La semana de Alto Nivel de la ONU, que comienza este martes en Nueva York, se centrará en el conflicto creciente en el Líbano y Gaza, en un momento crítico que ha elevado el riesgo de una guerra mundial. António Guterres, secretario general de la ONU, subrayó la necesidad urgente de salir del cinismo y la desesperanza, advirtiendo que la situación actual podría tener consecuencias devastadoras.
Israel ha llevado a cabo ataques masivos contra más de 1,600 objetivos vinculados al movimiento islamista Hezbolá en el sur y este del Líbano, resultando en al menos 492 muertes. A pesar de los llamados de la comunidad internacional a la moderación, la escalada de violencia continúa. Stéphane Dujarric, portavoz de la Secretaría General, enfatizó que no existe una solución militar que garantice la seguridad de ninguna de las partes y que el bienestar de los civiles es una prioridad crítica.
Jeanine Hennis-Plasschaert, coordinadora especial de la ONU para el Líbano, advirtió que la región está al borde de una catástrofe inminente y que cualquier escalada adicional podría resultar en consecuencias de gran alcance. Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, destacó que el conflicto entre Israel y Hezbolá amenaza con desestabilizar aún más Medio Oriente y sumergirlo en una guerra total.