La tragedia universitaria (III): La escasa titulación

La tragedia de la educación en Uruguay es la baja capacidad que tiene para retener estudiantes y lograr su graduación. La falla es integral, pero impacta con más intensidad en los estudiantes del interior, los varones, en la educación superior y en los sectores sociales que provienen del quintil de ingresos más bajos. Esta situación conforma al sistema educativo como un colador que selecciona y filtra estudiantes. Mientras que en el nivel primario el abandono es bajo y existe una retención muy elevada, en el nivel de la educación media la deserción promedio es muy superior y alcanza actualmente al entorno del 50%. Ello se produce facilitado por una asignación económica para las familias que estudian en educación primaria estatal o privada, hasta los 14 años y quienes cursan estudios secundarios en institutos estatales o privados habilitados (UTU, liceo) hasta los 18 años. Sin embargo, en la educación superior el abandono es mayor y supera los guarismos de los niveles previos, lo cual determina una baja titulación terciaria. 

Es esta una realidad regional e incluso global, pero en distinta intensidad. Según el Instituto de Estadística de la UNESCO, la tasa de graduación de América Latina, que mide la proporción de graduados de carreras de grado y de maestría, en el total de ellos, fue del 22% para el año 2017 y apenas subió al 23% para el 2022. Este indicador es casi la mitad de la tasa de graduación terciaria de los países desarrollados que en ese mismo periodo, y que además paso del 39% al 42% en ese período. Así, la región tiene una tasa de graduación que es casi la mitad de los países desarrollados y cuyo mejoramiento es 50% menos. La distancia no se achica, sino que se amplia. Pero además, si miramos al interior del continente hay fuertes asimetrías. Entre 7 países que tienen datos comparativos, México y Colombia están por encima de la media regional y han mejorado, en tanto que el resto ha tenido una performance menor a la media. Uruguay, según la UNESCO, para el año 2021 tuvo una tasa de graduación de apenas el 16,4%. 

Así, la cantidad de graduados, o la eficiencia de titulación en el país es muy baja comparativamente y además ha tenido un bajo crecimiento, como se aprecia en el cuadro. Pero además, si vemos los indicadores de egresados en función de la población total o la cantidad de estudiantes, se constata los bajos niveles de eficiencia terminal. 

Además, de ser bajo el egreso a nivel terciario, es de destacar que el 53,4% (2016) corresponden a egresados de estudios de ciencias sociales, fundamentalmente derecho, comunicación y ciencias económicas, que son carreras saturadas, con remuneraciones decrecientes y no sólo con bajo impacto en el desarrollo del país, sino en las demandas futuras. Si agregamos el egreso de sicología hoy se supera el 60%. Pero esta situación, ya de por sí trágica, de una baja graduación, se torna aún más compleja en términos sociales. Según el informe de Logros Educativos 2019 del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), la asistencia a las instituciones de educación superior está focalizada fuertemente en el quintil de ingresos económicos más altos, en tanto que la asistencia de personas de quintil más bajo es muy reducida, como se aprecia en el cuadro titulado Porcentaje de asistencia a instituciones de Educación superior por quintiles de ingreso de las familias.

Ello nos muestra que el sistema universitario es un aparato ineficiente en términos de graduación y además se caracteriza por facilitar la diferenciación social y estratificación social. Es un sistema de ingreso y expulsión, que no logra que las personas se gradúen. Funciona como una estructura de reproducción de las elites. Cuando se ha analizado en encuestas las causas de la deserción de la educación superior en el país, se aprecia una gran confluencia de criterios con pocas diferenciaciones por sectores, edades, géneros o regiones. Entre el 52% y el 57% de los estudiantes que abandonan sus estudios, refieren motivos de falta de interés y deseo de aprender otras cosas, en tanto que apenas en el entorno del 4% responden que son las pruebas y las evaluaciones los motivos de sus abandonos. No se deserta por exigencias. El trabajo por su parte como causa de abandono está entre el 18% y el 29% de incidencia, correspondiendo a no poder seguir los estudios, bien sea por tiempo o dificultades de traslado. Inflexibilidad del modelo presencial es la explicación subyacente

En un tiempo se pensaba, acorde a la teoría del capital humano que aún que las personas no se graduaban, tenían un beneficio ya que su remuneración se asociaba a sus competencias. La realidad es distinta. Los salarios, apoyados en la teoría de la señalización, se asocian a los títulos, y la Encuesta de Hogares por Muestreo muestra la baja eficiencia de estudios terciarios incompletos que tienden a salarios bajos y decrecientes. Quien no termina, tiene pocos beneficios personales y sin duda tampoco la sociedad, sino costos. 

* Centro de Estudios de Educación Superior y Sociedad del Conocimiento

Eco. Claudio Rama

Dr. ED; Dr. DER; Post. Dr

4 Comentarios

  1. Esto refleja la embestida ultraderechista para cobrar la universidad para echar la gente que entra , que los pobres no piensen , no puedan acceder; la titulación se compara contra la población que termina en cuatro años y medio promedio de formación no contra todas las generaciones , no se puede incluir a los que recién empieza junto con lo que están terminando , debería tomarse la población que Llega a completar hasta el inicio de el último año de formación y luego se puede ver las tasas de pasaje de un año a el otro . este rama es un verdadero HDP excluyente bien amigo del muñeco diabólico Miley debe ser, como macri que gobierna en argentina y no sería extraño que vacacione en punta del este con ellos

    • Muy bien educadita. El dato es visto con ideología y sin duda contra el mensajero insultándolo. Es el mejor argumento infantil. Sin duda imagino que no termino la socialización educativa con el nivel superior, ya que ni leyo bien el articulo. Y la serie. No contamina estudiar los datos.

  2. Difícil comparar a Uruguay con países como México en tema de titulación. Para empezar el nivel educativo uruguayo es mayor, en México pagas (y no mucho) y te titulas; teniendo una amplia variedad de universidades públicas y privadas donde hacerlo. Uruguay no solo te exige en capacidad de aprendizaje, sino que te pone trabas por todos lados. La mayoría de las licenciaturas / carreras se encuentran en Montevideo, lo que hace más complicado a quien vive en el interior estudiar, el costos de vida es altísimo, así que si tu familia no está bien económicamente, marchaste; tenés que trabajar más de 8 horas y cuando te quede un tiempo metes un par de materias. Con suerte, mucha suerte en 5 o 6 años sacas una carrera que debería de haberte llevado 4. con otro poco más de suerte conseguís un trabajo relacionado a lo que estudiaste y que todavía te paguen bien. Claro que es una tragedia, es una tragedia tener un país que cada vez amplia más la brecha y recorta presupuestos para que la clase baja y media se supere.

  3. Coincido plenamente. Por ello incluso propuse crear una universidad virtual. Es una carrera de obstáculos que finalmente solo la terminan los que vienen de hogares de los quintiles de ingresos más altos. Es una tragedia

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