseñadores de aviones jets y científicos nucleares. Pero con ellos y además de ellos se fueron a la Argentina una gran cantidad de criminales de guerra tipo Adolf Eichmann y Josef Mengele, que también entraron al país disfrazados de técnicos.

Había varios involucrados. Uno de ellos era el cardenal Tisseront, un cardenal francés muy importante en el Vaticano; otro era el obispo Hudal, que era un obispo alemán; el padre Draganovic, un sacerdote croata, y varios otros. O sea que eran sacerdotes de varias nacionalidades que estaban allí en el Vaticano. En un momento, el Gobierno británico se queja ante el Papa de que hay muchos criminales que están siendo protegidos en el Vaticano. El Vaticano contesta que el Papa dio órdenes de que no permanezca ningún criminal en ninguna institución del Vaticano sin conocimiento del Papa. Lo que sabemos es que permanecieron varios, por lo que se deduce que el Papa tiene que haber tenido conocimiento. Además en archivos británicos encontré documentos en los que el Papa interviene personalmente a favor de criminales croatas, lo que habla de un vínculo entre el Papa Pío XII y el sacerdote Draganovic, que era uno de los que ayudaba a los criminales nazis a escapar. Hasta donde yo puedo aventurar una opinión, creo que sí, que el Papa personalmente sabía de ello.

La cantidad de nazis que llegaron depende de la definición que se haga de nazi. Si se realiza una definición muy estricta de nazi, en el sentido de personas acusadas de crímenes en cortes europeas, estamos hablando de alrededor de 250 criminales, entre alemanes, austriacos, franceses, belgas, croatas, etc. Ahora, tomando una definición más amplia, que abarque a todos los miembros de la SS y del Partido Nazi que llegaron a la Argentina, probablemente estemos hablando de miles de personas.

Contexto Histórico

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Alemania estaba en ruinas. La derrota del Tercer Reich fue inminente, y los Aliados se disponían a dividir el país en zonas de ocupación. En medio de este caos, muchos líderes nazis buscaban escapar de la justicia. Algunos, como Joseph Mengele y Adolf Eichmann, lograron evadir la captura y se refugiarían en países de América del Sur, en particular en Argentina, donde se sabía que había una comunidad de nazis expatriados.

Argentina, bajo la presidencia de Juan Domingo Perón, mantuvo una postura ambigua respecto a los nazis. Perón tenía simpatías hacia el Eje y había una corriente nacionalista que favorecía la entrada de exiliados europeos, lo que hizo del país un refugio atractivo para muchos fugitivos de guerra.

Teorías sobre la Huida de Hitler

La idea de que Hitler escapó a Argentina se basa en varias teorías y testimonios. Algunos afirman que, tras su supuesto suicidio, su cuerpo fue reemplazado por un doble y que logró salir de Berlín en un submarino o en un avión hacia Sudamérica. La falta de pruebas concluyentes sobre su muerte ha alimentado esta narrativa.

Uno de los testimonios más citados es el de un oficial de inteligencia estadounidense, el general George Patton, quien supuestamente sugirió que Hitler pudo haber escapado. Además, un informe de la inteligencia soviética de 1945 afirmaba que Hitler había sido visto en varias ciudades de Argentina.

Pruebas y Mitos

A pesar de las múltiples teorías, la evidencia que respalda la idea de que Hitler vivió en Argentina es débil. En 1956, un médico argentino, el Dr. Héctor Agustín Gutiérrez, afirmó haber tratado a Hitler en su clínica, pero nunca presentó pruebas concretas. Asimismo, varios documentos y testimonios posteriores han sido desmentidos o considerados poco fiables. Investigaciones más recientes, como el trabajo del periodista argentino Abel Basti, han explorado la posibilidad de que Hitler y otros nazis se hayan refugiado en la Patagonia. Basti ha recopilado testimonios y documentos que sugieren que Hitler podría haber estado en Argentina, pero sus afirmaciones son controvertidas y carecen de corroboración sólida.

El Impacto Cultural y Social

La teoría de que Hitler vivió en Argentina ha permeado la cultura popular, inspirando libros, documentales y películas. Esta narrativa ha capturado la imaginación del público, en parte debido a la fascinación por el misterio y la conspiración. Sin embargo, también ha tenido un impacto negativo, alimentando mitos y desinformación sobre la historia y el legado del nazismo.

El interés en esta teoría también puede reflejar el deseo de algunas personas de encontrar explicaciones simplistas a eventos complejos. La idea de que un personaje tan infame como Hitler pudiera haber eludido la justicia y vivido en paz en un lugar remoto resuena con aquellos que buscan respuestas sobre la impunidad de los criminales de guerra.

La teoría de que Adolf Hitler sobrevivió y se refugió en Argentina es un tema que sigue generando controversia y debate. Aunque existen relatos y testimonios que sugieren esta posibilidad, la falta de pruebas concluyentes hace que la mayoría de los historiadores y expertos lo consideran poco probable. A pesar de esto, la fascinación por esta teoría persiste, reflejando tanto el interés por los misterios de la historia como la necesidad de confrontar el legado oscuro del nazismo. En última instancia, la búsqueda de la verdad sobre la vida de Hitler después de la guerra continúa siendo un campo fértil para la especulación y la investigación.

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