Presunto plan de represalia: avanzan investigaciones tras ataque a la fiscal Ferrero

Autoridades indagan vínculos de la organización de Sebastián Marset con posibles amenazas contra los autores materiales del atentado.

La investigación por el ataque al domicilio de la fiscal de Corte Mónica Ferrero sumó nuevos capítulos con la imputación de dos personas: un expolicía de 55 años y su hijo de 28. Si bien en la casa del padre se encontró un arma y municiones, hasta el momento no se comprobó su participación directa en el atentado.

Por su parte, el hijo estaría vinculado a la organización del narcotraficante Sebastián Marset, con quien tendría relación desde hace varios años. Durante su detención, las autoridades hallaron documentación falsa y un celular, que aportaron indicios sobre un presunto plan para el “día después” del ataque: los autores intelectuales podrían haber planeado eliminar a los autores materiales mediante un sicario, según reconstruyeron los investigadores.

El joven también registra movimientos internacionales recientes, ingresando a Uruguay desde Bolivia pocas horas antes del atentado. Su pasaporte muestra además un ingreso previo a Mozambique, un detalle que se conecta con investigaciones anteriores sobre Marset. En 2021, cuando fue detenido en Abu Dabi, se le incautó una cédula emitida en ese país africano, y en 2022 fue ubicado en Sudáfrica, limítrofe con Mozambique, según informes de inteligencia.

Estas pistas refuerzan la hipótesis de que la organización buscaba “atar cabos sueltos” tras el atentado, y destacan la complejidad del caso que mantiene en alerta a la Justicia y a las fuerzas de seguridad.

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