Pablo Chargoñia: “No se trató sólo de individuos sádicos sino de una política de Estado”

Entre los últimos hitos registrados en materia de avances en justicia y verdad acerca de los crímenes de la dictadura se encuentra la reciente imputación de Ivo Dardo Morales y 9 militares más por el asesinato bajor torturas del médico Vladimir Roslik en la localidad fraybentina de San Javier ocurrido el 16 de abril de 1984.

Para conocer los alcances de esta resolución judicial Diario La R conversó con el abogado Pablo Chargoñia del Observatorio Luz Ibarburu dedicado al seguimiento de las denuncias penales por violaciones a los derechos humanos.

– ¿Qué significa la imputación de Ivo Morales?

 – Como en tantos otros casos, es una resolución judicial tardía determinada por la historia de impunidad post dictadura que han sufrido todos los hechos. Pero al mismo tiempo tiene una enorme trascendencia porque es visto por las víctimas como una primera forma de justicia.

Esto lo digo con él cuidado de reproducir el sentimiento de Mary Zabalkin, viuda de Roslik que lo percibe de este modo después de una larga lucha para que se haga alguna forma de justicia, recién ahora hay imputaciones de un total de 10 represores del Batallón de Infantería N° 9 en donde torturaron a Vladimir Roslik en dos ocasiones. En el año 1980 y 1984, que fue cuando lo torturaron hasta matarlo.

Dardo Ivo Morales era uno de los principales interrogadores de aquellos operativos represivos y cuando digo interrogadores digo torturadores, porque todos los interrogatorios implicaban tratos inhumanos crueles y degradantes como política de Estado.

– ¿Por qué llamarlo política de Estado?

– Hay que subrayar siempre esto: no se trató de la conducta de un sujeto sádico desviado, que los había. Sino que se trató de una política de funcionarios del Estado que así trataban a todo lo que consideraban sus enemigos. Y en el caso de San Javier tiene además la característica de que fue utilizada, siendo una colonia rusa, por inteligencia militar para, desde la plataforma ideológica del anticomunismo, hacer creer a la opinión pública nacional e internacional que ahí había células de la Kgb; un disparate absoluto pero que hay que contextualizarlo históricamente.

 – ¿Cuál era qué objetivo que perseguían en última instancia en este caso?

– En todos esos casos lo que parece aparecer en cada uno de estos operativos militares es el fortalecimiento del régimen, tal vez también cierto enfrentamiento en sectores más fuertes, más duros o más proclives a una transición. Pienso en los asesinatos de Zelmar Michelini y Gutiérrez Ruiz. Una hipótesis posible es que en el año 1976 un integrante importante de la dictadura, miembro del Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), Vegh Villegas, el economista, estaba en conversaciones con Zelmar Michelini. Ese año, 1976, debía haber sido el año de las elecciones de acuerdo a los plazos quinquenales de una Constitución que formalmente estaba vigente.

Una hipótesis posible es que esos crímenes arruinan conversaciones o posibles transiciones. Pero todo esto no puede hacer perder de vista lo que dije al principio, era un método para el tratamiento de los enemigos del régimen. No se busque más explicación. Esta era la forma en que se trataba a miles de enemigos de la dictadura provenientes de los sectores gremiales y de izquierda. Era la forma que tenían de enfrentar a quienes consideraban sujetos peligrosos para el orden establecido.

La dictadura tiene un sentido clasista de concentración de la riqueza, de defensa de la oligarquía y del capital financiero. Expresa una política económica también y el instrumento funcional a esa política económica fue la tortura.

– ¿Cuál es la singularidad del llamado Caso Roslik que lo convierte en tan emblemático, además de ser el último asesinado político del régimen?

Había algunas características especiales que se daban específicamente en esos operativos. El caso de Roslik tiene algunos detalles, en particular por ejemplo, la circunstancia de que era un médico y que operaban en el Batallón de Infantería N°9 dos médicos que actuaron con una especial crueldad respecto a Roslik.

Una de las víctimas, que lamentablemente falleció hace una semana, Hugo González, llegó a decir en el juicio como testimonio anticipado, no en juicio estrictamente, sino en el marco de una declaración anticipada, que Roslik le rogaba a un colega suyo, llamado Sáiz Pedrini, que lo dejara ir asegurándole que no lo iba a denunciar y que se iba a ir del país para que dejara de torturarlo.

El hecho es que Roslik no sobrevivió para hacer esa denuncia. Mary, su viuda, siempre me cuenta de otro médico, hoy fallecido, pero que vale la pena mencionar por razones de defensa de la verdad histórica, de apellido Voelker. Este doctor tenía un gran enfrentamiento con Roslik porque él era el médico menos simpático dentro de la población de San Javier y Roslik, en cambio, era el médico más generoso, más campechano y que ese tipo de circunstancias que se daban afuera del cuartel se siguieron dando adentro en el momento de la tortura.  Esos episodios también forman parte de una verdad que hay que reconstruir.

 – ¿Por esto es importante la imputación de Morales y 9 cómplices del asesinato de Roslik?

– La trascendencia de estas resoluciones judiciales es que se van a transformar las verdades, hasta ahora periodísticas, en verdades judiciales cuando se abra un Juicio Oral y Público contra estos 10 imputados.

Dardo Ivo Morales tiene además 2 imputaciones: Uno en el marco del Código del Proceso Penal de 1980 por torturas ese año y otra, la nueva que se dictó este mes de mayo, es una imputación por otros hechos de ese mismo año y por los de 1984.

– ¿Cuál es la situación procesal actual de Morales más allá de la imputación?

– La Jueza Selva Siri de Fray Bentos considera que no se debe aplicar la prisión preventiva en estos casos pero esto es uno de los temas que está en discusión dado que la Fiscalía apeló.

Siri entiende que el Código Penal del año 2017 establece la prisión preventiva como última medida a aplicar cuando se puedan aplicar otras. De hecho fue eso lo que impuso a estos 10 imputados.

Pero hay que decir que las víctimas están lejos de de sentir que es un lugar de satisfacción plena porque falta mucho todavía por hacer.

El proceso por elasesinato de Vladimir Roslik y la represión en San Javier se encuentra en una de las primeras etapas y los denunciantes esperan que se concrete el juicio oral y público para que sus alcances sean reconocidos públicamente por el Estado.

Dentro de los debes, para Chargoñia, está el hecho de que los centros como el Batallón de Toledo y el N° 13, conocido como “el 300 Carlos”, no pueden continuar bajo la órbita militar y deben ser destinados a preservar la memoria histórica.

1 Comentario

  1. El crimen de Roslik no fue porque sí. La dictadura caía depués de su tremendo fracaso social, económico y político. Entre el rechazo, el desprescio y la burla del pueblo. Fue un último manotón de ahogado para decir,todavía podemos seguirlos matnado impunemente, porque aún tenemos poder. Además de las motivaciones personales y el sadismo propio de cada uno de lso esbirros de la dictadura.

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