Estados Unidos asume el papel de ser la provocación de tensiones en la región.
Uno de los pilares de estas políticas ha sido la promoción de la identidad cultural y la convivencia pacífica.
Es perentorio encontrar una solución y activar los organismos competentes.
La dificultad para comunicar un proyecto político claro ha llevado a una confusión en la ciudadanía.
Entre China y los países de América Latina y el Caribe no hay cálculos geopolíticos de suma cero ni de que el ganador se lo lleva todo, sino solo apoyo mutuo sincero y cooperación para el progreso compartido.
Un parlamento 2025 y 2030 que tendrá que dialogar mucho.
Impulsarlos es un desafío de primera importancia