Los combinados uruguayos están viviendo un momento complejo en competencias internacionales, ya que de un tiempo a esta parte no han tenido el protagonismo de otros tiempos. Empezando por Nacional y Peñarol que, de ser históricos de la competición más importante de clubes del continente, ahora luchan de forma casi utópica por pasar la fase grupos en muchas oportunidades.
La pasada temporada demostró al equipo carbonero que el camino de la Copa Sudamericana podría ser un atajo para alcanzar la gloria sin enfrentar a los equipos más fuertes del momento, aunque claro está, peleando por un trofeo de un relieve mucho menor, pero que en el contexto actual se celebraría y mucho, además de que pudiera servir de trampolín para hacerse fuertes nuevamente y pelear en un futuro por la gloria eterna.
La situación es que los dos grandes suelen clasificarse a la Libertadores y su historia les obliga a ir a por todas y si alcanzan a superar esa fase inicial ya se sabe que será muy cuesta arriba lo que viene, por lo que puede ser un buen momento para que los Tricolores y Aurinegros empiecen a apuntar estratégicamente a la segunda copa en importancia, sabiendo que sus chances aumentan considerablemente.
Aunque lo ideal es no perder el puesto histórico de renombre que cosecharon a lo largo del tiempo los equipos uruguayos, es un tema que va más allá del fútbol del país, ya que la brecha que marcaron argentinos y brasileños en el último tiempo relegó a todos a jugar casi por un techo en semifinales.
Con el nuevo formato de Copa Sudamericana, en el que solo uno de los cuatro equipos del grupo pasa de ronda, la situación para los equipos chicos es también muy compleja como para hacer ruido y posicionarse en la competición para que se hable del fútbol uruguayo más allá de Peñarol y Nacional.
La realidad es que en la furiosa actualidad, los equipos uruguayos que participan de las copas han jugado un total de ocho partidos en las dos jornadas que se han completado hasta el momento y solo tienen una victoria conseguida por Peñarol, dos empates y cinco derrotas, lo cual suma solo un 21% de los puntos obtenidos.
El contexto de los grupos y el nivel futbolístico indica que River Plate en su zona ya no tendría chances de clasificación y que Montevideo Wanderers, pudiera pelear hasta el final, pero dependerá mucho de estar en los 4 partidos restantes muy cerca de su tope de rendimiento.
En el plano Libertadores, Nacional está en el que probablemente sea uno de los grupos más parejos de la copa, lo cual no da por sentado que haya un equipo que seguro clasifique. Hasta el momento ninguno tiene puntaje perfecto y ninguno tiene cero puntos, así que está todo abierto, aunque lo negativo para el bolso es que no pudo sumar de a tres en su primer partido en casa.
Peñarol por su parte también hace vida en una zona que no tiene un claro favorito, con la diferencia de que si pudo ganar en el Campeón del Siglo y eso le da otra tranquilidad para lo que viene, a pesar de que todo sigue muy apretado por puntos y nivel de juego.
Proyectando lo que se ha visto hasta el momento, hacer un pleno de equipos clasificados para el fútbol uruguayo en ambas competiciones es casi imposible y el peor escenario que sería ver a los cuatro clubes eliminados de todo, es una posibilidad que no se puede descartar, lo cual es un panorama que otros países no contemplan y que Uruguay por lo que representa no debería hacerlo tampoco.
