El hincha tricolor jamás olvidará la temporada 2024-25. Una campaña lisa y llanamente perfecta que finalizó con dos copas en la vitrina e infinidad de partidos y momentos que quedarán en la retina de varios.
No sin sufrir, ya que se tuvo que recuperar ante la adversidad de lesiones sensibles y resultados que logró remontar de manera fantástica, brindándole a la epopeya bolsilluda, ese bonus que tanto le gusta a cualquier fanático.
Con Luis «Gallo» López encabezando el proyecto una vez más como presidente de la disciplina y Álvaro Ponce como entrenador en jefe, el conjunto albo buscaba obtener ese ansiado título liguero que tan esquivo le había sido durante años, dónde estuvo presente participado en unas cuantas definiciones, entre ellas dos finales en las cuales cayó ante Biguá y Hebraica Macabi en 2021 y 2023.
Gastón Semiglia y Sebastián Ottonello fueron las fichas nacionales que repitieron luego de la LUB 2023/24, junto con Patricio Prieto y Agustín Méndez, juveniles del club que se desempeñaron como sub-23.
Y además, se incorporaron Mateo Sarni y Gianfranco Espíndola (quienes regresaron al club) procedentes de Urupan, junto con Bernardo Barrera, que llegaba desde Trouville.
Los foráneos elegidos para comenzar la temporada y disfrutar la Liga Sudamericana de Baloncesto fueron James Feldeine, Manny Suárez y Néstor Colmenares, aunque en el correr de la competencia también se sumaron Earl Watson y Anthony Peacock.
El bolso desfiló por la primera fase del certamen y consiguió acceder al Final Four en la ciudad de Paysandú, dónde venció holgadamente a Defensor Sporting en semifinales y se quedó con el trofeo luego de superar a San Lorenzo en un vibrante partido que se definió en alargue.
Luego de semejante logro, se auguraba que la temporada sería un éxito, y así lo expuso el comienzo de la temporada regular dónde el elenco dirigido por Ponce, encaminó catorce triunfos al hilo.
Aunque el invicto cayó ante Trouville, el rendimiento del equipo nunca mermó, y finalizó la fase de liga en el primer lugar, destacándose dos victorias ante Peñarol tanto en el Polideportivo como a domicilio.
Nuevas apariciones como el destacado Connor Zinaich o Miguel Simón, fueron participes de los éxitos clásicos y en otros encuentros.
Y si bien la campaña era excelsa hasta ese momento, Nacional debía encarar los PlayOffs con caras nuevas como Ernesto Oglivie y «Maozinha» Pereira, quienes parecían tener poco tiempo para adaptarse.
Sin embargo, con algunos altibajos individuales, el tricolor se hizo un hueco en las finales tras dejar en el camino a Hebraica Macabi (3-0) y a Defensor Sporting (3-1).
Para llegar de ese modo al último desafío que era sortear al último campeón, Aguada.
En una serie en la que el bolso pegó primero, ese partido lo dejó sin James Feldeine, quien aunque intentó disputar unos minutos en el segundo juego, debió dejarle su lugar a Michael Smith, americano que ya había defendido los colores del club el año pasado
Ese golpe deportivo y anímico repercutió en el equipo, que no logró disimular la pesada baja de su figura, y cayó tres veces al hilo, quedando a 40 minutos de quedarse con las manos vacías.
Pero tras sentir el rigor, el espíritu colectivo afloró y tras imponerse en la quinta final, remontó 20 puntos en la sexta y forzó un séptimo y definitivo partido.
Así fue que se llegó a uno de los duelos más inolvidables de la historia reciente del básquetbol local.
En un Antel Arena colmado, tricolores y aguateros brindaron un espectáculo de tensión y paridad que se definió en un final tan electrizante como por momentos bizarro, dónde el rojiverde puso un triple y falta cuando el bolso parecía tenerlo ganado, pero falló el libre y puso 6 jugadores en la pista, lo que le significó una falta técnica en contra.
En el momento que el último triple rival picó en la canasta y salió, el sector teñido de rojo, azul y blanco estalló de júbilo y emoción, cortando una racha de 88 años sin gritar campeón uruguayo en este deporte.
Premio para dirigentes esforzados, para un plantel y cuerpo técnico comprometido que quedará por siempre en las páginas de Nacional, y también para aquellos hinchas que hasta hace no mucho, acompañaban al equipo en divisionales menores.
Todos ellos, hoy disfrutan de este hito: la doble corona. La temporada soñada.