La obesidad es una condición caracterizada por un almacenamiento excesivo de grasa que puede resultar dañino para la salud. El exceso de peso puede incrementar el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas, y puede impactar la salud de los huesos y la reproducción. Además, incrementa la probabilidad de que surjan ciertos tipos de cáncer. La obesidad afecta elementos de la calidad de vida como el descanso o la actividad física.
Este padecimiento es la consecuencia de un desequilibrio entre la ingesta calórica (alimentación) y el gasto calórico (actividad física). En la mayoría de los casos, la obesidad es una enfermedad multifactorial que se debe a un entorno obesogénico, factores psicosociales y variantes genéticas. En un subgrupo de pacientes, se pueden identificar los principales factores etiológicos individuales.
La obesidad y el sobrepeso han alcanzado proporciones epidémicas. Las tasas de obesidad casi se han triplicado desde 1975 y han aumentado casi cinco veces en niños y adolescentes, afectando a personas de todas las edades y de todos los grupos sociales en la Región de las Américas y el mundo.
En el año 2022, una de cada ocho personas en el mundo era obesa, lo que representa un alto porcentaje de la población mundial. En Uruguay, de acuerdo a cifras oficiales del Ministerio de Salud Pública (MSP), 2 de cada 3 personas padecen sobrepeso u obesidad, con un fuerte impacto en la infancia y la adolescencia.
Dentro de las enfermedades que puede generar la obesidad, se encuentran el cáncer de endometrio, mama, colon, esófago, gástrico, hígado, vesícula biliar, páncreas, renal y útero. Después puede generar apnea del sueño, enfermedad hepática, enfermedad renal crónica, incontinencia urinaria, várices, problemas de fertilidad, problemas de la función sexual, problemas de salud mental, entre otros. Pero es importante señalar que el sobrepeso es en gran medida prevenible y manejable.