La migraña directamente no tiene cura, es una patología que se puede controlar de una manera bastante óptima, mediante tratamientos preventivos enfocados a disminuir la frecuencia e intensidad de los eventos, lograr una mejor respuesta a los analgésicos y de esta forma mejorar la calidad de vida del paciente.
Al menos 1 de cada 10 personas en el mundo sufre de migraña en algún momento de su vida. Es probable que se trate de una subestimación, ya que hay tres veces más mujeres que hombres, y más pobres que ricos que sufren migrañas. Incluso cuando se tratan, las terapias no son muy eficaces, sobre todo cuando el malestar ya ha comenzado.
Las causas de la migraña son muy variadas, esto incluye llevar una vida con estrés, vivir con otras condiciones como problemas vasculares o autoinmunes. También, en caso de tener parientes directos como padres, abuelos o hermanos con migraña, es factible tener una mayor propensión a sufrir estos eventos, sin importar la edad de la persona. Pero a ciencia cierta no se conoce una causa puntual que genere la migraña.
La migraña es el segundo tipo de dolor de cabeza más frecuente en las personas; es un dolor de cabeza que involucra la mitad de la cara, es pulsátil, de una intensidad bastante elevada, el movimiento lo empeora e incluso, puede ser acompañada por vómito y náuseas, también el ruido o la luz pueden incrementar su intensidad al punto de causar ceguera parcial.
Para poder darle tratamiento a una migraña existen diferentes opciones, una de ellas es el farmacológico, pero en algunos casos, a través de cambios en el estilo de vida del paciente que incluye cambios en la dieta, en los hábitos del sueño, practicar yoga, acupuntura o terapia física, se puede lograr control o ayuda en el tratamiento.
Por otra parte, la migraña es una de las principales causas de discapacidad en América Latina, con efectos significativos tanto en la vida de los pacientes como en la economía regional. Un estudio del Instituto WifOR, especializado en análisis económicos, reveló que esta condición crónica ocasiona pérdidas de cerca de 304.900 millones de dólares en ocho países de la región.
Cabe destacar que varios estudios indican que las personas de clases económicas bajas presentan un mayor riesgo de sufrir migraña, ya que comparten factores de riesgo como la mala alimentación, el sobrepeso, la falta de actividad física, el consumo de tabaco y un bajo nivel educativo, advierten desde la investigación y aseguran que la carga que estas enfermedades generan en el sector laboral informal, que es predominante en América Latina, amplifica las pérdidas de productividad, afectando más gravemente a los trabajadores en esta situación.
Los especialistas resaltan que no se trata solo del dolor y el malestar, sino de todo lo que genera en la vida de la persona y en la sociedad en general. Cuando se destinan recursos que ayudan a promover un diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado para cada paciente, es posible que la persona pueda llevar una vida normal, con todo lo que eso significa para sí mismo y para la productividad y economía de su comunidad.