El presidente chino, Xi Jinping, recibió en Beijing a su par francés, Emmanuel Macron, quien realiza una visita de Estado a China. El encuentro, celebrado en el Gran Palacio del Pueblo, estuvo marcado por una agenda amplia que incluyó la guerra en Ucrania, el comercio bilateral y los desafíos globales.
Durante la reunión, Xi destacó que China y Francia son “grandes países independientes, visionarios y responsables, fuerzas constructivas para promover la multipolaridad y la cooperación humanas”. Añadió que el mundo atraviesa “rápidos cambios” y que la humanidad se encuentra “nuevamente en una encrucijada”, por lo que ambos países deben “defender la bandera del multilateralismo y mantenerse firmes en el lado correcto de la historia”.
El mandatario chino enfatizó que Beijing está dispuesto a trabajar con París “partiendo de los intereses fundamentales de ambos pueblos y de la comunidad internacional”. Abogó por un diálogo “igualitario” y una cooperación “abierta” que impulse la asociación estratégica integral, especialmente en este año que marca seis décadas de relaciones diplomáticas.

Sobre la situación internacional, Xi señaló que “nuestro mundo está lejos de ser tranquilo” y que los focos de tensión global “son complejos y difíciles de resolver”. En cuanto a Ucrania, reiteró que China “apoya cualquier esfuerzo en favor de la paz” y aseguró que el país “seguirá desempeñando un papel constructivo en la resolución política de la crisis”. También rechazó “acusaciones irresponsables o discriminatorias” y llamó a avanzar hacia “un acuerdo de paz justo y duradero” mediante el diálogo.
Macron, por su parte, instó a China a contribuir a frenar la guerra en Ucrania y a abordar los desequilibrios comerciales entre ambas naciones. Para el presidente francés, en su cuarta visita oficial a China, el viaje de tres días busca reforzar el apoyo internacional a un alto el fuego en el conflicto, “el más mortífero en Europa desde la Segunda Guerra Mundial”, además de atraer nuevas inversiones chinas a Francia.

El encuentro se produce en un contexto de renovados intentos diplomáticos por negociar una salida al conflicto, con Macron intentando contrarrestar un plan respaldado por Estados Unidos y criticado por alinearse con posiciones cercanas a Moscú.
“Debemos seguir movilizándonos en favor de la paz y la estabilidad, tanto en Ucrania como en las regiones afectadas por la guerra. Nuestra capacidad para trabajar juntos es decisiva”, dijo Macron en una conferencia de prensa conjunta.
El mandatario francés subrayó que las relaciones entre Beijing y París se basan “en la confianza, el entendimiento mutuo y la voluntad de actuar juntos en un contexto internacional incierto”. Añadió que el diálogo busca impulsar también la hoja de ruta entre China y la Unión Europea, tras la firma de acuerdos en Exteriores, Agricultura, Economía, Medio Ambiente, Cultura y Educación superior.
Macron, quien será anfitrión de la cumbre del G7 el próximo año, pidió a Beijing trabajar con el grupo para avanzar hacia una gobernanza económica basada en reglas “más equilibrada y justa”. Su visita a China concluirá este viernes 5 de diciembre, luego de pasar por Chengdu, en el suroeste del país, donde la pareja presidencial se reunirá nuevamente con Xi.

Tensión en el G7
A la víspera de la visita de Macron, el gobierno japonés instó a Francia a actuar con cautela ante la posibilidad de invitar a Xi a la cumbre del G7. Un funcionario de Tokio declaró que “China está lejos de los valores de libertad, democracia y Estado de derecho que comparte el G7”. Según fuentes diplomáticas, Macron podría abordar este asunto de forma directa con Xi durante el viaje, mientras busca fortalecer la cooperación económica y obtener réditos diplomáticos en medio de un clima político interno tenso.
En paralelo, Japón intentó reducir las tensiones y mostró señales de acercamiento con Beijing. La primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, aseguró ante el parlamento que el país mantiene los acuerdos históricos firmados con China que reconocen a Taiwán como parte de su soberanía. “La posición fundamental del gobierno japonés con respecto a Taiwán sigue siendo la misma que la establecida en el Comunicado Conjunto Japón-China de 1972, y no ha habido cambios”, afirmó.
Sin embargo, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, respondió desde Beijing que su país “rechaza firmemente la respuesta superficial expresada por la primera ministra japonesa” y exhortó a Tokio a “retractarse de las declaraciones erróneas” relacionadas con Taiwán.

