Roy Thomas Baker, productor de Queen

Roy Thomas Baker, el icónico productor detrás del sonido inconfundible de Queen y la mente maestra que ayudó a dar forma a Bohemian Rhapsody, falleció a los 78 años.

Su recorrido en la industria musical comenzó en los años sesenta, en Decca Records, donde colaboró con leyendas como David Bowie y The Who. Más adelante, su talento brilló como ingeniero jefe de Trident Studios, el lugar donde conoció a Queen y comenzó a gestarse una alianza que marcaría época. Fue el responsable de la producción de los primeros cinco discos del grupo —Queen, Queen II, Sheer Heart Attack, A Night at the Opera y Jazz—, siendo Bohemian Rhapsody su mayor hito. La pieza, reconocida con un Grammy y considerada por El Libro Guinness de los Records como la canción más reproducida del siglo XX, debe parte de su esplendor a las complejas capas de voces y la meticulosa producción de Baker. En 2005, él mismo la calificó como “atemporal”, sin saber que décadas más tarde seguiría siendo un himno generacional.

El legado de Baker va mucho más allá de Queen. Su talento también se plasmó en los primeros cuatro álbumes de The Cars, en Head Games de Foreigner, en trabajos con Alice Cooper, Mötley Crüe (Too Fast for Love), Ozzy Osbourne y en Zeitgeist de Smashing Pumpkins. Además, durante su tiempo como ejecutivo en Elektra Records, impulsó las carreras de Metallica y Simply Red, dejando su sello en cada proyecto. Su enfoque —una combinación de exigencia técnica y sensibilidad artística— fue elogiado por colegas como Roger Taylor, quien destacó su perfeccionismo, y Jimmy Chamberlain, quien resaltó su “oído único”.

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