RSE de alto nivel gracias al trabajo de sus empleados

La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es una parte importante en la Compañía Uruguaya de Transportes Colectivos Sociedad Anónima (Cutcsa) donde realizaron varias actividades sociales como escenarios móviles y el Rondamomo. Así lo hace saber su presidente, Juan Antonio Salgado a Diario La R.

¿Cómo ha sido el trabajo de Cutcsa con la sociedad?

Cutcsa tenía que hacer ver las cosas que hacíamos. Trabajar en lo social con la gente desde el punto de vista de la cultura y la música. Cuando aparece el Rock en Ruedas Solidario en 2004, que fue una movida en todo Montevideo durante ocho meses de bandas nacionales con muchachos que iban y tocaban en los distintos barrios. De hacer muchas cosas, que no requerían mucha inversión, en algunos casos casi nada. Lo que había que hacer era poner personas a trabajar en eso para ordenar esas cosas.

Me acuerdo que el primer ómnibus radiado (retirado) de servicio, que en vez de ir para chatarra, lo acondicionamos e hicimos un aula rodante para que se le brindaran cursos a los chiquilines, en coordinación con los Centros Comunales Zonales (CCZ). Esto se realizó con un convenio que hicimos con la Intendencia de Montevideo (IM) en aquel momento y se le llamó la pecera porque tenía ocho peces y cuatro escritorios. Aquello era raro porque dentro de un ómnibus había un aula rodante. Eso fue posible gracias a que los funcionarios del taller le sacaron todos los asientos y lo acondicionaron como tal. Después, de esa manera hicimos los escenarios móviles y el Rondamomo.

¿Con que objetivo fueron hechas esas actividades? ¿Cómo fueron vistas por el público en general?

Le hicimos ver a la gente que intentábamos devolverles algo a nuestros clientes en el tema solidario. Como todas las cosas en Uruguay, al principio, fuimos inmediatamente etiquetados de marketineros por algunos. No era así, porque eso pasa si luego de realizada la actividad hubiese una foto, pero al otro día no había nada, ni sustento ni esencia. Eso todo se mantenía y se mantuvo en el tiempo, donde a cada una de esas cosas se le hacía seguimiento. Ahí se dieron cuenta que no era así, que era empezar a aplicar lo que en Uruguay se conocía poco como la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) al punto que nosotros cada dos años tenemos un balance auditado por la Price.

¿Eso también va de la mano con el sentido de pertenencia que tiene los funcionarios con la empresa?

Totalmente. Los trabajos que hemos hecho con los funcionarios nuestros en los talleres para adaptar determinadas unidades para hacer esas actividades de apoyo a la sociedad, que para la empresa son de RSE, iba más allá de lo que es la relación empresa-trabajadores. Ellos también lo hacían más allá de una retribución económica. De verdad le ponían mucho cariño. Hicimos cosas que eran muy difíciles de lograr.

Por ejemplo, en el 2005 hicimos la línea A y B que fueron las dos primeras unidades que se le pusieron rampas electrónicas para subir al ómnibus a las personas en sillas de ruedas. Esas dos unidades que eran radiadas (retiradas) de servicio, se acondicionaron con el lugar necesario para que esas personas viajen seguras dentro de la unidad.

Compramos una rampa, la adaptamos a los Volvo que teníamos en ese momento y todo eso lo hicieron los trabajadores nuestros. Ahí pusimos los dos primeros ómnibus con estas rampas electrónicas e hicimos los dos primeros recorridos que hubo en Montevideo.

Uno venía desde Colón, daba toda la vuelta y llegaba a la Casa Carlos Gardel, donde había un centro de rehabilitación para personas con capacidades diferentes. El otro venía del Cerro, hacía todo un recorrido e iba hasta Punta de Rieles, donde había otro centro. Las dos líneas se juntaban y hacían trasbordo enfrente al Hospital de Clínicas.

Al costado de la puerta principal hay un carro de chorizos que todavía está y ahí hay una parada que era esa donde se hacía el trasbordo. Había gente que venía de Colón que no quería ir para Carlos Gardel, se bajaba ahí y se subía al otro bus.

¿Esto fue el primer paso de la accesibilidad en las unidades de Cutcsa?

(Sin dudas que sí). Nosotros éramos conscientes que hacer esto era un disparador a la necesidad de que las unidades iban a tener que tener accesibilidad, sin ninguna duda. Lo hicimos para que fuera eso, por eso hoy casi la mitad, el 48 por ciento, de toda la flota de transporte tiene la rampa electrónica.

