Fundada en 2016 por un grupo de jóvenes del Instituto de Tecnología de Harbin (HIT), Leju Robotics nació con una visión de desarrollar robots humanoides capaces de caminar, interactuar y servir en diversos escenarios sociales e industriales. Desde entonces, la empresa ha logrado consolidarse como una de las promesas de la robótica en China, con el respaldo de gigantes como Tencent, el Grupo de Capital de Shenzhen y el Fondo Hongtai.
Seleccionada en 2019 como potencial unicornio, Leju ha construido un ecosistema integral de robótica inteligente, con dos sedes principales de I+D, institutos de investigación, bases de fabricación y centros de servicio distribuidos por China. A su vez, en 2018, sus robots debutaron en el escenario internacional durante los “8 minutos de Beijing” en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang, y en 2022 participaron en el desarrollo de robots para curling. Este año, fueron participes de la primera media maratón de Beijing, donde participaron tanto humanos como robots.
Del laboratorio a la industria
Durante una entrevista exclusiva, Zhao Xiaofei, jefe de Mercado en el Extranjero de Leju Robots, explicó el eje estratégico de la empresa; “usamos nuestro algoritmo avanzado para asegurarnos de que los datos se ajusten al robot, tal como enseñamos a los niños pequeños. Si tenemos suficientes datos para ajustar el modelo de laboratorio, el robot se volverá más y más inteligente”, afirmó.
A su vez, identifica que el principal desafío en la actualidad es el cerebro, no el cuerpo del robot. Refiriéndose a los robots, explicó que “ellos pueden correr, pueden moverse, pero si el cerebro no es inteligente, no pueden funcionar bien en una fábrica. No hay eficiencia si la fábrica despliega el robot. Si no tienen el ‘cerebro’ adecuado, simplemente no lo usan”.
Para la compañía, el plan es avanzar primero hacia la industria, por lo que mencionó que “tal vez en nuestras ciudades esté patentado uno o dos años hacia 2027. En una fábrica, podemos tener 100 o 200 unidades. Este es un mercado con gran potencial”.
Una estrategia basada en datos
Zhao recordó los inicios de la empresa con una anécdota donde confesó que “hace ocho años llevábamos nuestros ‘dados inteligentes’ a ferias. Muchos niños se quedaban mirando y no querían irse, aunque sus padres les decían ‘vámonos’. Eso mostraba que este robot tenía muy buena atracción visual. Así que no necesitábamos hacer mucho marketing”.
El modelo de negocio original orientado al consumidor fracasó por el alto costo de los productos. “Intentamos copiar el modelo de DJI, que también hace robots, pero voladores. Los nuestros caminan en tierra. Pero el valor era limitado y el costo alto. Eso significaba que debíamos vender a un precio alto, pero pocas personas compraban”, reconoció.
Ante este panorama, Leju cambió de rumbo y apostó por el mercado educativo, donde Zaho explica que su equipo directivo “proviene de HIT, que es como el MIT en Estados Unidos” los cuales estudiaron robótica y decidieron enfocarse en las escuelas, ofreciendo hardware, software y currículo. Esa estrategia salvó a Leju cuando otras empresas del sector cerraban sus puertas por falta de modelo de negocio. “En estos ocho años hemos construido una solución educativa para popularizar la IA y la robótica entre los niños en el mundo. Esto es lo que hicimos y por lo que sobrevivimos hoy”, enfatizó Zhao.

Primero en fábricas, después en hogares
Zhao describe con claridad el camino que trazan la empresa para los próximos años, asegurando que primero deben entrar a la industria para recolectar suficientes datos y “entrenar” el modelo. Con ello, se espera que el costo baje y el robot se vuelva más inteligente, en consecuencia, puedan llegar a todos los hogares.
Aunque las aplicaciones potenciales son infinitas, Zhao advierte que “como empresa debemos elegir algunos escenarios para sostener nuestro negocio. No podemos hacerlo todo. Hoy nos enfocamos en educación y en showrooms”. En esos espacios, los robots de Leju ya interactúan con el público, dan la bienvenida y presentan productos. “Lo llamamos inteligencia. Aunque es una inteligencia temprana, cuantos más datos recolectamos, más inteligente se vuelve el robot”, señaló Zhao. “El cerebro mejora, el hardware es flexible, y eso significa que puede hacer muchas cosas. También hay muchas oportunidades de negocio ahí”.
La seguridad: un desafío físico y digital
Consultado sobre los riesgos potenciales de la robótica humanoide, Zhao respondió que la seguridad la dividen en dos partes; por un lado, la seguridad física. Pone como ejemplo la versión del showroom donde se implementan soluciones de seguridad para evitar accidentes incluyendo un botón de emergencia que detiene completamente al robot en caso de comportamiento anómalo. La otra preocupación de la empresa es la privacidad. “Los datos, especialmente en los hogares, son privados. Muchas personas no quieren que se recolecten sus datos. Ahora trabajamos en fábricas, pero ya estamos conscientes de los problemas de seguridad de datos”.
Zhao subraya que se ha detectado la importancia de la regulación y reconoce que “en el mercado global hay muchos actores que también están pensando en estos obstáculos para ingresar al hogar”. Por otro lado, confianza que en “Europa ya está construyendo su Ley de IA para proteger datos. Creemos que este es el camino correcto, no solo para Europa, sino también para Estados Unidos, China y otros países”.
Para el representante de Leju, es probable que dentro de 5 u 8 años los robots “estarán cuidando bebés, cocinando, ayudando con la tarea, y mientras tanto, recolectando datos”, siendo este un “gran tema de seguridad” por el cual, muchas personas sienten “pánico, al igual que con los smartphones actuales, donde hay muchos problemas de seguridad”.