El descubrimiento de restos óseos que tuvo lugar el 6 de junio de 2023 en el Batallón de Infantería Nº 14 de Toledo, Canelones, marca el hallazgo del sexto detenido desaparecido durante la dictadura (1973-1985) desde que comenzó la búsqueda con la autorización judicial.
En el mismo terreno donde se llevó a cabo esta excavación, se recuperaron los restos de otras dos personas: el 22 de octubre de 2011, los del maestro y periodista Julio Castro, y el 15 de marzo de 2012, los de Ricardo Blanco Valiente, quien era funcionario de UTE y militante del Partido Comunista Revolucionario.
Sin embargo, el primer descubrimiento de restos fue el 29 de noviembre de 2005, en una finca de la Fuerza Aérea en Pando. Allí se encontraron los restos de Ubagésner Cháves Sosa, un trabajador metalúrgico y militante del Partido Comunista.
El tercer sitio de enterramientos descubierto fue el Batallón Nº 13 de Montevideo. El 2 de diciembre de 2005, se hallaron los restos de Fernando Miranda, escribano y docente universitario, y padre del expresidente del Frente Amplio Javier Miranda.
Además, los restos de Eduardo Bleier, odontólogo, fueron encontrados el 28 de agosto de 2019. Este fue el último hallazgo registrado hasta la fecha.
Ahora, el siguiente paso es identificar los restos encontrados el 6 de junio en el Batallón 14 de Toledo. La antropóloga Alicia Lusiardo explicó a la prensa en aquel momento que tienen un patrón «muy similar» a los restos hallados en este predio militar, en el Batallón 13 y en la finca de Pando.
«Se trata de un individuo adulto, no es posible determinar su sexo, edad o estatura en este momento; eso será estudiado en el laboratorio. La prioridad es sacarlo del sedimento y poder trasladarlo. Fue encontrado boca abajo», había señalado Luisiardo.
Luego de varios intentos infructuosos debido al deterioro de la muestra de Adn y el estado de los restos, se pudo determinar que se trata de una mujer.
El problema de la identificación
El abogado de Ddhh, Pablo Chargoña dijo a Diario La R que lo primero a señalar en el hallazgo en el Batallón de Toledo es “la crueldad que significa que el Estado haya secuestrado a una mujer, la haya seguramente atormentado y mantenido oculta, violando los más elementales ritos funerarios que constituyen la esencia de la naturaleza humana”.
El abogado describe que ante esta situación se encontraron con “las enormes dificultades que significan identificar una mujer y esa es una responsabilidad de todos los órganos del Estado”, enfatizó.
Para Chargoñia “en primer lugar el deber de investigación sobre el paradero de los desaparecidos es un deber estatal como dice la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos a este respecto”.
“Un deber estatal que no debe quedar sometido al empuje de las víctimas y de las organizaciones sociales. Tiene que haber proactividad y un diseño eficaz para dar con el paradero de las personas desaparecidas por parte del Estado”, agregó.
Para Chargoñia “Si el Estado está buscando a ciegas entonces está haciendo algo mal». Y asegura que cuenta con “muchos ejemplos que demuestran que el Estado está siendo ineficaz”.
Como ejemplo cita el hecho de que el Estado uruguayo acaba de decir que no ha podido localizar a los padres de Amelia Sanjurjo. “La menciono con cuidado pero sobre la base de que hay una hipótesis firme de que podría tratarse de ella”, afirma en referencia a los restos de la mujer encontrada en Toledo..
“Cómo es posible que el Estado diga hoy que estamos buscando otros familiares porque no hemos dado con los fallecidos papá y mamá de Amelia Sanjurjo”,se pregunta el abogado al tiempo que afirma que “Es un escándalo y lo más escandaloso es que no haya un escándalo al respecto”.
Amelia Sanjurjo
Amelia, de 41 años, vivía en el barrio Colón de Montevideo y estaba embarazada de su primer hijo. Trabajaba como empleada en una editorial y militaba en el Partido Comunista.
El 2 de noviembre de 1977, fue secuestrada en la calle durante un operativo de la OCOA. Su compañero y una amiga también fueron secuestrados en una ratonera montada en su casa, y ellos reconocieron su voz en el centro de detención y tortura de La Tablada.
Otra secuestrada escuchó cómo en una ocasión la llevaban al baño e insistían en que se parara, pero Amelia respondía que no podía. Días después, la llevaron nuevamente al piso donde estaba la sala de torturas y, al intentar resistirse, fue duramente golpeada. Su hermana Carmen declaró en 1985 ante la comisión parlamentaria que investigaba la situación de los detenidos desaparecidos.
Realmente muy bestial la aceptación como normal que alguien use el poder público para beneficio propio y torture mate desaparezca personas torture …plan macabro y cínicamente los que detentan el poder «democráticamente» digan que no pueden averiguar nada cuando el Estado es el responsable!!! Eso es complicidad…es tremenda la hipocresía, para encubrir la cobardía….
Inaceptable …mentes enfermas d odio y se mueren con la verdad….pero tienen los archivos en algun lugar y estos lo saben y el pichon de rucutuco d Garcia no exige…
Es q ya no se sabe en quien confiar no hay uno ….uno como la gente corrupcion pedofilio nafcos mentirosos hasta ellos mismos se mienten y no queda q el honorable iturralde renuncia tidne q ir y ser sacado p la felias y nunca mas y los del interior gastando millonada d dolarws en vez d darsela a los pobres o crear trabajo.ya no se tolera masssss