En ese momento, la ciudad no estaba preparada para hacer este tipo de cosas. Después empezaron aparecer rampas en la Catedral, en la Plaza Matriz y en otros lugares públicos. El día anterior a la inauguración que se iba hacer en esa parada del Hospital de Clínicas, no había rampas para bajar de un lado y subir al otro.

Ahí nos preguntamos: ¿Qué hacemos ahora con esto? Le pregunté en la Intendencia de Montevideo (IM) a uno de sus funcionarios y me dijo que había que abrir un expediente y que llevaba tiempo. Entonces, lo que vamos hacer, vamos a pedir disculpas.

En la noche previa a la inauguración, mandé a los muchachos, rompimos los dos cordones, los pintamos de amarillo e hicimos la rampa, que es la que está hasta hoy. Pero todo eso es gracias al trabajo de la gente. Nosotros no podríamos haber encarado la RSE con el nivel que lo encaramos si no fuera porque los trabajadores y funcionarios (se pusieron la camiseta de la empresa).

Llegó un momento que era tan normal estar presente en las actividades que si no estábamos me llamaban por teléfono y me decían: ´que pasa que no estamos en esto o no estamos en tal lado´. Eso pasa hasta en la actualidad.

Entre todas estas acciones: ¿Realizaron alguna conmemoración por el Día Mundial de Lucha contra el Cáncer de Mama, el pasado miércoles 19 de octubre?

El pasado 19 de octubre se conmemoró este Día y con unas cuantas mujeres hicimos una actividad en la planta José Añón que se iluminó con luces rosadas. Es uno de los pocos días que no fui a trabajar de corbata y me puse una camisa rosada porque tenía que ir a dicha actividad. Esto es parte de algo normal de la empresa.

Otra de las cosas que usted siempre ha destacado son los pocos accidentes que tienen los choferes de Cutcsa. ¿El programa Cero Accidente sigue en pié?

El Programa Cero Accidente lleva más de 20 años y sigue hasta ahora, donde se premia a los conductores destacados que no tienen accidentes. No solo eso, sino que no los tienen con culpabilidad y a su vez no tienen multas. No tienen accidentes y tampoco generan situaciones peligrosas.

Nosotros tenemos conductores que pasan más de 10 años sin tener ni siquiera un roce o un choque y hacen miles y miles de kilómetros en este Montevideo de hoy que está lleno de autos. Se les premia y se los incentiva.

Logramos bajar en más de un 50 por ciento los accidentes con culpabilidad, que eso es mucho. Eso son decenas de choques por día en Montevideo, que algunos no vamos a saber porque no sucedieron, pero algunos de esos podrían haber sido fatales y otros solo un roce.

No tengo ninguna duda que este Programa generó más conciencia del profesionalismo. Siempre digo que un conductor se tiene que sentir un profesional. Yo no estudié y no llegué hacer ningún profesional, por eso respeto mucho a los que han estudiado y a los universitarios. A veces me preguntan: ¿qué carrera tenés? Ahí les digo que soy conductor profesional, aparte tengo la libreta que me reconoce como tal por varios años más todavía. Ahí tengo mi título.

Hemos trabajado mucho en eso, no solamente en darle premios, sino trabajar durante el año con ellos. Los conductores que vemos que tienen más siniestralidad, tratamos de ver que les pasa, cuál es el tema que tienen y los afecta, con un equipo de profesionales que se encargan de la contención laboral de los choferes.

¿Cuál fue la inversión que hicieron para seguir en la mejoría de la conducción de los choferes?

Hace dos años, hicimos una inversión muy importante en un simulador que lo trajimos de España. En los ingresos para ser chofer de Cutcsa se le hacen estudios desde el punto de vista físico, sanitario y también práctico al manejar en la calle, pero también en el simulador que es muy importante. 

Hay muchas maniobras que en un simulador se pueden hacer y en la realidad de la calle no, más con un ómnibus. Hay un trabajo y una enseñanza de un manejo defensivo pero también otro dentro de lo que son las calles.

Lo hacemos con este simulador donde inclusive hicimos algún convenio para ponerlo a disposición de algunas organizaciones del Estado como la Policía Nacional y Coraceros. Es un trabajo realmente importante y fundamental. Por eso, le damos las mejores condiciones al conductor cobrador para que ya no sea aquel guarda que mira por el espejo si bajaba la última persona para cerrar la puerta. Tienen todo la facilidad y la seguridad para ese tema.

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