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Mediante el Programa Huella del Agua de la CIU

Saavedra: “Identificar oprotunidades para el uso del agua”

Este programa, que es pionero a nivel nacional, incluye acciones de formación, nuevas capacidades productivas y mediación del uso hídrico en procesos realizados por las industrias del país. BMZ Consultores conversó acerca del mismo con la Directora de Comunicación y Proyectos de la CIU, Carola Saavedra.

En el contexto de crisis hídrica que atraviesa el país y con el cometido de promover un uso más eficiente del agua en las empresas, la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), el Programa Mundial para el Agua Sudamérica (GWP por su sigla en inglés, Global Water Partnership) y LSQA, realizaron el lanzamiento del programa Huella de Agua y sus primeros resultados concretos: El reconocimiento a los logros de seis empresas pioneras que fueron: Artobe S.A., Gibur S.A., Mapatex S.A., Navemas S.A., Sandonato S.A. y Ulbrika Uruguaya S.A.

El presidente de la CIU, Fernando Pache, explicó que el proyecto inició en 2021 con la creación del servicio “Buenas Prácticas Azules: Medición de Huella de Agua” por parte de GWP y CIU, en busca de integrar estrategias de uso eficiente de este recurso en los procesos productivos de las empresas.

Por medio de este programa, se ofrece a las compañías un diagnóstico de medición de indicadores de la huella de agua en sus productos, procesos y a nivel organizacional. A partir de allí, se realizan recomendaciones para mejorar en la eficiencia del recurso hídrico y se las ayuda a avanzar hacia la implementación de estas acciones.

Con estas acciones los participantes de Buenas Prácticas Azules pueden postular al programa de evaluación y verificación de Huella de agua ISO 14046, desarrollado por LSQA en tres niveles: Compromiso, verificación y eficiencia. Las seis empresas mencionadas anteriormente llegaron al primer nivel (Compromiso).

Por su parte, la coordinadora regional de GWP Sudamérica, Alejandra Mujica, expresó su orgullo por formar parte de “este ecosistema interinstitucional sensible al uso eficiente del agua” e invitó a que otras organizaciones se sumen a colaborar con esta iniciativa. “El proyecto forma parte de una estrategia más amplia vinculada a la valorización del agua, que requiere medir su uso. Esto es una necesidad que tenemos todos los países de Sudamérica. Cada gota cuenta”, agregó.

En tanto, el director ejecutivo de LSQA, Jorge Arismendi, puso sobre la mesa la necesidad de trabajar en estos temas que generan un impacto positivo en el ambiente que se dejará a las próximas generaciones.

También hizo uso de la palabra su director Ignacio Guarnieri, la destacada experta internacional en temas de Análisis de Ciclo de Vida y Huella de Agua Bárbara Civit y Andrea Russi responsable de los programas de evaluación y verificación de Huellas ambientales y Sostenibilidad.

La directora de Comunicación y Proyectos de CIU, Carola Saavedra, habló con BMZ Consultores acerca de este Programa. “Para la CIU, el lanzamiento del mismo es relevante en varios aspectos. En primer lugar, facilitamos la incorporación de nuevas capacidades productivas en las empresas industriales, con foco en las Mipymes. De esta forma, las mismas tienen acceso a expertos que las ayudan a medir el consumo de agua y a identificar oportunidades de mejora en el uso de ese recurso natural, que al ser implementadas les permite mejorar su competitividad”.

Además, se sumó la mirada del desarrollo sostenible ya que promueven la incorporación de prácticas amigables con el ambiente que contribuyan a la mitigación del cambio climático. 

“Otro aspecto a destacar es la generación de conocimiento en el país. Al tratarse de una experiencia pionera a nivel nacional, hacemos que este tema, que entendemos relevante, se incorpore en la agenda productiva nacional.

Esto no solo desde el punto de vista conceptual o teórico, sino que nos esforzamos en desarrollar capacidades y metodologías de abordaje para que pueda aplicarse en las empresas del país. En este sentido, la certificación de estas seis empresas en Huella de Agua es un ejemplo de la actitud de propuesta proactiva y constructiva que tenemos en la CIU”, comentó.

Según el estudio que realizó la Dirección de Estudios Económicos de la CIU, la mayor cantidad de sal presente en el agua de OSE desde el mes de abril afecta a los procesos productivos del 62 por ciento de las empresas.

Con respecto al impacto del agua salada en las industrias, en ese estudio se puede ver que las que tienen plan alternativo para sustituirla, en un 54 por ciento usan agua de pozo, el 33 por ciento compra de agua a terceros, el ocho por ciento a otros y el cuatro por ciento sacan agua de río.

También, se puede ver el impacto de la misma en las que no tienen un plan alternativo para sustituirla. Allí el efecto sería paralizar la producción en un 78 por ciento, en un 17 por ciento y el otro cinco por ciento corresponde a la afectación de condiciones sanitarias.

LA CLAVE:

Al esfuerzo de coordinación técnica interinstitucional tenemos que sumarle el apoyo financiero. Desde la CIU nos ocupamos de acercar capacidades técnicas a las empresas y de brindar apoyo financiero para que puedan contar con expertos. En este caso, Buenas Prácticas Azules lo pudimos implementar gracias a fondos aportados por GWP en 2021 y por INEFOP en 2022, en el marco de nuestro proyecto Impulsa Industria.

Carola Saavedra – Directora de Comunicación y Proyectos de CIU

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