Las reivindicaciones de las organizaciones sociales fueron varias y abarcaron distintas temáticas que forman parte de las preocupaciones de estos colectivos feministas, que denunciaron las distintas y duras realidades que sufren las mujeres.
Se denuncia violencia y abandono por parte del Estado, en ese sentido se señala que a pesar de los anuncios del gobierno que indican mejoras en las condiciones económicas el hambre no ha cesado. Por otra parte se critica que el recorte en políticas públicas, como el caso del MIDES, ha dado como resultado que las mujeres debieran asumir esas tareas de atención.
Las mujeres son las que asumen las múltiples demandas que crecen en la medida que se precariza y vulneran los derechos, afirman.
Otro de los puntos más graves sobre el que se hace énfasis es el de la violencia ejercida sobre las mujeres, señalando las organizaciones feministas que el ser violentadas y asesinadas parece carecer de importancia. Las respuestas del Estado ante situaciones de violencia se ha debilitado en los últimos tiempos, indicando en este sentido, los subsidios de alquiler para mujeres que se atienden en servicios especializados, los refugios del MIDES, entre otros.
En esta materia se recalca la falta de presupuesto a la Ley Integral contra la Violencia de Género, siguen sin existir los Juzgados especializados, que garanticen condiciones mínimas de seguridad y no revictimización.
En otro capítulo las organizaciones plantearon su rechazo al proyecto de ley votado en Diputados que amplía la gestación subrogada, aseguran que esto abre un mercado de vientres de alquiler que vulnera los derechos de las mujeres. Para muchas se trata de una de la utilización de los cuerpos de mujeres pobres como vasijas y la compra-venta de bebés.
En la suma de los puntos de reivindicaciones también dedican un capítulo especial a la reforma de la seguridad social, afirman que las más afectadas son las mujeres, por el hecho de percibir el 78,4% del total de ingresos de los varones (Inmujeres, 2021). Las mujeres serán más pobres de jubilada, trabajando mucho más. Según la ONU las mujeres pobres tienen una tasa de empleo del 38%, a lo que hay que sumar que dedican las dos terceras partes de su tiempo a trabajo no remunerado, a lo que se agregará más años de trabajo, indican que esta realidad perpetuará la precariedad de la vida de las mujeres.
Destacaron también un tema que ha estado en consideración en los últimos tiempos relacionado a las penas que impuso el art. 74 de la LUC con respecto al ingreso de droga a la cárcel exigiendo su pronta derogación por parte del Parlamento. Denuncian que se destruyen familias y dejan a numerosos niños, niñas y adolescentes institucionalizados, porque el microtráfico tiene cara de mujer, joven, con familia a cargo y vulnerada por múltiples violencias, quienes en su mayoría ingresan droga porque son manipuladas emocionalmente por sus parejas o por miedo a represalias a sus familiares privados de libertad.
Otros de los aspectos alcanzados por la proclama es el racismo hacia las mujeres afro, señaladas por la pobreza, la indigencia, que las criminaliza, las mata y descarta como basura, a ellas y a sus hijos/as/es. Las condena a trabajos precarizados, mal pagos, a la informalidad, el racismo las convierte en objetos sexuales permanentes, negando su capacidad intelectual y saberes, aseguran.
Luchamos en todos los espacios, contra todas las opresiones
Desde una mirada que nos una a todas, desde un feminismo interseccional, que nos reconozca en nuestra diversidad, que no admita lo trans excluyente . Que amplifique nuestras voces, que reconozca las múltiples capas de opresión que cada una vive, en cada espacio que habitamos. Luchamos porque nuestras voces sean escuchadas, aún en un contexto donde se desprestigia nuestra voz con actos violentos y con descalificaciones e insultos.
